Los demócratas de la Cámara de Representantes que organizaron el juicio político contra el expresidente Donald Trump y que han argumentado que el exmandatario incitó a una insurrección en el Capitolio van a enfrentarse con los abogados de la defensa sobre si un presidente puede ser enjuiciado después de dejar su puesto.

La primera sesión del segundo impeachment a Trump tuvo este martes presentaciones de ambos lados sobre la autoridad del Senado para escuchar el caso, seguido de una votación sobre este asunto, que requería una mayoría simple. Finalmente, la constitucionalidad del juicio fue aprobada por 56 votos contra 44 en esta cámara controlada por los demócratas.

La medida consiguió algunos votos republicanos, de seis senadores de esa colectividad, entre los que se encuentran el senador de Utah, Mitt Romney; la senadora de Maine, Susan Collins, que previamente se ha puesto del lado de los demócratas en asuntos relacionados con la constitucionalidad de enjuiciar a un exmandatario.

La Cámara de Representantes votó a favor de hacer un juicio político a Trump el mes pasado, argumentando que él motivó a la turba que irrumpió en el Capitolio el 6 de enero como parte de un último esfuerzo para anular la victoria de Joe Biden en las elecciones. El artículo de impeachment apunta a un discurso que Trump dio a una concentración previa a los disturbios en donde instó a sus partidarios a “luchar” y marchar hacia el Capitolio.

Se necesitan 67 votos para condenar a Trump, lo que significa que al menos 17 republicanos tienen que unirse a los 50 demócratas. Solo un puñado de republicanos ha señalado que ellos podrían votar que es culpable.

Los organizadores demócratas del impeachment, liderados por el representante de Maryland, están listos para argumentar que un presidente no está exento de ser enjuiciado solo porque sus acciones se llevaron a cabo en las semanas finales de su gobierno.

“Los presidentes no tienen un pase libre para cometer crímenes graves y faltas cerca del final de su mandato”, señalaron los organizadores del impeachment en un documento la semana pasada. “Permitir que los presidentes trastoquen las elecciones sin que haya consecuencias motivará a los abusos más peligrosos”.

Pero los abogados de Trump –Bruce Castor Jr., David Schoen y Michael van der Veen- dicen que el juicio es indebido.

“El propósito del impeachment es remover a alguien de su cargo y, absolutamente, este impeachment no se trata de remover a alguien de su puesto, ya que Trump abandonó su cargo el 20 de enero de 2021”, escribieron. “Él ahora es tanto fácticamente como legalmente un ciudadano privado”.

Los expertos legales han notado que remover a un presidente de su cargo no es solo la consecuencia del juicio político. Después de un veredicto de culpabilidad, el Senado podría también votar sobre descalificar a una persona de que asuma futuros cargos públicos, para eso se necesita un voto de mayoría simple. Los demócratas han dicho que ellos planean hacerlo si Trump es condenado.

El lunes, los abogados de Trump dijeron que él no incitó a las masas y que los manifestantes que irrumpieron en el Capitolio “lo hicieron por su propia voluntad y por sus propias razones”.

Los abogados añadieron que en el discurso de Trump ese día usó la palabra “luchar” un “poco más de un puñado de veces y cada vez en sentido figurado”, sin mencionar explícitamente los disturbios. Los abogados dijeron que el Presidente estaba ejerciendo sus derechos de la Primera Enmienda.

Los organizadores del impeachment, que actuarán como fiscales durante el juicio, respondieron en su propio escrito de cinco páginas, y señalaron que Trump “no tiene excusa o defensa válida” para sus acciones. “Sus esfuerzos por evitar la responsabilidad son completamente inútiles”.

Se asignaron hasta cuatro horas de debate este martes para la pregunta si está dentro de los límites de la Constitución celebrar un juicio para un presidente que se encuentra fuera de su cargo, pero cuyos presuntos delitos ocurrieron durante su mandato. Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de enero concluyó que si bien el asunto está abierto a debate, el peso de la autoridad académica coincide en que los exfuncionarios pueden ser acusados y juzgados.

“Estoy tan abierto a escuchar lo que la gente tiene que decir al respecto”, dijo el lunes por la noche el senador republicano de Louisiana, Bill Cassidy. Cassidy se había puesto del lado de otros 44 republicanos el mes pasado al respaldar un intento del senador republicano de Kentucky, Rand Paul, de desafiar la constitucionalidad de juzgar a un expresidente.

Si bien ese voto fue visto como una medida del apoyo republicano ante la condena a Trump, no fue un voto directo sobre la constitucionalidad, ya que los senadores estaban votando si debatir o retirar el tema. Varios republicanos hicieron esta distinción en ese momento. “Voté a favor de permitir el debate sobre este tema y en contra de posponer esta importante discusión”, dijo el senador republicano de Ohio, Rob Portman, poco después de la votación. “A medida que avanza el juicio, escucharé la evidencia presentada por ambas partes y luego emitiré un juicio basado en la Constitución y lo que creo que es lo mejor para el país”.

Si los senadores votaban por seguir adelante con el juicio, la defensa de Trump y los organizadores de la Cámara de Representantes obtendrán hasta 16 horas por lado para presentaciones durante varios días. Ambas partes también tendrán la opción de convocar a un debate y votar para llamar a testigos. La semana pasada, los demócratas pidieron a Trump que testificara, algo que los abogados del expresidente rechazaron.

Castor dijo que no veía la necesidad de testigos, pero que si los demócratas se movían para llamarlos, la defensa probablemente también lo haría.