Mientras gran parte de Europa lucha contra la inminente tercera ola de Covid-19, Francia se enfrenta a uno de los panoramas más sombríos en lo que va de la pandemia. Una situación que obligó al Presidente Emmanuel Macron a dar un paso atrás en su estrategia de oponerse a un nuevo confinamiento y escuchar a médicos y expertos que insisten en tomar medidas como las de principios del año pasado para combatir los rebrotes.
“Perderemos el control si no nos movemos ahora”, dijo Macron en un discurso televisado este miércoles, donde anunció que a partir del sábado todo el país entrará en un estricto bloqueo que durará al menos un mes. Se trata del tercer lockdown nacional, destacó la prensa local.
Entre las medidas está la imposición de un toque de queda desde las siete de la tarde hasta las seis de la mañana, el cierre de todo comercio no esencial y la prohibición de viajes nacionales durante un mes.
El calendario educativo cambiará: los colegios deberán cerrar, obligando a los estudiantes a volver al aprendizaje a distancia durante una semana a partir del lunes, y luego tendrán dos semanas de vacaciones de primavera.
Las escuelas intermedias y secundarias podrán volver a recibir alumnos a partir del 3 de mayo. En cambio, las guarderías y otras instalaciones educativas también deberán permanecer cerradas hasta por lo menos el 26 de abril,
Las nuevas restricciones son anunciadas tras un importante aumento en el número de casos positivos de Covid-19. El martes se sumaron 30 mil nuevos contagios, con un promedio de casi 39 mil por día, el doble que hace dos semanas. Según el presidente, los casos han aumentado en un 55% en 15 días.
Respecto de los decesos diarios por coronavirus, aumentaron en más de 300 en las últimas 24 horas, acumulando más de 95 mil desde el inicio de la pandemia. “Francia podría tener pronto 100.000 muertes por Covid-19”, dijo Macron en su discurso.
Además, más de 28 mil pacientes están hospitalizados por Covid-19, incluidos los 5.072 que permanecen en unidades de cuidados intensivos, la cifra más alta desde abril del año pasado, según datos del Ministerio de Salud francés. Hay 1.500 pacientes internados en salas UCI solo en la región de París.
Macron aseguró que alrededor del 44% de las personas en cuidados intensivos tienen menos de 65 años de edad.
“El panorama es peor que aterrador”, dijo el lunes Jean-Michel Constantin, jefe de la unidad de cuidados intensivos del hospital Pitié-Salpêtrière en París, a la radio RMC.
La situación es tan crítica, que el domingo 41 médicos UCI y de emergencia parisinos publicaron una columna de opinión en el periódico Journal du Dimanche advirtiendo que se enfrentan a una “catástrofe médica”. Según los funcionarios de salud, de no endurecerse las restricciones, en dos semanas la región alcanzaría su capacidad máxima en las unidades de cuidados intensivos, y los doctores podrían enfrentarse al dilema de la última cama.
A fines de enero, Macron -que se postulará a la reelección el próximo año- se fue en contra de sus asesores científicos y se opuso a un tercer bloqueo. La razón fue darle una oportunidad a la recuperación de la economía y considerar los impactos en la salud mental de los franceses.
Si bien la estrategia funcionó durante las primeras semanas, los casos se dispararon nuevamente. La culpable del rebrote, según Macron, sería la variante británica del virus, más contagiosa y letal, según estudios, que la lenta campaña de vacunación no ha sido capaz de controlar.
El 20 de marzo, de cara al feriado de Semana Santa, el gobierno francés anunció restricciones en algunas regiones, incluido París, para hacer frente al alza de contagios. Las medidas incluían el cierre de negocios no esenciales, la prohibición de viajes hacia o desde regiones donde las infecciones estaban aumentando y que los ciudadanos podían realizar actividades al aire libre dentro de un radio de 9,6 kilómetros de sus hogares.
Además, se impuso un toque de queda a las siete de la tarde a nivel nacional y teletrabajo obligatorio. Sólo las farmacias y supermercados permanecían abiertos.
Estas medidas habrían tenido un impacto significativamente mejor a los bloqueos anteriores en el país, según un análisis realizado por Reuters.
Las nuevas restricciones anunciadas por Macron se debatirán y votarán este jueves en el Parlamento francés.
Lenta vacunación
Científicos del Instituto Pasteur advirtieron que la lenta vacunación no ha podido hacer frente a la cantidad de contagios provocados por las nuevas variantes. Las campañas de inoculación se han atrasado en casi toda Europa tras el incumplimiento en los plazos en los calendarios de entrega por parte de las farmacéuticas, situación que incluso ha provocado que distintos líderes estén a favor de un bloqueo en el envío de dosis fuera de la UE.
El presidente anunció que a partir del 16 de abril, las personas mayores de 60 años serán elegibles para la vacuna, mientras que el 15 de mayo, los mayores de 50 años podrán inocularse.
La semana pasada, Macron aseguró que acelerar la vacunación sería una “prioridad nacional”. En esta línea, el viernes se anunció que los veterinarios y dentistas estarán capacitados para administrar dosis de la vacuna.
“La creciente llegada de dosis permitirá realizar vacunaciones a mayor escala a partir de abril y requiere la movilización de profesionales más competentes para vacunar rápidamente a todas las personas involucradas”, afirmó la autoridad sanitaria.
En el discurso emitido este miércoles, Macron agregó que se están reclutando estudiantes de medicina y médicos del Ejército para ayudar en los hospitales.
Alrededor de 8,3 de los 67 millones de franceses ya han recibido su primera dosis, según informaron las autoridades sanitarias, correspondientes al 12% de la población total. El plan del gobierno es vacunar a 10 millones para mediados de abril y 30 millones para el final del verano boreal.