“Vamos a hacer todos los esfuerzos porque no se rechace el cuarto retiro por falta de votos del PS, porque sería gravísimo. Sería una traición”.

Con esa frase el diputado Fidel Espinoza ingresaba a las 19.07 horas a las oficinas que ocupa la bancada del Partido Socialista en el primer piso de la Cámara de Diputados.

A esas alturas, después de una sesión de más cuatro horas, los parlamentarios a favor del proyecto de cuarto retiro de fondos de pensiones contabilizaban 91 votos. Faltaban los dos para lograr el quórum requerido para seguir avanzando en el trámite legislativo.

Ante ese conteo preliminar todo el PS se volcó a presionar al jefe de bancada de la colectividad, Marcelo Schilling, y al diputado Jaime Tohá, los únicos parlamentarios opositores que amenazaban con votar en contra de la iniciativa, alertados por los efectos del proyecto en la economía que vienen advirtiendo desde hace semanas expertos del oficialismo y la oposición.

La reunión de emergencia de los socialistas para convencer a Schilling y a Tohá duró unos pocos minutos. Los dos aludidos escucharon y salieron en silencio. El principal argumento puesto sobre la mesa por sus pares fue que si el proyecto se rechazaba por estos dos apoyos, se afectaba al Partido Socialista. Los argumentos fueron infructuosos, pues ambos parlamentarios se negaron a aprobar la iniciativa y se abstuvieron en la votación.

Pese al nerviosismo de la oposición y a las gestiones que infructuosamente desplegó el gobierno hasta último minuto, este martes la Cámara de Diputados aprobó el cuarto retiro de fondos de pensiones por 94 votos a favor, 30 en contra y nueve abstenciones.

La jornada revistió una dura derrota para el gobierno, que ayer nuevamente fue testigo del desmarque de sus parlamentarios. Dieciocho de los 94 votos favorables al proyecto provinieron de sus filas, a los que se sumó el independiente Pedro Velásquez.

La votación de este martes, a su vez, revela la creciente dificultad del Ejecutivo para amarrar a los parlamentarios de sus filas. El primer proyecto de retiro que fue visto en la Cámara el 8 de julio de 2020 contó con 12 votos favorables de Chile Vamos.

El segundo retiro de diciembre, que terminó siendo un mensaje presidencial, fue aprobado por amplia mayoría de 131 votos y 12 en contra. Mientras que el tercer retiro de abril de este año fue ratificado por una amplia mayoría de 122 votos, de los cuales 39 votos correspondieron a votos del oficialismo, con sólo 19 rechazando.

Durante la mañana, muchos diputados creían que la hora de almuerzo sería crucial para terminar de contabilizar los votos, sin embargo, la sesión de la mañana se extendió demasiado y tuvieron un receso de 15 minutos para comer algo. A las 14.41 la diputada Karol Cariola (PC) ya estaba explicando el contenido del proyecto, para dejarle el paso al diputado Carlos Abel Jarpa, quien anunció que votaría en contra.

Mientras partía la sesión, los diputados de la DC contabilizaron sus votos, y si bien el jefe de bancada, Gabriel Ascencio, en la sala afirmó que toda la falange aprobaría el proyecto, el diputado Manuel Antonio Matta mantuvo su postura en contra. El mismo Ascencio intentó convencerlo por teléfono, pero el diputado -que no va a la reelección- insistió en su postura.

Desde el gobierno reconocen que ayer no intentaron persuadir a los parlamentarios opositores, pues aquellos que estaban en contra del retiro ya tenían sus argumentos bien sólidos.

Pero el Ejecutivo sí se enfocó en sus propias filas para evitar que hubiese un desbande masivo a favor del cuarto retiro. El gobierno temía que aumentara el número de descolgados después de que se supo que el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, y su par de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, realizaron el primer retiro.

Ayer, de hecho, el titular de Teatinos 120 no estuvo presente en la discusión en la sala. La representación del gobierno durante la jornada recayó en el ministro Juan José Ossa (Segpres) y su subsecretario, Máximo Pavez.

La estrategia de esta dupla, acotaron fuentes cercanas, fue enfocarse en aquellos que tenían dudas y dejar caer los 15 votos que ya se sabía de antemano que estaban a favor del proyecto. “A mí no me ha llamado nadie, pero sé que a otros los han llamado de todos lados”, decía en la tarde el diputado Hugo Rey.

Los indecisos recibieron telefonazos de La Moneda, incluso, dicen que el jefe del Segundo Piso, Cristián Larroulet, muchas veces estuvo del otro lado.

Testigos de la votación de ayer remarcan que la apuesta del gobierno fue intentar sujetar siete votos. No obstante, no contaban con que el exradical Fernando Meza terminaría cambiando su parecer y apoyaría el proyecto, ni que la diputada Nora Cuevas (UDI) apareciera sufragando, pese a estar con algunos problemas de salud.

Otro de los votos sorpresivos de la jornada fue del ex UDI Álvaro Carter. Hace algunas semanas, en una reunión de la comisión política de la tienda, se le advirtió que podrían bajarlo de la repostulación al Congreso si apoyaba el proyecto. En ese contexto, habría dicho que no aprobaría la iniciativa, pero ayer cambió su decisión.

De ese modo, Carter mantuvo la misma posición que en los tres proyectos anteriores sobre la materia, cuestión que, incluso, en el primer 10% le significó ser pasado al Tribunal Supremo de la UDI y, posteriormente, renunciar a su militancia, aunque se mantuvo ligado a la colectividad.

Por el contrario, el diputado Miguel Mellado, que votó a favor los otros tres proyectos de retiro, en esta ocasión decidió abstenerse, porque se convenció con sus visitas a terreno: “Dije la semana pasada que iba a reflexionar, y pregunté en mi distrito y nadie iba a realizar el retiro porque lo necesitara, sino que para hacer ampliaciones en su casa o para ahorrarlo. La situación hoy es distinta”.

Pasado el mediodía el comando del abanderado presidencial oficialista, Sebastián Sichel, emitió un comunicado a nombre de la vocera de campaña, Katherine Martorell, en el cual, entre otras cosas, se cuestionaba a los parlamentarios que votaran a favor del cuarto retiro.

Personeros del comando monitorearon la jornada en el Congreso, dado que la votación de ayer también era una prueba del liderazgo de Sichel, que insistió públicamente en la inconveniencia de avanzar en un nuevo retiro de fondos e incluso puso en duda su apoyo a los candidatos que aprobaran el proyecto.

En el oficialismo reconocen en privado que la aprobación del proyecto golpea a Sichel y, aseguran, que influyó en algunos parlamentarios que el abanderado no aclarara en público si hizo alguno de los retiros aprobados.

Por la tarde, hasta el cierre de esta edición, Sichel -quien se encontraba de gira por el sur-, no había abordado la aprobación de la moción, pero publicó -tras la votación de la medida- un tuit en el cual llamó a los otros abanderados a llegar a un acuerdo en pensiones.