El Presupuesto 2023 ya está en fase inicial y una etapa que marca un hito en este proceso es la conformación de los comités de PIB tendencial y de precio del cobre de largo plazo. Para ello, la Dirección de Presupuestos (Dipres) abrió las postulaciones hasta el 30 de junio para que los expertos se puedan inscribir y ser parte de estas instancias. El proceso estará abierto hasta el 30 de junio y la designación de integrantes de ambos comités se publicará el 18 de julio.
El cálculo que realizan los economistas es clave para la elaboración del Presupuesto fiscal, ya que con ambas variables el Ejecutivo proyecta la capacidad de crecimiento de la economía de largo plazo y los ingresos estructurales que provendrán del cobre, para sobre esa base estimar el espacio de gasto público. El año pasado, el PIB tendencial se fijó en 2,6%.
Para 2022, en tanto, las perspectivas no son muy auspiciosas, puesto que la caída de la inversión prevista para este año (-4,8%) y el próximo -(2,2%), enfriaron los ánimos respecto de la expansión estructural del país. Y eso lo refleja un informe realizado por Bci, el cual proyecta que el PIB tendencial se ubicará entre 1,5% y 1,8% para 2023.
El PIB tendencial recoge una serie de factores, como la evolución demográfica, horas laborales y capital humano, y su crecimiento está influenciado por la inversión, productividad y trabajo. “En la última década se advierte un fuerte debilitamiento de la inversión como consecuencia de fundamentos más débiles que afectaron incentivos, así como ausencia de políticas económicas que apunten a una mayor productividad en el largo plazo”, menciona el reporte.
Resalta que la inversión no minera de los últimos 10 años se ha ido desacelerando marcadamente y que para el corto plazo no se espera un cambio de tendencia, por lo que, para los próximos tres años, seguirá la proyección del escenario base de Bci, el cual contempla una caída en 2022 y 2023, para repuntar durante 2024. “Hacia el largo plazo, la inversión contempla un crecimiento de 1,6%. De esta forma, el capital crecería 1,3% durante la próxima década, contribuyendo en 0,7% al crecimiento de largo plazo”.
No obstante, el análisis también incluye un escenario más pesimista, el cual considera un deterioro más profundo de la inversión, apuntando un crecimiento de 1,2%, lo que se traduciría en una menor contribución del factor capital en el crecimiento de largo plazo o tendencial.
El factor trabajo, por su parte, va a ir contribuyendo menos al crecimiento del PIB tendencial, debido a factores demográficos y a una reducción de las horas laborales. “Esto último puede ser compensado, parcialmente, con una mejora en el capital humano, mayor participación laboral de la mujer y una mayor composición de inmigrantes en la fuerza laboral, entre otros. La contribución del factor trabajo en el PIB tendencial se estima en 0,8 puntos porcentual”, detalla el informe de Bci.
En cuanto a la productividad total de factores, esta creció en torno a 1% entre 1997-2021, sin embargo, durante los últimos 10 años, sin considerar la pandemia, ha aumentado, en promedio, apenas un 0,3%. En línea con lo anterior, el reporte señala que “el nivel de la productividad se ha estancado desde el 2012, donde incluso se observan períodos de contracción, siendo este factor uno de los principales fundamentos de los ajustes a la baja en las estimaciones del crecimiento tendencial realizadas durante los últimos años”.
De esta forma, el escenario central para Bci es que el PIB tendencial se ubique entre 1,5% y 1,8%, pero plantea otros escenarios alternativos. En un escenario pesimista, el PIB de largo plazo podría situarse en torno a 1,3%-1,5% y en el rango 1,9%-2,1% en un escenario optimista.
Bci plantea que, para elevar el crecimiento tendencial de la economía, se requiere un esfuerzo transversal de los diversos agentes económicos para favorecer la productividad y la acumulación de capital. En ese sentido, menciona que “medidas que apoyen el fortalecimiento e inclusión del mercado laboral poseen también impactos significativos sobre la economía en el largo plazo. El desafío entonces, contempla incrementar el PIB tendencial, condición necesaria para asegurar la solvencia de los cambios que se avecinan para la economía chilena”.