Desde hace algunos meses el presidente de Clínicas de Chile A.G., Gonzalo Grebe, ha venido alertando que los prestadores llegaron a un punto límite producto de la crisis de las isapres, las deudas que mantienen las aseguradoras privadas con las clínicas, y el nivel de incerteza con el que han tenido que operar en el último tiempo, sin recibir señales concretas de que esto se vaya a solucionar.

Todo ello, en un contexto en que las isapres están a la espera de las instrucciones que deberá dictar la Superintendencia de Salud, a más tardar en mayo, para poner en marcha el fallo de la Corte Suprema sobre la nueva tabla de factores. Según cálculos preliminares del gobierno, ha trascendido que podría implicar que las aseguradoras tengan que desembolsar hasta unos US$ 1.400 millones, lo que según la industria, podría arriesgar el cierre de las isapres.

Bajo este escenario, a juicio de Grebe, las soluciones y certezas que han estado esperando ya por varios meses, no han llegado. “Esto ya es una crisis del sector prestador. ¿Y por qué sostenemos eso? Porque, de alguna forma, como se van planteando las soluciones, lo que hay hoy día con bastante claridad, es que la continuidad del sistema asegurador privado está claramente en riesgo real con la propuesta que hace el Poder Ejecutivo. Y esa crisis repercute en el sector privado, nos guste o no”, sostiene.

¿Por qué?

-Porque la deuda de $ 500 mil millones de las aseguradoras privadas con los prestadores, en caso de una crisis, no se va a pagar. Ese es el tema de fondo, y el no pago de esa deuda genera una crisis de liquidez tremenda en el sector prestador. Y eso lo que hace es que pone en riesgo la continuidad operacional de los prestadores, por lo tanto, nos guste o no nos guste, esta crisis del aseguramiento hoy es una crisis del sistema y de la continuidad operacional de los prestadores privados.

¿Son $ 500 mil millones lo que les deben las isapres a diciembre?

-El stock de deuda a diciembre es de alrededor de $ 497 mil millones. Recuerde que aquí hay un stock histórico en condiciones de normalidad, pero efectivamente, cuando comparamos contra ese stock de normalidad, hay un exceso de deuda del orden de $ 300 mil millones, que es lo que ha permitido que el sistema se mantenga funcionando. Esa es la realidad. Frente a la caída de un asegurador, el 100% de su deuda es la que no se va a pagar. Y eso es lo que pone en riesgo la continuidad operacional producto de la crisis de liquidez que va a tener que enfrentar el sector prestador.

¿Cuánto ha variado esa deuda en un año?

-En marzo de 2022 eran más de $ 200 mil millones, y ahí es donde se produce este crecimiento casi exponencial, que prácticamente duplica la deuda, y hay una leve disminución con respecto a los $ 565 mil millones que mostramos en noviembre del año pasado. Los plazos (de pago) se han mantenido, esta reducción corresponde más bien a un tema de estacionalidad, porque la actividad tiene una disminución durante los meses de verano, y por lo tanto, esa es la razón principal por la cual se ve una leve disminución. Pero el tema de fondo es que los plazos de liquidación se mantienen extremadamente largos.

Habla de una crisis del sector prestador en caso de concretarse una caída de las isapres. ¿Eso no se evita con el proyecto que prepara el gobierno?

-El proyecto del gobierno es el que hoy día nos permite afirmar con más certeza que vamos a tener toda esta crisis que menciono. Primero, porque estamos hablando de cifras siderales. O sea, cuando el Ejecutivo pone arriba de la mesa que el monto de las devoluciones tiene que ser del orden de US$ 1.400 millones, nosotros le agregamos pelos a la sopa. Aquí hay un problema, porque los US$ 1.400 millones sólo contemplan la devolución de estos cobros en exceso, pero no contemplan la regularización de la deuda (con clínicas). Por lo tanto, aquí lo que tenemos no es un problema de US$ 1.400 millones, tenemos un problema de US$ 2.000 millones, y que el sistema, de acuerdo a como está planteada la ley corta, tiene que por sus propios medios, por mecanismo de eficiencia o gradualidad en la devolución, ser capaz de restablecer la normalidad.

¿Por qué cree que las isapres no podrían desembolsar ese monto?

-Cuando tienes un sistema cuya venta global anual es del orden de US$ 4.000 millones, y lo que se está planteando es una devolución de US$ 1.400 millones, estamos hablando que el sistema tiene que devolver del orden del 30% de sus ingresos. Si lo llevas a dos o tres años, significa que esa aseguradora tiene que generar un excedente anual del orden del 10% o el 12%. Todos sabemos que esta es una industria cuyos márgenes de operación andan entre el 1% y el 2%, por lo tanto, tenemos que apostar a aumentos de eficiencia del orden de cinco a seis veces lo que son los excedentes normales que genera la compañía. Y la verdad es que eso nos parece un escenario bastante poco factible de cumplir.

En caso de que caiga el sistema de isapres, ¿puede caer también alguna clínica?

-La consecuencia es absolutamente en cadena, porque el problema que se produce frente al colapso de una o más, o todas las isapres, es que la deuda que se ha contraído en el tiempo, tiene que entrar en un proceso de liquidación, a través de la liquidación de las garantías, y nosotros sabemos que ese es un proceso tremendamente engorroso. Piense en la experiencia que tuvimos el año 2017 con la quiebra de isapre Masvida: al día de hoy, luego de cinco años, esa garantía todavía no se liquida. Por lo tanto, este problema provoca una crisis de liquidez brutal. Y esa crisis de liquidez es la que genera estos riesgos, o esta probabilidad de que alguno de los prestadores no pueda mantener su operación, porque no va a contar con el capital de trabajo para poder seguir operando.

¿Qué llamado hacen al gobierno, o qué propuesta tiene para evitar esta crisis?

-Lo que nosotros pedimos es que en esta propuesta de ley también se incluya el tema de los prestadores, porque la única manera de que esta crisis no llegue a los pacientes, que es lo que todos quieren evitar, es que este riesgo de continuidad operacional dado por el no pago de las deudas, y esta crisis de liquidez, se incluya como elemento en la discusión legislativa (...) No hay duda alguna de que hoy ya no es una crisis del aseguramiento privado, sino que es una crisis de los prestadores privados, por lo tanto, creo que como primera medida, deberíamos estar tratando, en particular, fórmulas que permitan salir adelante de esta crisis (...) Creo que es muy importante la velocidad y la posibilidad real de que se introduzcan certezas en toda esta discusión, que es lo que ha estado más ausente en todo este periodo.