Poco a poco se van conociendo más detalles del Presupuesto 2022. Si el lunes Hacienda entregó la proyección de crecimiento para el próximo año, de 2,5%, este martes la Dirección de Presupuestos (Dipres) dio a conocer el escenario fiscal. Y las noticias no fueron auspiciosas: los ingresos fiscales anotarían una caída de 7,1%, con respecto a la proyección de ingresos efectivos para 2021 ($53.641.577 millones, en moneda de 2022).

De acuerdo al Informe de Finanzas Públicas del tercer trimestre, la Dipres, señaló que la caída se debe principalmente al comportamiento de los ingresos tributarios netos, los cuales disminuyen 8,7% versus la recaudación proyectada para este año. Este resultado se explica por el bajo rendimiento del impuesto a la renta, con una caída de 12,6%, el cual será arrastrado por el componente “resto de los contribuyentes”, puesto que la minería privada sube 22,6%. El segundo factor a considerar es la caída de 9,5% que experimentará el IVA.

Esto último, en parte, se debe a una base de comparación más exigente, tras el fuerte aumento proyectado para 2021, de 30,1%. Así, en 2022 se espera que la recaudación por IVA vuelva a niveles consistentes con su relación histórica con la demanda interna.

El factor que engloba los menores ingresos es el crecimiento más acotado proyectado para la economía en 2022, lo que trae consigo menor recaudación.

En el Presupuesto, además, se solicitó la posibilidad de emitir deuda pública hasta por US$21 mil millones en 2022.

Directora de Presupuesto, Cristina Torres junto al ministro de Hacienda, presentan el Informe de Finanzas Públicas.

La tarea para el próximo gobierno

En el informe también se entregaron perspectivas de las finanzas públicas de mediano plazo. La primera lectura es que las cifras presentadas por Hacienda son bastantes exigentes para el próximo gobierno que asumirá en marzo., sobre todo en materia de convergencia fiscal.

En el escenario base se considera una reducción del déficit estructural de 1% por año hasta 2026, año en que se espera llegar al balance fiscal con un resultado de 0,1%. Esa senda considera un déficit de 3,9% el próximo año, 2,9% en 2023 y 1,9% en 2024. En 2025 debería converger a -0,9% y en 2026 a un leve superávit de 0,1%. Si se cumple esa ruta, precisó la Dipres, la deuda pública subiría hasta 39,6% del PIB en 2025, para retroceder y estabilizarse en 38,6% hacia 2026.

Para el déficit fiscal efectivo, la trayectoria también muestra una reducción fuerte: 2,8% en 2022; en 2023 de 2,5%; en 2024 de 1,9%; en 2025 de 1,4% y en 2026 de 0,5%.

La directora de Presupuestos, Cristina Torres, explicó que “los gastos comprometidos se actualizaron en base a los gastos estimados en el programa financiero que acompaña el proyecto de Ley de Presupuestos 2022. Estos contemplan el cumplimiento de obligaciones legales y contractuales vigentes, la continuidad operacional de los organismos públicos y los compromisos adquiridos a la fecha”.

En ese contexto, aseveró que “la senda de convergencia simulada entre 2023 y 2026 es exigente, pero aun así mantiene holguras positivas en la mayor parte del período, con un estimado de US$7.249 millones acumuladas en dichos años”.

Otras de las proyecciones relevantes que entregó el gobierno fue la de crecimiento del PIB para los próximos años. La expansión promedio prevista no llega ni al 3%, lo que debe ser considerado por los programas de los candidatos presidenciales. Entre 2022 y 2025 la proyección se sitúa en 2,7%, con 2,5% en 2022 y 2023, 2,8% en 2024 y 2,9% en 2025.

Ministro de Hacienda y su equipo presentan presupuesto 2022.

Los énfasis

Los ministerios que tienen el mayor monto del total son Educación, ($11.759.710 millones), Salud, ($11.393.193 millones) y Trabajo, ($9.347.234 millones), pero entre los que más crecen está Deporte con un alza de 55%; Obras Públicas con 12,8% y desarrollo social con 11,9%.

En su presentación, el gobierno resaltó los recursos destinados para el Ministerio de Salud, el cual asciende a un total de $11.393.193 millones, lo que representa un incremento de 9,9%, respecto del año 2021. Se mencionó que se potenciará la atención primaria con $2.618.244 millones, mientras que a nivel de atención secundaria y terciaria de Salud, se destina un presupuesto de $7.168.471 millones.

Asimismo para el área de reactivación económica, se considera un total de $9.180.390 millones, lo que equivale a un incremento de 4,5%. Según Hacienda, se prioriza el crecimiento del gasto de capital por sobre el aumento del gasto corriente, para mantener el impulso en materia de inversión pública, que crece 8,1% respecto a 2021.

Economistas: buena meta, pero poco realista

Los economistas valoran que se trate de presentar una senda de consolidación fiscal, sin embargo, ven poco “realista” la magnitud dado el contexto político y el cambio de gobierno.

Para Cecilia Cifuentes, académica de la Universidad de Los Andes, “el grado de incertidumbre sobre la situación futura es muy grande, porque a las fuertes presiones de gasto actuales y los muy expansivos programas de gasto de los candidatos de izquierda, se suma la discusión constitucional, en la cual una mayoría presiona por mayores derechos sociales”. Por esas razones, argumenta que “lamentablemente la trayectoria de gasto necesaria para consolidar la situación fiscal se ve poco probable. Creo que la amenaza a la sostenibilidad fiscal futura es uno de los riesgos más altos que enfrenta el país actualmente. Veo con gran preocupación que el consenso que existía hace algunos años sobre la responsabilidad fiscal se ha perdido”.

Alejandro Fernández, de Gémines

Mientras que Alejandro Fernández, economista de Gemines, acota que la trayectoria fijada por el gobierno “probablemente no se cumpla, pero sí sería muy conveniente que se intentara hacerlo lo más estrictamente que se pueda, para evitar los riesgos de deterioro sin control que podría producirse”. Macaren García, economista de LyD, subraya que “es muy exigente la meta de reducción de 1% por año, pero necesaria. Es muy importante la consolidación del gasto del 2022, pero también lo es la convergencia de los años siguientes”.

Desde Bci, Antonio Moncado menciona que “parece poco probable, dado que para converger a esa senda fiscal se requiere una nueva contracción en el gasto hacia 2023, y además, crecimientos del gasto en torno a 1% para el período 2024-2026. Esto nunca ha ocurrido desde que se tiene registro, y exigiría una moderación sustancial del gasto público de forma permanente”. Además, puntualiza que “los ingresos contemplan un crecimiento promedio de casi 4,5% real una vez pasados los efectos cíclicos de la pandemia, con un PIB creciendo bajo 3% en el período 2024-2026″.

Y Alejandro Alarcón, académico de la Universidad de Chile, comenta que para lograr el balance fiscal los ingresos estructurales deben crecer y eso se ve complejo en el corto plazo. “Para que se estabilice la deuda pública bajo 40% del PIB tiene que crecer los ingresos estructurales y que no haya una crisis global en los próximos cinco años”.