En menos de dos semanas, Hernán Palma (63) dejará el delantal blanco que lo acompañó durante más de dos décadas mientras ejerció como médico y llegará al Congreso como diputado electo en el distrito 12.
El Partido Humanista, del que forma parte, fue disuelto en enero de este año por no cumplir con los niveles de representatividad establecidos por ley, pero Palma afirma que ese no será su fin. En ese marco, es parte del equipo provisorio que está llevando adelante la re-legalización del partido, donde se desempeña como secretario general.
En entrevista con La Tercera, el legislador electo comenta que la diputada Pamela Jiles, quien fuera vista como una de las líderes del PH en los últimos años, no es parte de los patrocinantes que buscan volver a legalizar el partido. De cara al gobierno que asumirá el 11 de marzo, el médico cirujano considera que el conflicto que se arrastra desde hace años entre Jiles y el presidente electo Gabriel Boric, “tiene que resolverse de una vez por todas”.
¿Cuál será el sello de su labor legislativa? ¿En qué tema se enfocará durante los primeros meses?
El tema que a mí me convoca principalmente es la neurodiversidad y la discapacidad. Otro aspecto de la salud que me interesa son las adicciones, donde sobre todo la población infanto-juvenil es la que está más afectada. Es una realidad que conozco de cerca por casi dos décadas de trabajo en dispositivos de apoyo a personas, sobre todo más jóvenes, que están sumidas en el consumo de sustancias ilícitas. Espero que mi sello sea la inclusión. En esa línea, las comisiones que son mi prioridad son la de Salud y la de Derechos Humanos.
¿Cuál es el rol actualmente de Pamela Jiles en el Partido Humanista?
Por el momento, Pamela Jiles no está afiliada. El PH está hoy en un proceso de re-legalización y yo estoy participando activamente en su proceso, en una suerte de equipo provisorio que están llevando adelante eso. Ella (Jiles) no está por el momento en el equipo patrocinante que son, si no me equivoco, 136 personas que fuimos a suscribir a la notaría la escritura que da inicio al proceso.
Que ella no haya sido parte de los patrocinantes, ¿significa que ya no es parte del partido?
Los patrocinantes no son militantes, son un grupo de gente amiga que toma la decisión de firmar una escritura pública que se presenta en el Servel para dar inicio al proceso de legalización, que exige 100 personas y nosotros presentamos 136. Una de esas soy yo. En estricto rigor no tenemos calidad de militantes, pero no tengo cómo decir si ella se va o no a afiliar cuando este proceso comience una vez que nos den el vamos. Yo no he conversado con ella. Entiendo que ella está abocada a otras labores, que tienen que ver más bien con la Cámara y las negociaciones que seguramente se están haciendo al interior de ella respecto de los procesos que se acercan.
Hace años se arrastra una pugna entre ella y Gabriel Boric, primero dentro de la Cámara Baja y luego en su candidatura presidencial. ¿Qué los distancia?
Eso es como una manzana de discordia. Nosotros decidimos como partido, cuando aún estaba con vigencia legal, respaldar al gobierno del Presidente Boric y no destruir su mandato. Eso tampoco significa una postura entreguista, sino que dar un apoyo crítico. Respecto de esa aversión entre ambos, no sé cómo se puede resolver, me huele a una cosa muy personal. Hay que hacer todos los esfuerzos desde todos los sectores que formaron el bloque opositor a la derecha gobernante, para que el gobierno entrante le dé salida al plebiscito que avale la nueva Constitución. Entonces, estratégicamente no es una buena movida ponerse en la vereda de enfrente. Esa distancia crónica tiene que resolverse de una vez por todas, porque produce distancias internas y dificultades a la hora de acercarse a producir acuerdos.
A más de dos años de abandonar la coalición, ¿cuál es la relación que tienen con el Frente Amplio?
Yo diría que es buena. Es un momento político distinto a cuando se firmó el acuerdo de la paz, por ejemplo. Nosotros fuimos uno de los partidos, junto con el PC, que no lo avaló, porque evaluamos que era avalar la tesis de Piñera de que estábamos en guerra. Produjo una cierta urticaria ver ahí sentado detrás de la misma mesa a sectores que nos parecían inconciliables. Pero la suerte ya está echada, estamos en este escenario actual y hay que apañar. Estamos en la mejor disposición a cooperar de forma propositiva, crítica y responsable. Yo personalmente fui a La Moneda chica hace algunas semanas y me acerqué al Presidente Boric para comentarle lo que estaba pasando en términos de derechos humanos. Me sentí bien recepcionado, acogido, con buena disposición.
¿El PH seguirá empujando los retiros de fondos previsionales?
Lo que tenemos que propiciar es un nuevo modelo de seguridad social, porque los fondos se le van agotando a la gente que tiene menos recursos, y no a quienes tienen más. No sé cómo se va a instalar un nuevo sistema previsional si no existe un mínimo sustrato para aquello. La gente puede seguir retirando plata, pero hay que ser un poquito más largoplacista. La gente está ocupando los retiros para pagar deudas, cambiar su vehículo y hacer mejoras en su casa. Entonces, si bien es una solución, nuestra mirada tiene que estar fuerte en el mediano y en el largo plazo. Este es el único país donde desgraciadamente se tuvo que recurrir a que la gente rompiera su propio chanchito y usara sus propios fondos, que no habría sido lo ideal. Hay que empujar la elección de un nuevo sistema de seguridad social que sea solidario y estamos respaldando la intención de terminar con el sistema de las AFP, y pasarlo por uno tripartito.
Ustedes son votos claves para lograr un acuerdo para la presidencia de la Cámara de Diputados. ¿Con quién estarían dispuestos a pactar y apoyar?
Nosotros no tenemos disposición jamás a negociar con la derecha. Ellos son el soporte no solo del sistema neoliberal que se instaló en este país, sino que además han sido cómplices de delitos de lesa humanidad y se siguen abanicando de lo que hicieron. Uno tiene que ser claro y preciso respecto de qué vereda se coloca. Nuestra disposición es negociar con los sectores que están más radicalizados hacia la izquierda, pero tampoco con la ultraizquierda que está propiciando la vía armada para cambiarlo todo. Probablemente este gobierno va a tener matices más socialdemócratas que revolucionarios, pero claramente va a ser un avance en la hoja de ruta del país.
Una de las candidaturas más avanzadas es la de Karol Cariola...
Yo personalmente conozco a Karol Cariola, siento una gran admiración por ella y es una de las diputadas con mayor votación en Chile. Creo que más allá del partido que representa, ella representa el sentir de mucha gente. Es una chica joven, feminista, potente, con experiencia, que viene de la generación pingüina. Si hubiera que apoyarla, no tendría ningún reparo en hacerlo. Estoy esperando a ver qué rostros y qué facciones políticas se proponen para decidir por quién votar, pero por la derecha, jamás. Creo que es superimportante asegurar en el bloque opositor el respaldo al futuro gobierno. Aquí hay un mandato popular y hay que alinearse con eso. Este mandato tiene claramente dos componentes, uno es el apoyo al bloque que encabeza el Presidente Boric, y el otro, es un fuerte componente de gente que le tiene pavor al fascismo. Entonces yo creo que hay que apañar sí o sí.