El huracán Ian comenzó a azotar el miércoles la costa del Golfo de Florida con potentes vientos y lluvias torrenciales, lo que llevó a las autoridades a decir a los residentes que ya era demasiado tarde para evacuar, mientras el ojo de la tormenta se acercaba con una potencia cercana a la categoría 5.

Más de 2,5 millones de las personas que viven en Florida recibieron el martes algún tipo de advertencia de evacuación a medida que Ian se acercaba a la costa oeste del estado después de dejar sin electricidad a toda Cuba.

El huracán Ian se intensificó rápidamente a medida que se acercaba a tocar tierra en la costa suroeste de Florida el miércoles, con vientos máximos de 250 km/h, apenas por debajo de la categoría 5, la más peligrosa. Los vientos y la lluvia dañinos azotaron el estado, y la densamente poblada región de Naples.

Los meteorólogos dijeron que Ian provocará un fuerte oleaje impulsado por el viento, lluvias torrenciales que podrían causar inundaciones costeras de hasta 3,7 metros, junto con intensas tormentas eléctricas y posibles tornados. Las bandas exteriores de la tormenta ya estaban llevando fuertes vientos y lluvias a gran parte de la costa del Golfo en la mañana del miércoles.

“Ojalá no fuera una previsión que está a punto de hacerse realidad. Esta es una tormenta de la que hablaremos durante muchos años, un acontecimiento histórico”, dijo Ken Graham, director del Servicio Meteorológico Nacional.

“Se trata de una poderosa tormenta que debe ser tratada como si un tornado se acercara a su casa”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis. “Van a ser uno o dos días desagradables. Va a ser un momento duro”.

Los residentes de la costa del Golfo de Florida vaciaron las estanterías de los supermercados, tapiaron las ventanas y huyeron a los refugios ante la cercanía del huracán, indicó Reuters.

La zona costera de Florida con mayor riesgo de sufrir el embate del huracán alberga kilómetros de playas, decenas de hoteles vacacionales y numerosos parques, siendo un área preferida por jubilados y veraneantes por igual.

Casi 60 distritos escolares de Florida cancelaron las clases por el huracán, dijo DeSantis. Se abrieron más de 175 centros de evacuación en todo el estado, indicó, muchos de ellos edificios escolares convertidos en refugios.

Las aerolíneas comerciales informaron de la cancelación de más de 2.000 vuelos en Estados Unidos relacionados con la tormenta y los aeropuertos internacionales de San Petersburgo-Clearwater y Tampa cerraron el martes.

Walt Disney Co anunció que cerrará sus parques temáticos y acuáticos de Florida el miércoles y el jueves, mientras que los Tampa Bay Buccaneers de la Liga Nacional de Fútbol Americano se trasladaron a Miami, donde practicarán esta semana antes de su partido contra los Kansas City Chiefs del domingo.

El acercamiento de la tormenta también perturbó la industria energética de la Costa del Golfo, ya que el personal fue evacuado de 14 plataformas de producción, suspendiendo cerca del 11% del bombeo petrolero en la región.

El Presidente Joe Biden prometió en un evento en Washington que el gobierno federal ayudará a Florida cuando pase la tormenta. “Estamos en alerta y en acción, hemos aprobado todas las solicitudes que Florida ha hecho”, señaló.

Ante la llegada de Ian, los expertos advirtieron sobre los peligros que significaba los restos contaminados de la industria minera de fertilizantes de fosfato de Florida, más de mil millones de toneladas en “pilas” que se asemejan a enormes estanques, los que corren el riesgo de sufrir fugas u otra contaminación con la llegada del huracán.

Florida tiene 24 pilas de fosfoyeso de este tipo, la mayoría de ellas concentradas en áreas mineras en la parte central del estado. Cada año se generan alrededor de 30 millones de toneladas de estos desechos ligeramente radiactivos, según el Instituto de Investigación Industrial y de Fosfatos de Florida.

“Una gran tormenta como la que nos estamos preparando puede inundar las instalaciones con más agua de la que pueden manejar los estanques al aire libre”, dijo a The Associated Press en un correo electrónico Ragan Whitlock, abogado del personal del grupo ambiental del Centro para la Diversidad Biológica.

“Estamos extremadamente preocupados por los impactos potenciales que el huracán Ian pueda tener en las instalaciones de fosfato en todo el estado”, agregó Whitlock.

Ian tocó tierra en Cuba el martes temprano como un huracán de categoría 3, provocando un apagón nacional. El miércoles se informó que el servicio se ha restablecido parcialmente, tras una avería en el sistema a causa del paso del huracán.

“En el momento de las averías estaban sin servicio 835 MW debido a los daños generados por el huracán Ian en las provincias desde Pinar del Río hasta Mayabeque, y se operaba con altos niveles de transferencia entre la zona occidental y la zona centro oriental”, dijeron las autoridades en un informe publicado por Cubadebate.

La Habana recibió los vientos y las precipitaciones de la cola de Ian mientras salía de la isla y se adentraba en el Golfo de México, dejando a la ciudad de más de 2 millones de habitantes con un gran número de árboles en las calles y cables eléctricos y telefónicos cortados.

El cambio climático está haciendo que los huracanes sean más húmedos, ventosos e intensos. También hay pruebas de que está provocando que las tormentas se desplacen más despacio, lo que significa que pueden verter más agua en un solo lugar, dicen los científicos consultados por Reuters.

“La rápida intensificación del huracán Ian podría ser otro ejemplo de cómo el calentamiento del planeta está cambiando los huracanes”, dijo Kait Parker, meteoróloga y científica del clima en weather.com de IBM. “Las investigaciones muestran que estamos viendo esto con mucha más frecuencia que en décadas pasadas”.