Entre el 28 y 31 de mayo, un evento de marejadas anormales se vivió en las costas de Rapa Nui. Las olas se llevaron la infraestructura de dos balnearios, una cancha de skate y varios botes. También provocaron daños en locales comerciales. Uno de los restaurantes, incluso, quedó con pérdida total.
Pero el agua y rocas, que también llegaron a sectores habitados, no solo provocaron daños en Hanga Roa, sino también en el centro ceremonial Tahai, al interior del Parque Nacional Rapa Nui. Específicamente, generaron el derrumbe parcial del ahu Vai Uri, una plataforma de roca rectangular y de 30 metros de extensión que sostiene a cinco moais de los 900 que tiene la isla.
El ahu Vai Uri, uno de los tres que tiene el complejo, data de 1.200 d.C. y fue construido -cuenta la leyenda- para combatir a las criaturas malignas que habitan el océano. En la isla, la mayoría de los ahu (plataformas) contienen Ivi Tupuna (restos bioantrológicos de los ancestros). También han sido utilizados de manera secundaria, y de forma más reciente, para entierros, por lo que constituyen un espacio sagrado y de gran importancia para la gente rapanui.
En esta oportunidad, la fuerza del mar causó el desmoronamiento, socavamiento, grietas y lavado de los elementos de la plataforma, arriesgando el colapso inminente de todo el ahu, incluidos los moai. Las olas también originaron daños menores en los ahu Ko te Riku y Tahai.
Por eso, y dado que Rapa Nui es Monumento Histórico y Sitio de Patrimonio Mundial de la Unesco, la secretaría técnica del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) inició este lunes las obras de emergencia en complejo ceremonial junto a la comunidad indígena Ma’u Henua -que administra el parque-, la cual ofreció un curanto como parte del Umu Hatu, una ceremonia que realizan los rapanui para promover buenos augurios y la protección de quienes participarán en los trabajos.
En este caso, la arqueóloga y conservadora de la Ma’u Henua, Daniela Meza Marchant, y el arqueólogo Rafael Rapu Rapu, quienes contarán con la asesoría de especialistas en conservación con experiencia en este tipo de trabajos de restauración.
Las obras
Los trabajos, que fueron avaluados en $ 45 millones, se realizarán en 98 días corridos. Estos consisten en crear un muro de contención -en la parte posterior del ahu Vai Uri- para estabilizar la base de la plataforma, y luego restaurar los puntos afectados por el desprendimiento, colapso de material y deslizamientos de bloques en los tres ahu.
“Esta era una situación realmente urgente de abordar. El ahu Vai Uri sufrió un derrumbe parcial y, por estar a casi 12 metros del borde costero, las fluctuaciones marinas han sido determinantes en su deterioro”, explicó el subsecretario del Patrimonio Cultural y presidente del CMN, Emilio De la Cerda.
“Las obras de emergencia están centradas en la búsqueda de la preservación del complejo, respetando especialmente las técnicas tradicionales de construcción, agregando el mínimo de materiales foráneos, y solo en los casos que sea realmente necesario (...) siempre que sean compatibles con las técnicas y características de los materiales existentes”, agregó el subsecretario.
Se espera que las obras detengan el daño y protejan la estructura de futuros fenómenos climáticos. En ese sentido, el alcalde de Rapa Nui Pedro Edmunds dijo que las obras permitirán proteger el sitio, “que cada vez que vienen marejadas surweste, siempre se ve dañado” y que “hay otros sitios que hay que seguir protegiendo, y necesitamos todo el apoyo que el Estado nos pueda facilitar, porque requieren mano de obra especializada”.