IPoM: Banco Central prevé mayor caída del PIB y de la inversión para 2023 y una inflación más alta
El ente rector pasó de esperar una contracción de entre 0,5% y 1,5% para el PIB el próximo año, a una de entre 0,75% y 1,75%, es decir, con centro en -1,25%. Y ahora estima una inflación de 3,6%, en vez de 3,3%, volviendo a 3% recién hacia la segunda mitad de 2024.
En el último informe de Política Monetaria (IPoM) del año, el Banco Central ajustó sus previsiones para el próximo año. Y si bien en materia de actividad ve un escenario más negativo que el anticipado en el informe de septiembre, el ajuste es prácticamente marginal.
De acuerdo con las proyecciones, pasó de esperar una caída de entre 0,5% y 1,5% a un rango de entre -0,75% y -1,75%, es decir, con el centro de la estimación en -1,25%. Así, para la demanda interna, la previsión pasó de-4,7% a -5,3%, la inversión, en tanto, se ajustó levemente de -4,7% a -5% y el consumo se ajustó de -4,6% a -5%.
En el análisis, el BC menciona que la proyección de actividad “sigue considerando que el consumo y la inversión mostrarán tasas de variación negativas en 2023″. Esto, a su vez, “refleja un mercado laboral que ha perdido fuerza, expectativas de hogares y empresas en niveles pesimistas, un tipo de cambio real elevado y condiciones financieras más restrictivas para todo tipo de créditos”.
El BC subraya que “las perspectivas para la inversión siguen siendo débiles”. De hecho, dice que, el último catastro de la Corporación de Bienes de Capital “muestra montos de inversión a la baja durante el período 2022-2025. Al mismo tiempo, las expectativas de las empresas siguen en valores pesimistas, en especial el bajo dinamismo del sector inmobiliario.
Asimismo, indica que el consumo privado continuó ajustándose, donde resalta la nueva disminución de la parte de bienes durables (-3,8% trimestral desestacionalizado), que ha deshecho una parte relevante de la excesiva alza que mostró en la segunda mitad de 2021. Mientras el consumo de bienes no durables continúa ajustándose a la baja y el consumo de servicios ha seguido creciendo gradualmente.
Menciona que el ajuste del consumo se ha dado en un contexto en que la liquidez ha ido normalizándose, la creación de empleo es baja y los salarios reales muestran caídas desde hace casi un año. La ocupación total y la fuerza de trabajo muestran un bajo dinamismo durante 2022. En lo más reciente, resalta la disminución de la ocupación formal, compensándose con una mayor participación del empleo informal y por cuenta propia, señala el informe.
Ahora, por el lado fiscal, el BC considera un gasto “acorde con el Presupuesto aprobado para 2023, que sigue una senda de consolidación para los años siguientes”.
Para el BC, el impulso externo que recibirá la economía chilena se reduce respecto de lo previsto en septiembre. “En un contexto de políticas monetarias más contractivas en el mundo desarrollado, las perspectivas de crecimiento mundial se han vuelto a deteriorar. En el escenario central, acorde con lo previsto por el consenso de mercado, se prevé que EE.UU. y la eurozona enfrenten una recesión en 2023″, dice. En ese punto, añade que “con esto, los socios comerciales chilenos crecerán 2,1% el próximo año (2,6% en septiembre).
Puntualiza que en los precios de las materias primas sigue previéndose una trayectoria a la baja respecto de sus niveles actuales. Para el cobre se anticipan precios promedio de US$3,55 y US$3,45 para los próximos dos años, y para el petróleo se prevén valores en torno a US$80 en el mismo lapso.
Inflación al alza
En cuanto a la inflación, el ente rector subió levemente su expectativa para el próximo año pasando de 3,3% a 3,6%. “Las expectativas de inflación siguen altas. Las medidas a dos años plazo persisten por sobre 3%, aunque con alguna moderación en el margen. A un año plazo, las expectativas descendieron algo más, situándose entre 4,5% y 6% en las encuestas a expertos”, sostiene el BC. ¿Cuándo estará nuevamente en 3%? recién hacia mediados de 2024.
Asimismo, argumentan que “esta revisión de la inflación considera la sorpresa acumulada en los últimos meses y un tipo de cambio real que descenderá más lentamente a lo largo del horizonte de proyección”. Sobre esto último, “se supone que el tipo de cambio se mantendrá en torno a sus niveles actuales en los próximos trimestres, lo que contribuirá al ajuste de los desequilibrios locales, para luego comenzar a disminuir, en línea con el ajuste de los desequilibrios y la convergencia de otros fundamentos”.
En el IPoM el Banco Central subraya que “la convergencia inflacionaria sigue descansando en que la economía continuará ajustándose. En el escenario central, se sigue proyectando que la actividad tendrá varios trimestres de contracción. Con esto, la brecha de actividad se tornará negativa hacia inicios de 2023, manteniéndose en esos valores hasta fines del horizonte de política, lo que es necesario para la convergencia de la inflación a la meta”.
Tasa de interés congelada, por ahora
Ayer, el Banco Central mantuvo la tasa de interés en 11,25%, luego de 11 alzas consecutivas. Y si bien se espera que ya no haya nuevos incrementos, para el BC “la inflación sigue siendo muy elevada y la convergencia a la meta de 3% aún está sujeta a riesgos”. Por ello, reiteró el mensaje de que “el consejo mantendrá la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 11,25% hasta que el estado de la macroeconomía indique que dicho proceso se ha consolidado”.
En su análisis afirma que los bordes del corredor de TPM reflejan escenarios donde la velocidad del proceso de convergencia inflacionaria da paso a ajustes más tempranos o más tardíos de la tasa respecto de lo considerado en el escenario central. En ese sentido, dicen que “un factor relevante es la evaluación de la persistencia inflacionaria, ya sea por la magnitud y signo de nuevas sorpresas en la inflación o por el grado de ajuste de las expectativas”.
En este contexto, escenarios donde estas variables denoten una menor o mayor persistencia inflacionaria podrían llevar a un proceso de reducción de la TPM más adelantado o tardío que lo previsto.
Otro factor de relevancia será la velocidad de ajuste de la economía. “El escenario externo ha tenido un continuo deterioro y las expectativas de hogares y empresas están en niveles pesimistas. En este contexto, no podría descartarse un ajuste más rápido de la economía que lleve a una reducción más temprana de la TPM”.
En Santander dicen que, dadas las nuevas proyecciones para los precios, “la trayectoria para la tasa contemplada en su escenario central se mueve al alza en torno a 60 puntos base en promedio”. Por ello, afirman que de manera implícita en el corredor para la TPM está una rebaja en la tasa en la reunión de abril de alrededor de 75 puntos base llegando a una TPM de 8% a fines del próximo año”.
Para el BC, “la economía chilena se encuentra en un proceso de resolución de los desequilibrios macroeconómicos y tiene la tarea de recomponer las holguras que le han permitido mitigar los impactos de shocks externos en el pasado. Por lo mismo, es particularmente relevante que todas las políticas económicas apunten en la misma dirección, y se prioricen aquellas orientadas a favorecer el ahorro”. En ese sentido, indicó que “la capacidad de la economía de realizar un ajuste breve, ordenado y con el menor costo posible depende críticamente de la coherencia de las decisiones de los distintos actores”.
PIB 2022 al alza
Para este año, en tanto, mejoró la estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) pasando de un rango de entre 1,75% a 2,25% a una cifra de 2,4%. En el desglose, una de las variables que llamó la atención es el alza que hizo para la inversión, ya que pasó de esperar una caída de -3,3% a un alza de 2,9%. Para el consumo, la previsión pasó de 2,2% a 3,3% y la demanda interna subió de 1,2% a 2,5%.
De acuerdo con el BC, la formación bruta de capital fijo tuvo un desempeño significativamente mejor al previsto en el tercer trimestre. Este resultado fue impulsado por la inversión en energías renovables y otros sectores específicos. Entre estos últimos destacó el impacto de las obras de ingeniería asociadas a fases terminales de proyectos mineros, al mayor gasto en servicios y a factores puntuales como las importaciones de buses
Y para la inflación la subió levemente pasando de 12% a 12,3%. No obstante, tras la sorpresa inflacionaria de 1% en noviembre que llevó a que el IPC anual escalara nuevamente hasta 13,3%, ponen en tela de juicio esa previsión.
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