“Joe Biden ha tenido el primer mes más desastroso que cualquier presidente en la historia moderna”, dice Trump en su primera intervención pública tras dejar la Casa Blanca
Con su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el Partido Republicano intentó posicionar al exmandatario como su carta presidencial para las elecciones de 2024.
“¿Ya me extrañan?”, dijo el expresidente republicano Donald Trump al subir a dar un discurso en el cierre de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de este año, en su primera intervención pública tras dejar la Casa Blanca el 20 de enero.
“Al reunirnos esta semana, estamos en medio de una lucha histórica por el futuro de Estados Unidos, la cultura de Estados Unidos, las instituciones, las fronteras y los principios más preciados de Estados Unidos”, dijo el exmandatario, advirtiendo que “nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestra propia identidad como estadounidenses está en juego como quizás en ningún otro momento“.
Con el Partido Republicano fuera de la Casa Blanca y siendo minoría en ambas cámaras del Congreso, el encuentro de este año parece adquirir aún mayor importancia. El tono de la conferencia queda claro al mirar la lista de temas: “Por qué los jueces y medios se negaron a examinar las pruebas”, “Turbas enfadadas y violencia en nuestras calles”, entre otros. También se dedicó una sección a hablar sobre “estados fallidos”, como Pennsylvania o Georgia, dos de los territorios que Trump perdió contra Biden en noviembre.
El empresario aprovechó su discurso para criticar duramente a la nueva administración. “Joe Biden ha tenido el primer mes más desastroso que cualquier presidente en la historia moderna”, dijo Trump, quien calificó al nuevo mandatario de “anti empleo, anti familias, anti frontera, anti energía, anti mujeres y anti ciencia”. “En un mes pasamos de America First a America Last”, agregó el republicano.
Trump también golpeó a Biden por la situación fronteriza. “Al eliminar imprudentemente nuestra frontera, las medidas de seguridad, los controles, todas las cosas que implementamos, Joe Biden ha provocado una avalancha masiva de inmigración ilegal en nuestro país como nunca antes habíamos visto”, dijo el expresidente.
El evento se celebró por primera vez en Orlando, Florida, para evitar las restricciones impuestas en Washington -la sede tradicional de la conferencia- para contener la pandemia.
La primera CPAC se llevó a cabo en 1974, con un Partido Republicano dividido y un Estados Unidos en plena transformación. En esa oportunidad, el encuentro fue clave para levantar el ánimo del partido tras la renuncia del expresidente Richard Nixon y unir a los distintos grupos conservadores. Además, fue donde arrancó la carrera presidencial del entonces gobernador de California, Ronald Reagan, que terminó convirtiéndose en uno de los mandatarios más influyentes de la historia de Estados Unidos.
Desde entonces, la conferencia se ha transformado en un evento clave del movimiento conservador estadounidense, que sirve para determinar hacia dónde va el partido y catapultar a los aspirantes a la Presidencia. De hecho, la intervención de Trump en la CPAC de 2015 le dio un fuerte impulso a su candidatura ese año.
Mientras algunos republicanos advierten que es mejor alejarse de las declaraciones de Trump, las estrellas de la conferencia de este año señalaron lo contrario. El exmandatario “tiene sus defectos”, pero “no conquistaremos el futuro intentando llevar al Partido Republicano adonde estaba” antes de él, dijo el senador Rick Scott dos días antes del discurso del exmandatario.
“Si damos la espalda a Trump, perderemos la base de votantes de clase trabajadora a los que el Presidente Trump tanto ha motivado. Perderemos elecciones en todo el país y, al final, perderemos nuestra nación”, dijo el republicano, aprovechando la oportunidad para criticar a quienes intentan “avivar las llamas de una guerra civil” dentro del partido.
“¡Donald J. Trump no va a desaparecer, no se va a ir a ningún sitio!”, aseguró el senador Ted Cruz el viernes, en el primer día de la conferencia.
Sin embargo, hay un grupo de rebeldes que se niega a aceptar el apoyo incondicional a Trump. “Adorar a los ídolos no es conservador”, dijo a través de Twitter el congresista republicano Adam Kinzinger, tras ver fotos de una gran estatua dorada de Donald Trump que unos partidarios llevaron a la CPAC.
También llamaron la atención las figuras que estuvieron ausentes en la conferencia de este año. Mike Pence, exvicepresidente de Trump, rechazó la invitación, aunque los organizadores aseguraron que mantiene una buena relación con su antiguo jefe. La líder de la minoría del Senado, Liz Cheney, el senador Mitch McConnell, y el excandidato presidencial Mitt Romney tampoco hicieron una aparición en el evento.
En la edición de este año, los oradores se mostraron enfurecidos ante la “cultura de la cancelación”, el socialismo radical y las empresas de “grandes tecnologías”, mientras promovían las afirmaciones falsas de fraude electoral difundidas por Trump y negaban que el exmandatario fuera culpable del asalto al Capitolio el 6 de enero.
El senador Josh Hawley de Missouri aprovechó la conferencia para defender su voto para impugnar el resultado del colegio electoral, pocas horas después del motín. “Me llamaron traidor, me llamaron sedicionista. La izquierda radical dijo que debería ser expulsado del Senado de los Estados Unidos. Bueno, como dije hace un momento, no me voy a ninguna parte. Yo me quedo aquí, voy a defenderlo”, señaló el senador entre ovaciones.
Los republicanos tienen la difícil tarea de asegurar la posición de Trump como abanderado republicano pese a haber perdido la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, y haber sido acusado dos veces.
“Quién sabe, puede que incluso decida vencerlos por tercera vez”, dijo Trump entre los aplausos de la multitud, dando señales de una posible candidatura. Sin embargo, aún no es seguro que Trump, de 74 años, persiga una carrera presidencial en 2024. “Todo depende de su salud. ¿Está en la cárcel? ¿Tiene una deuda de miles de millones de dólares? Pero suponiendo que no esté acusado, si quiere participar, el cupo es suyo. No creo que ningún republicano lo desafíe”, ha dicho Joe Walsh, crítico de Trump y excongresista republicano.
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