Katerina Kitidi, portavoz de Acnur: “A medida que los refugiados venezolanos siguen cruzando las fronteras, el apoyo a su regularización e inclusión debe ser la mayor prioridad”

Katerina Kitidi, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados.

En entrevista con La Tercera, la vocera del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados destaca que la situación en Venezuela es la segunda mayor crisis de desplazados en el mundo.


Katerina Kitidi es portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Desde Ginebra, Suiza, la funcionaria sigue con atención las necesidades de los solicitantes de asilo en la región. Además de acusar el impacto de la pandemia, destaca la necesidad de avanzar en la regularización de los migrantes y refugiados.

Migrantes Colchane
Migrantes venezolanos caminan por la carretera luego de cruzar ilegalmente la frontera entre Bolivia y Chile en Colchane, el 3 de febrero de 2021. Foto: AFP

En entrevista con La Tercera, Kitidi aborda el fenómeno migratorio en América Latina y se refiere a la diáspora de haitianos y venezolanos en la región.

En estos dos años de pandemia, ¿cómo se han movido los números relativos a migración y refugiados en América Latina?

Con más de 18 millones de refugiados, solicitantes de asilo, desplazados a la fuerza y apátridas, las Américas comprenden el 20% de las personas en el mundo que están bajo el interés de Acnur. El Reporte de Tendencias Globales del año 2020 mostró que alrededor del mundo, a pesar de que el Covid-19 irrumpió en varios ámbitos de nuestra vida diaria, no detuvo los conflictos, ni la inseguridad, ni los otros motivos que obligan a las personas a abandonar sus hogares. Como indica el reporte, en las Américas el número total de refugiados, junto con el número de venezolanos desplazados, creció un 8% en 2020 en relación con el año anterior. Actualmente, entre otras poblaciones desplazadas en la región, hemos reportado 4,6 millones de refugiados y migrantes venezolanos repartidos en América Latina y el Caribe. Además, en Centroamérica y México hay más de 1,1 millones de personas que se han visto forzadas a huir.

Cuando se habla de migración y refugiados, ¿cuáles son los lugares críticos de América Latina?

Como Acnur, lo que vemos en las Américas no es solo un flujo migrante, sino movimientos mixtos de refugiados y migrantes. La gente deja sus países por una variedad de razones, incluyendo la inseguridad y la violencia, persecución y amenazas, carencia de acceso a comida, medicina o servicios esenciales. También la movilidad puede producirse por pérdida de ingresos y falta de sistemas de protección nacional efectiva, como resultado de las circunstancias políticas y socioeconómicas, encima agravadas por el impacto de la pandemia. El impacto de factores ambientales, como los huracanes Eta e Iota, que golpearon Centroamérica a finales de 2020, también ha forzado a la gente a abandonar sus hogares. En cuanto a los lugares críticos: no olvidemos que la situación en Venezuela es la segunda mayor crisis de desplazamiento en el mundo. Además, en los últimos 10 años, los desplazamientos desde El Salvador, Guatemala y Honduras se incrementaron por casi 50 veces. Son estas las dos situaciones donde la Acnur se enfoca más.

Un migrante hondureño camina hacia El Florido, Guatemala, punto fronterizo entre este país y Honduras. Foto: AP

¿Cuál es la postura de Acnur frente a las caravanas de haitianos y centroamericanos que cruzan México para llegar a Estados Unidos? ¿Qué deberían hacer los gobiernos en esa materia?

La compleja situación social, económica, humanitaria y política en Haití ha llevado a distintas olas de movimiento mixto (refugiados y migrantes) desde el país en la década pasada. Algunas de las personas en estos movimientos pueden tener motivos muy fundados para pedir protección internacional. Una cosa ciertamente necesaria es una respuesta regional coordinada para estas poblaciones. Esta respuesta debe ofrecer acceso a asilo a aquellos que requieran protección internacional, y caminos de migración alternativos para aquellos que no necesiten protección.

¿Cuál es la recomendación de Acnur a los países que están recibiendo más migrantes, como Colombia, Chile y Perú?

Nuestro mensaje sobre la migración venezolana es amplio, y no va dirigida a países en específico. Antes que todo, Acnur considera que la mayoría de los venezolanos desplazados tienen altas posibilidades de necesitar ayuda internacional. A medida que los refugiados y migrantes venezolanos siguen cruzando las fronteras, el apoyo a su regularización e inclusión socioeconómica debe ser la mayor prioridad. Una situación regularizada es un punto de partida para la mayoría de las familias, y la puerta de entrada a la integración local y la contribución en los países huéspedes. De todos modos, hay que tener en cuenta que a los países huéspedes no se les puede dejar solos en la ayuda para los venezolanos. Particularmente, a medida que el impacto económico de la pandemia se siente en América Latina y el Caribe, las capacidades nacionales están al límite, y no hay una solución rápida por ahora. La llegada oportuna de fondos económicos para apoyar tanto a los socios humanitarios como a los países anfitriones es crucial.

¿Cuál es la opinión de Acnur sobre el Estatuto Temporal de Protección, la iniciativa usada por Colombia para registrar y regularizar la situación migratoria de los venezolanos en el país?

La Acnur ha aplaudido la iniciativa de Colombia de proveer estatus de protección temporal de 10 años a los venezolanos en el país. Consideramos esto como una pieza clave en la facilitación de la integración socioeconómica de los venezolanos, incluyendo su acceso a los sistemas de salud nacionales, cosa que es crucial en estos tiempos de Covid.

¿Cómo ha afectado la pandemia la situación de refugiados y migrantes en América Latina?

No hay ningún país en América Latina que haya estado exento del impacto de la pandemia, que fue particularmente duro en las poblaciones forzosamente desplazadas y otras poblaciones en movimiento. Datos revelados a principios de año por Acnur mostraban que el impacto de la pandemia entre los desplazados fue devastadora, causando la pérdida de trabajos y formas de vida, y una baja de los ingresos estimada entre el 80% y el 90%, particularmente para las personas que dependían del sector informal. A nivel familiar, un estudio de principios de año reveló que el 40% de las familias entrevistadas habían sido desalojadas en los meses anteriores, y que más del 75% afirmaba tener dificultades para pagar su siguiente renta. Esto ha llevado a dramáticas situaciones de desamparo, carencia de hogar e inseguridad alimentaria, que está afectando a tres cuartos de los desplazados y sus familias. Acnur ha estado apoyando a los gobiernos en sus esfuerzos para prevenir la propagación del Covid 19. Hemos estado abogando, con las autoridades nacionales, por la inclusión de las personas forzosamente desplazadas dentro de los planes de vacunación. Conscientes de que hay personas reacias a ir a los puntos de vacunación, y en conjunto con nuestros socios, hemos estado realizando campañas de sensibilización e información pública intensivamente, además de distribuir equipo médico y de prevención.

Respecto del reciente ataque sufrido por inmigrantes venezolanos en Iquique, ¿cuál es la opinión de Acnur? ¿Qué pueden hacer los gobiernos para evitar que estos eventos ocurran?

En esto, quisiera hacer eco de las palabras del doctor Eduardo Stein, representante especial conjunto de Acnur y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para los refugiados y migrantes venezolanos, que expresó: “Estos actos de intolerancia van en contra del espíritu de solidaridad, bienvenida y respeto por los derechos fundamentales que el pueblo y el Estado de Chile han demostrado históricamente, recibiendo a los venezolanos con generosidad, y en el mismo modo, como en el pasado, el pueblo venezolano abrió sus puertas a tantos refugiados y migrantes chilenos. Aunque aislados y no representativos, estos actos de odio, intolerancia y xenofobia son en extremo preocupantes. Ante ellos, confiamos en que el gobierno de Chile y la sociedad en su conjunto responderán clara e inequívocamente: la discriminación y la xenofobia no tienen cabida en nuestros países y deben ser condenadas firmemente”.

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