Entre la próxima semana y la subsiguiente -a más tardar entre el 13 y el 18 de marzo, ver Artículo 41 de la Constitución- se despejaría si el gobierno pasará o no apuros para lograr que el Senado le vise extender el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe (EECC), que ha regido ininterrumpidamente desde el 18 de marzo del año pasado, y que permite aplicar toque de queda. Es una votación por mayoría simple, nada de 3/5 o 2/3. Pero uno, esto nunca se ha hecho antes. Dos, están las razones sanitarias, claro, pero también el tenso inicio de año político entre el Ejecutivo y la oposición.
La noche de este lunes, el Presidente Piñera anunció, en entrevista con Canal 13, que enviará al Congreso un proyecto de ley para extender el EECC.
Las chances son que La Moneda consiga la prórroga por unanimidad o con muy amplio apoyo bajo la lógica de que la medida se justifica mientras el virus siga matando gente, o que esto se enrede si cuajan en la sala los reparos de algunos senadores de oposición. Uno de los principales -no hay una sola razón- es la aprensión que despierta en algunos extender el EECC justo cuando se discute intensamente qué hacer ante la crisis en La Araucanía, y si parte de esto último pasa o no por presencia y fuerza militar en la zona.
La semana pasada comenzaron en esa región los “patrullajes mixtos” a cargo de destacamentos de Carabineros, PDI y el Ejército, pero éste no tiene atribuciones para actuar en orden público, solo presta apoyo de medios y hace presencia. Con la presión para que el gobierno decrete estado de sitio ya no solo de los Republicanos de José Antonio Kast, sino que además de parte de Chile Vamos (aunque La Moneda evita cruzar esa línea), el debate por prolongar el EECC parece enredarse: entre algunos senadores opositores no gusta la idea de llegar y darle un cheque en blanco al gobierno votando a favor.
Para más bulla, en la oposición dicen estar molestos con el Presidente a raíz de la polémica de si hubo o no un desaire (cosa que allá han negado) al dejar hablando sola a la presidenta del Senado, Adriana Muñoz, la semana pasada, precisamente después de la cumbre en Palacio por el asunto Araucanía. Aunque hay voces que dicen que una cosa no se puede mezclar con la otra, una de las principales fuentes de reparos -y también presión- a que La Moneda extienda el EECC están en la mesa de la Cámara Alta.
La misma Muñoz escribió el viernes pasado una columna en La Tercera titulada El riesgo de una excepción permanente, en la que advirtió que aunque hay “limitaciones a la circulación y reunión que pueden seguir siendo indispensables, hay otras que no parecen igualmente perentorias, como el toque de queda, actualmente más un instrumento para el control del orden público que una necesidad sanitaria”. Y que “para prorrogar el estado de catástrofe debe justificarse su necesidad y la proporcionalidad de las medidas aplicadas, sin transformarse en un mecanismo permanente ni servir a fines ajenos a los sanitarios”.
Así que después de que el domingo en la noche el ministro vocero Jaime Bellolio anunciara en TVN que “es muy probable” que se renueve, “porque la pandemia aún no ha pasado y necesitamos dar una señal de tranquilidad”, casi de inmediato saltaron las aprensiones en la oposición. Eso sí, todavía no hay decisión tomada de todo el sector de votar o no a favor la prórroga.
En la mesa del Senado ya se declaró en contra el vicepresidente Rabindranath Quinteros (PS), quien en la mañana sentenció vía comunicado de prensa que “el gobierno decidió abrir los cines, bares, gimnasios y apuró el retorno a clases presenciales, además de autorizar a los casinos para funcionar en Fase 2, entonces no tiene sentido extender el estado de excepción”, y que “mantenerlo hoy con los criterios de apertura que se están aplicando no tiene sentido ni mayor validez”.
Llegó a decir que “no estoy disponible y creo hablar por el mundo socialista para que se sigan restringiendo las libertades de los ciudadanos”.
Quinteros, al igual que otros senadores de ese partido, tiene un pero con este proceso: que el gobierno no confunda lo del EECC con el asunto de la Araucanía. En el PS cunde la idea de que La Moneda rinda cuentas de cómo ha usado esta herramienta y de qué pretende hacer exactamente con ella si quiere renovarla.
Durante esta tarde de lunes su comité de senadores conversó esta materia y acordaron oponerse expresamente a que se utilice el EECC como un “Estado de Sitio encubierto en la Araucanía”.
Sin perjuicio de eso, una versión sostiene que también acordaron escuchar los fundamentos para la prórroga, solicitar precisar su aplicación y no ser un obstáculo para que la autoridad cuente con las atribuciones necesarias para enfrentar la pandemia.
“Si es para objetivos como militarizar, no podemos votar a favor”
Uno es Juan Pablo Letelier. Por un lado este senador PS dice que “es comprensible que en razón de la pandemia haya toque de queda, que haya uniformados del Ejército colaborando con medidas sanitarias, pero esto se mezcla con otras conversaciones, con el problema en el territorio de La Araucanía y la natural preocupación de que no se militarice; no olvidemos que estuvo el famoso Comando Jungla”.
Según él, “estamos dispuestos a colaborar en todo lo necesario, pero respecto a La Araucanía tenemos la preocupación severa, que se agudizó con la actitud del Presidente y sus ministros con la presidenta del Senado. Quedó la impresión, por no decir la convicción, de que le interesó la pura foto y tenemos diferencia en el tema de la seguridad en la zona”. Así que, “si nos van a pedir algo en el Senado, depende de lo que pidan y cómo. Depende de lo que sea, si es solo por la pandemia es una cosa, pero si quieren meter militares en La Araucanía, ¿para eso?, no pues”.
Después está el también PS Carlos Montes. Hace ver que “para tomar decisiones sobre el estado de excepción es necesario conocer la evaluación que hace el gobierno de lo que ha ocurrido y el fundamento de la solicitud de extenderla. Esos antecedentes son muy necesarios para definir posición”. Yendo sobre el mismo punto que Letelier, advierte: “El gobierno tiene que explicar muy bien para qué quiere esto. Nosotros no tenemos que especular. Si es para objetivos que no compartimos, como militarizar, no podemos votar a favor”. Los senadores PS iban a conversar este asunto en la reunión de comité de esta tarde.
En el PPD, el senador Guido Girardi tiene otros puntos. Advierte que “nosotros vamos a poner en discusión esto. Acá hablamos de la pandemia y me parece que hoy el estado de excepción no es una condición imprescindible”. Y que se necesita “un gobierno que no siga llegando tarde con recursos insuficientes y que mejore la trazabilidad de contagios”.
¿Tiene que ver en esto también el episodio Piñera - Adriana Muñoz? “Cuando el gobierno convoca a acuerdos para poner por delante el interés superior del país, pero al mismo tiempo borra con el codo lo que escribe con la mano, la señal es que al gobierno no le interesa la opinión del legítimo otro: es un agravio o desinterés y uno tiene derecho a dudar si el gobierno invita por una acción de pirotecnia comunicacional en vez de que le interese una política de acuerdos”, dice.
Otra voz crítica es la del RD Juan Ignacio Latorre, porque es “un periodo demasiado extenso respecto de este estado de excepción y estos toques de queda” y cree que “responde más a una estrategia de control social del conflicto más que a una estrategia sanitaria, sobre todo cuando vemos que hay medidas contradictorias o que generan confusión a la ciudadanía como el interés del gobierno porque se retomen las clases presenciales, los colegios, se abren malls, restaurantes, cines, etc. pero se mantienen el toque de queda y el estado de excepción”.
Añade que ”no tenemos claridad de la evidencia del impacto sanitario de esta medida de control, y donde tenemos por ejemplo las aglomeraciones en los lugares de transporte público como el Metro, las micros, etc. por volver al trabajo. Entonces, mientras sigue el proceso de vacunación, creo que hay que revisar desde el punto de vista sanitario y no desde el punto de vista del control social estas medidas de estado de excepción y toque de queda”.
No es lo mismo que argumenta el DC Francisco Huenchumilla: “Si las autoridades técnicas estiman que para el mejor control de la pandemia es necesario tener facultades especiales, en este caso estado de catástrofe, entonces soy partidario de que así sea. Se trata de la salud y la vida de las personas y todavía esto no tiene un control total”. Hace ver que “no sé lo que se va a mandar, el tiempo y los términos en que eso se podría hacer (extensión del EECC), pero si los expertos están a favor de una solicitud con fundamentos, estoy a favor de la medida. Para mí, antes que una decisión política es una decisión sanitaria”.
Y tampoco parece tener reparos como los anteriores el independiente Pedro Araya, quien piensa que “por lo menos el estado de excepción debiera entenderse en aquellas zonas que tienen foco de contagio alto, que están superando la media, o que no logran bajar los promedios que el propio gobierno ha fijado”, y dice estar “abierto a escuchar lo que va a proponer el gobierno, porque claramente las cifras de contagio de coronavirus no han bajado en el país. En la región que yo represento, Antofagasta, sigue con tasas altísimas. Con ese argumento estaría disponible a autorizar la extensión del estado de excepción”.
Eso sí, repara en que “primero que hay escuchar cuál será el argumento del gobierno sobre cuál será el despliegue de las Fuerzas Armadas, qué tipo de conflictos se han suscitado, y si es necesario o no el estado de excepción en todo el país”.