Hace unas semanas, el senador estadounidense Lindsey Graham pidió que “alguien en Rusia mate a este tipo”, haciendo referencia al Presidente Vladimir Putin. Amenazas que no parecen ser novedosas para el mandatario, ya que “suele afirmar que sobrevivió con éxito a entre 12 y 13 intentos de asesinato contra su vida”, según comentó Andrei Soldatov, experto en seguridad rusa, al canal de televisión alemán ZDF.

Putin es un exagente del KGB que está en el poder desde hace 22 años. Como exespía, para él su seguridad es lo primordial, al igual que su salud. Protegerse de los asesinos y evitar contagiarse de Covid-19 han sido sus prioridades en el último tiempo.

En fotos recientes se puede ver a Putin reunido con líderes mundiales, en las que llaman la atención las notorias distancias que mantiene con sus invitados. Como cuando recibió al Presidente de Francia, Emmanuel Macron, a principios de febrero, en una mesa de seis metros de longitud. En 2020 realizó una visita a un hospital en Moscú cubierto por un traje contra residuos peligrosos y un respirador de cara completa por temor a contagiarse de Covid.

La seguridad de Putin es todavía más estricta. Sus miembros se autodenominan “mosqueteros” y forman parte de una unidad especial dentro del Servicio de Protección Federal de Rusia, que tiene sus orígenes en 1881, cuando el zar Alejando III se rodeó de guardias después del asesinato de su padre producto de una bomba, según consigna The Economist.

Según el sitio web Russia Beyond, los guardaespaldas de Putin son cuidadosamente seleccionados por cualidades que incluyen “psicología operativa”, resistencia física, la capacidad de resistir al frío e incluso no transpirar si hace calor.

Asimismo, están equipados con maletines especiales a prueba de balas que sirven como escudos para proteger a Putin y llevan pistolas de alto poder cargadas con balas perforantes.

Antes de viajar, equipos de avanzada exploran el destino al que llegará Putin con meses de anticipación, incluso verifican cómo responderá el público y si existe la posibilidad de que el área se vea afectada por mal tiempo o un desastre natural.

A cualquier parte que vaya, la seguridad de Putin inspecciona cada detalle, se instalan dispositivos de interferencia para evitar la detonación remota de bombas y técnicos realizan vigilancia electrónica de celulares y otros dispositivos en el área.

El presidente ruso viaja en medio de un convoy de camionetas fuertemente blindadas que transportan militares especializados, armados con fusiles AK-47, lanzagranadas antitanque y misiles antiaéreos portátiles.

Cuando sale en público, cuatro anillos de seguridad lo rodean, comenzando con sus guardaespaldas listos para recibir un disparo, otros escondidos de civil entre la multitud y el perímetro, y francotiradores en los techos cercanos.

Cada guardaespaldas cumple su período al llegar a los 35 años y son reemplazados por unos nuevos, pero pueden ser recompensados por poderosos puestos como gobernadores regionales, ministros federales, comandantes de servicios especiales y administradores presidenciales, según informa el diario New York Post.

Mark Galeotti, experto en seguridad rusa y director de Mayak Intelligence, dijo a BBC Mundo que uno de los asuntos que es tratado con más precaución es la comida, y que Putin cuenta con un catador personal que chequea todo lo que el mandatario va a comer.

“Es parte de un estilo que más se acerca a un monarca medieval que a un presidente moderno”, menciona Galeotti a la cadena británica.

En el caso de que Putin viaje fuera de Rusia, el equipo del mandatario se encarga de todo lo que consume. “Se llevan toda la comida y bebida que él va a consumir. Así, por ejemplo, si hay un brindis oficial con champaña, él toma de la botella que su equipo le trae, no de la del resto”, explica Galeotti.

Vladimir Putin habla tras su reunión en el Kremlin. Foto: AFP

Otra medida que busca proteger a Putin es el bloqueo de smartphones dentro del Kremlin. En 2020, en una entrevista realizada por la agencia de noticias rusa TASS, admitió que no usa estos dispositivos y que si existe la necesidad de contactarlo, ordena que lo hagan por la línea oficial.

Asimismo, para poder ingresar a la residencia del presidente ruso no se pueden llevar teléfonos ni computadores por temor a que se filtre información.

Por su parte, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, ha dicho en algunas ocasiones que Putin no usa celular, porque “no tiene demasiado tiempo”. Pero la verdad es que entre las razones que explican la cautela del mandatario a usar celulares es que desconfía profundamente de internet.

Es tan así que desde 2014 el presidente ruso comenzó a desarrollar una red de internet propia que cerraría el acceso a la conexión global. Runet es el proyecto que lleva a cabo durante ocho años, que según el mandatario ayudaría a combatir la guerra cibernética.

Para que esta medida fuera posible, en 2019 aprobó la “ley de internet soberana”, que permite apagar la conexión a la red mundial y el controlador del tráfico pasaría a manos del Roskomnadzor, el organismo regulador de medios del país que tiene el poder de bloquear contenidos sin previo aviso u orden judicial.

Si Putin no confía en internet, ¿cómo se informa? Según Galeotti, el mandatario recibe distintos informes de sus agentes. “Comienza su día con tres documentos informativos de seguridad. Uno es de lo que está pasando en el mundo, otro es de lo que está pasando en Rusia y, el tercero, es sobre lo que está sucediendo dentro de la élite”.

Distintos medios califican que la paranoia ronda por la mente de Putin, lo que lo hace ser sumamente cauteloso con todo, pero que también se debe a su experiencia en el KGB. Incluso llegó a despedir a 1.000 empleados por temor a ser envenenado, según consigna ABCNews

Expertos sostienen que desde que comenzó a gobernar, Putin se ha “bunkerizado” para evitar que su seguridad y salud se vean afectadas. Desde el inicio de la guerra, varias personas están pidiendo la cabeza del mandatario, por lo que lo más probable es que estas medidas sean más duras de aquí en adelante.

Pese a ello, Soldatov no espera un movimiento de su círculo íntimo para asesinar a Putin, a pesar del trato cada vez más hostil que enfrentan. “Creo que ahora Putin casi no corre peligro”, dijo el experto a ZDF.