“Un resentimiento contra cierto grupo”: en esos términos la policía nipona explicó los motivos que les habría dado Tetsuya Yamagami, el hombre acusado de haber asesinado el viernes pasado al exprimer ministro de Japón, Shinzo Abe. En un principio, y en miras a no interferir con el desarrollo de las elecciones parlamentarias del fin de semana, las autoridades se negaron a dar a conocer el grupo ni la conexión de este con Abe.
Los medios japoneses empezaron a especular, y la opción más clara fue la Iglesia de la Unificación, un culto cristiano conocido tanto por sus matrimonios masivos como por sus relaciones con partidos conservadores alrededor del mundo.
Finalmente, el lunes la iglesia dio un comunicado, en que confirmaban que la madre de Yamagami había pertenecido al culto, dejando de aparecer en 1998. Tomihiro Tanaka, el líder de la dirección japonesa del culto, señaló también que la mujer había vuelto a la iglesia a inicios de este año. De todos modos, la iglesia no se identificó con el “grupo” del cual hablaba la policía.
Tanaka también declaró que Tetsuya Yamagami no apareció en ninguno de los registros de la iglesia, y que tampoco estaban conscientes de alguna amenaza dirigida a los miembros del culto. Según lo dicho por Yamagami a los investigadores del crimen, él pensaba que Abe estaba relacionado con la Iglesia de la Unificación, grupo al que culpaba por los problemas financieros de su madre.
La Iglesia de la Unificación fue fundada en Corea del Sur por el reverendo Sun Myung Moon, en 1954. De origen norcoreano, Moon aseguraba haber sido visitado por Jesús a los 15 años, y le habría dicho que terminase el trabajo que quedó inacabado después de su crucifixión. Refugiado en Busan durante la Guerra de Corea, y luego instalado en Seúl, Moon fundó su propia iglesia, que se metió en política adoptando una línea anticomunista, lo que le valió la simpatía del régimen surcoreano de la época. La iglesia también se involucró en la creación de distintas organizaciones cívicas y diarios, como The Washington Times.
Ya a finales de los 50, la iglesia había entrado en Japón, donde pronto hizo causa común con políticos de derecha, incluido el abuelo de Shinzo Abe, el también primer ministro Nobusuke Kishi, debido a su animosidad contra el comunismo. Los lazos entre el Partido Liberal Democrático y la iglesia se estrecharon a través de las décadas, a medida que la iglesia aumentaba en seguidores y generaba millones de dólares. De todos modos, con la muerte de Moon en 2012, la iglesia había perdido influencia en Japón.
En 2021, Shinzo Abe participó en una cumbre de la Federación para la Paz Universal, grupo afiliado a la iglesia, y en el que también tomaron parte Donald Trump y Michel Temer. En un discurso grabado para la audiencia en Corea del Sur, Abe elogió al grupo por su “foco y énfasis en los valores familiares”. Ya entonces, aquella participación le valió críticas al exprimer ministro por parte del Partido Comunista de Japón y otros grupos.
De todos modos, la Iglesia de la Unificación es solo una de las muchas organizaciones religiosas con las cuales Abe y sus partidarios se aliaron en busca de apoyo político. En declaraciones a The New York Times, el profesor de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Levi McLaughlin, comentó: “Nada de esto es inusual, y ciertamente no era exclusivo. Sencillamente pasó que la iglesia compartía muchas de las plataformas políticas del Partido Liberal Democrático, y específicamente las de Abe”.
Entre otros famosos de la política relacionados con la Iglesia de la Unificación, se cuenta al mismo Richard Nixon, que sin necesariamente pertenecer al culto, sí trató con Sun Myung Moon, y que, de hecho, recibió su apoyo durante el escándalo de Watergate. También en Francia, la secta tuvo breves vínculos con el Frente Nacional.
Después de su primera gira mundial, Moon se instaló en 1970 en Estados Unidos, donde fue condenado por evasión fiscal, pasando más de un año en prisión a inicios de los 80.
Desde la muerte de Moon en 2012, ha sido su esposa, Hak Ja Han, quien ha ejercido como líder y portavoz pública del movimiento mundial. En 2019, participó en un mitin en Japón, donde habló de “cooperación y entendimiento” en los países de la Cuenca del Pacífico. También ha hablado en discursos a favor de la reunificación de las Coreas, y en 2020 le entregó al exsecretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon el “Premio Sunhak de la Paz”, que comprende un millón de dólares y fue establecido para continuar con el legado del reverendo Moon.
Este martes, en Tokio, grandes masas esperaron el auto que llevaba los restos de Shinzo Abe al lugar donde se realizaría su cremación. Más temprano, se había realizado un funeral privado en el templo Zojoji. En toda la ciudad, las banderas flamearon a media hasta, y a la salida del templo muchas personas se congregaron, llevando ramos de flores y sacando fotos para despedir a quien fuera el primer ministro del país entre 2012 y 2020.
La carroza fúnebre pasó por el cuartel general del partido de Abe, el Liberal Democrático, antes de hacer una escala en la residencia del primer ministro, donde el actual jefe de gobierno, Fumio Kishida, le rindió honores junto con otros legisladores.