Los trabajadores en Chile poseen un sentimiento de esperanza y expectativas positivas superior a los miedos frente al nuevo ciclo político y social, por lo menos en lo que respecta al trabajo. Así lo refleja el estudio “Expectativas, valores y miedos sobre el mundo del trabajo en el nuevo ciclo social”, realizado por la Escuela de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD) y el Banco Santander.
La encuesta, que se realizó durante la segunda semana de enero de 2022 y fue respondida por 1022 personas, consideró respecto del ciclo político que comienza la pregunta abierta “¿qué sueños, esperanzas o expectativas tiene con respecto a su trabajo?”.
Tres fueron los principales deseos y esperanzas futuras de los encuestados: aumento de sueldos (28%), estabilidad económica y social que potencien a los trabajadores y trabajadoras (27%) y más oportunidades laborales (11%). Otros deseos que surgieron fueron la igualdad de sueldos entre hombres y mujeres (10%) y que se reduzca la jornada a 40 horas (6%).
Sobre el último punto, dentro de lo que podrían hacer los empleadores para facilitar el trabajo y hacerlo más agradable, trabajar menos horas concentró un apoyo importante (20%) por parte de los encuestados.
Por otra parte, en términos de las expectativas, también se evidencia una clara inclinación de las personas a contar con un entorno laboral dinámico y con aportes concretos a su situación personal. Del mismo modo, hay un deseo de que las empresas crezcan, como un modo de contribuir también a su situación personal.
Eugenio Guzmán, decano de la facultad de gobierno de la UDD, explicó que “en general hay una serie de expectativas que tienen que ver principalmente con sueldos, pero existen otras no directamente pecuniarias tales como ascensos, condiciones laborales y mejor trato. No deja de sorprender aquellos que podrían ser rotulados como más escépticos y conformes que declaran que “ninguna” (expectativa). Por último, existe una inquietud por la estabilidad de las empresas, que se manifiesta como preocupación por la economía, especialmente la estabilidad del trabajo y mas oportunidades laborales”.
Diversidad en el trabajo
Sobre diversidad en el espacio de trabajo, para la encuesta la UDD y el Banco Santander elaboraron un Índice de Disposición a la Inclusión, con puntajes que van del 0 al 30.
De esa forma, el estudio arrojó que el 53% de los chilenos obtuvo puntajes superiores a 25 (el quintil más alto) en su disposición a integrar equipos de trabajos con multiplicidad de características de sus compañeros.
El índice consideró las respuestas en temas como el trabajo de hombres y mujeres en un mismo equipo, la convivencia de personas con distintas capacidades, la labor mancomunada de distintas edades, la colaboración de formaciones profesionales diferentes, de la diversidad sexual y de trabajadores de distintos países.
La integración entre hombres y mujeres en los equipos es la que obtiene la primera preferencia por parte de los entrevistados, con el 37%.
El 19% de los entrevistados, en tanto, consideró que lo más importante es que trabajen personas con capacidades diferentes, el 17% se inclinó como la prioritaria que trabajen personas de distintas edades en los equipos y el 14% optó por trabajadores con formaciones distintas en los equipos de trabajo.
Más atrás, el 6% consideró que lo más importante es que trabajen personas con distintas orientaciones sexuales y solo el 2% afirmó que haya trabajadores de distintos países como lo más importante.
Principales miedos de los trabajadores chilenos
En cuanto a los miedos que declaran las personas en sus trabajos, la pérdida del empleo o desempleo es el más alto, con 32%. En segundo lugar, el 13% afirma que uno de los mayores temores es el no ser valorado, el 10% que haya inestabilidad laboral y el 9% que el sueldo no alcance.
Respecto a la razón por la cual podría haber un aumento del desempleo a futuro, el 27% contestó a malas políticas de gobierno, el 27% a la crisis económica internacional, el 21% a la llegada de inmigrantes, el 15% a la pandemia y el 10% a la falta de capacitación en el uso de nuevas tecnologías.
Sobre esto último, en el caso de los inmigrantes, el temor a que causen desempleo es sustancialmente mayor a su relevancia desde el punto de vista de la inclusión. De acuerdo al estudio, esto puede ser un indicador de ambivalencia respecto a la inmigración y una “disposición no incluyente oculta”. Este hecho se hace mucho más significativo en los grupos socioeconómicos C3 y D-E y mucho menor en el ABC1.
¿Qué pueden hacer las empresas?
Lo más importante para los trabajadores en cuanto a qué pueden hacer los empleadores para facilitar el trabajo y hacerlo más agradable, es ser valorado, incluido y respetado (22%). Esta necesidad es más alta entre los hombres, ya que las mujeres tienen preferencia por mayor flexibilidad y jornadas más cortas.
En tanto, trabajar menos horas concentró un apoyo importante (20%) y el 18% se inclinó por un alza del sueldo. El 13% prefiere que exista más flexibilidad y la posibilidad de trabajar en la casa.
El estudio concluyó, además, que entre los más jóvenes adquiere mayor importancia la flexibilidad laboral, para poder compatibilizar trabajo y familia, opción que también es la número uno en el segmento socioeconómico ABC1 y C2.
Sobre mejores prácticas laborales que podrían incluir las empresas, los chilenos se inclinan mayormente (28%) por igualdad salarial para hombres y mujeres en el mismo cargo, porcentaje que sube a 32% en el caso de las mujeres. El 27% se inclinó por flexibilidad para compatibilizar trabajo y familia, sin grandes diferencias entre hombres y mujeres; el 12% que haya posibilidades de crecer en la empresa, el 11% que exista apoyo monetario y de tiempo para estudiar. Hay un 9%, en tanto, que dijo que no se requieren cambios en su trabajo.
María Eugenia de la Fuente, gerente de la división Personas, Comunicaciones y Sostenibilidad del Banco Santander, señaló sobre el estudio que “podemos ver en los resultados cómo los colaboradores valoran el sentirse conocidos, respetados, abiertos a la diversidad, que aspiran a trabajar en un ambiente de colaboración, respeto y justa retribución. Estas percepciones muestran cuán desafiadas estamos las empresas en estos tiempos de cambio, con enormes retos en cuanto a fortalecer el sentido de pertenencia, el compromiso con la organización, donde la comunicación empática y oportuna serán fundamentales”.