“Esta campaña no es la de Bachelet”. Esa fue una de las más duras frases que escuchó la candidata presidencial del PS, Paula Narváez, en el encuentro que sostuvo el sábado a las 10.30 horas con diputados y senadores de su partido para abordar el rumbo de su campaña.
Era la primera vez que la candidata socialista y exvocera de gobierno de Michelle Bachelet se reunía con todos los parlamentarios de su partido. Y quienes estuvieron presentes aseguran que se trató de “un encuentro fallido” en el que abundaron las recriminaciones cruzadas.
La ausencia de diseño político en su campaña y una falta de capacidad para instalar temas en la agenda fueron algunas de las críticas que senadores y diputados del Partido Socialista le plantearon a su candidata presidencial. Fue ahí cuando le advirtieron que el modelo de comando utilizado por Bachelet en sus campañas no es aplicable a su proyecto que hoy tiene como desafío combatir su bajo nivel de conocimiento.
Quienes estuvieron presentes en el encuentro del sábado aseguran que, además de la ausencia de diseño político, se le planteó a Narváez que en todas sus apariciones estaba actuando como vocera, es decir, preparada para responder, pero no para proponer temas ni menos guiar el foco de la discusión.
A medida que la reunión avanzaba, el ambiente se iba crispando.
Uno de los momentos de mayor tensión -aseguraban esta mañana algunos de los presentes- se dio cuando parlamentarios cuestionaron que Narváez se involucrara directamente en las denuncias contra el alcalde de Cerrillos, Arturo Aguirre, pidiendo públicamente su expulsión del PS.
Entre ellos, el senador Alfonso De Urresti -cercano a Narváez-, quien le planteó que no era bueno que se hiciera eco de los conflictos internos del partido, porque de esa manera desdibuja su rol como presidenciable. El senador por Valdivia añadió como ejemplo que los presidenciables de la UDI, Joaquín Lavín y Evelyn Matthei, no actuaban como voceros de los líos de su partido.
La postura del senador, según otro de los asistentes, fue secundada por el diputado Leonardo Soto, quien habría sostenido que con sus dichos contra Aguirre se había expuesto innecesariamente a un problema. Consultado al respecto, el parlamentario evitó hacer comentarios sobre la cita.
Las críticas no dejaron impávida a Narváez, quien -según describen los asistentes- respondió con firmeza, señalando que frente a denuncias de acoso sexual, como la de Aguirre, ella no actúa con cálculo político, sino que lo hace con convicciones.
El round con Elizalde
Al tomar la palabra, la candidata socialista se defendió también de las críticas al diseño de su comando, que dirige la exministra Nivia Palma, luego de que la abogada Paulina Vodanovic dejara la coordinación en febrero. Planteó que se estaba trabajando con convicción, esfuerzo y ad honorem. Y que no ha habido un apoyo suficiente de parte de su partido.
Fue ahí cuando intervino el presidente del partido, Álvaro Elizalde, quien desmintió lo planteado por la exministra, destacando que su mesa había hecho todo lo que Narváez ha pedido.
Recordó, por ejemplo, que pese a que varios en el partido -incluyendo al representante de la disidencia Marcelo Schilling- eran partidarios de que su proclamación se concretara en marzo, cuando ya hubiese un diseño armado para sostener su opción, su círculo insistió en hacerlo en enero. Varias fuentes del partido confirman que hay una visión crítica respecto del momento en que se instaló la candidatura de la psicóloga, en medio de su cuarentena en Puerto Varas y con febrero -un mes muerto en cuanto a política se refiere- a cuestas.
Desde el comando de la candidata no quisieron referirse ni a la reunión ni a las críticas que ahí se expusieron. “Fue un encuentro privado de trabajo y no haremos comentarios”, sostuvieron desde el equipo de la exvocera socialista.
Con todo, si bien en la colectividad hay varios que esperan un cambio radical en la estrategia de la campaña, otros ponen paños fríos y aseguran que de ahora en adelante debiera mejorar la coordinación y comunicación con el comando.