Una mezcla de pantallazos, interpretaciones antojadizas y “pseudomedios”, como lo definió el medio español Público en su investigación sobre las fake news alrededor del frustrado magnicidio contra Cristina Kirchner, son parte de los ingredientes para explicar el fenómeno que ataca principalmente a las redes sociales. Otro factor, quizás uno de los más importantes, es la relación de políticos con la propagación de éstas dentro del ecosistema virtual.

Así lo plantea Público en un reportaje que busca encontrar los puntos en común entre la teoría de que el Canal C5N de Argentina supuestamente publicó la noticia antes de que ocurriera, que el atacante era un joven cristinista o que la pistola era de agua (donde incluso se deslizó que la mano que sostenía el arma tenía seis dedos en vez de cinco).

Entre los políticos sindicados, un patrón surge según la investigación. Nombres como el del eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, o la diputada argentina provida Amalia Granata, según su autodefinición, son algunos de los que aparecen en el reportaje.

Las fake news más difundidas

El ataque ocurrido el 1 de septiembre en las afueras del hogar de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, ha dado pie a un sinnúmero de conspiraciones, en una actividad que se acerca cada vez más a establecerse como símbolo de la era digital.

Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Agustina Díaz son hasta la fecha los principales sospechosos del intento de magnicidio contra la expresidenta trasandina. Y, si bien la investigación aún se encuentra en desarrollo, por lo que no se puede asegurar a ciencia cierta lo ocurrido, la aparición de noticias falsas ha suscitado especial interés por la arista política que implica un atentado contra la segunda autoridad de un país.

Los cuestionamientos a la veracidad del magnicidio se han visto afectados tras la aparición de mensajes de texto donde Uliarte confiesa haber participado intelectualmente en el ataque. “Los liberales ya me tienen re podrida yendo a hacerse los revolucionarios con antorchas en Plaza de Mayo (...) Hay que actuar. Mandé un tipo para que la mate a Cristi”, reveló el diario argentino La Nación.

La primera de las noticias falsas, y quizás una de las más famosas, es el supuesto montaje del ataque en base a que C5N, canal televisivo trasandino, habría subido la nota del incidente tres horas antes de que este ocurriera. La noticia la compartió La Derecha Diario, uno de los “pseudomedios” a los que Público se refiere, quienes afirman en una nota que aún está disponible en Twitter, que todo se trataría de un engaño para beneficiar políticamente al gobierno argentino.

Si bien las encuestas publicadas hasta el momento demuestran que la figura de CFK no se ha visto beneficiada tras el ataque, distintos medios de Fact Check salieron a desmentir la información entregada por La Derecha Diario. A través de Web Archive, Público verificó que la hora de publicación corresponde con la hora del ataque, y sitios especializados como Chequeado o AFP Factual comprobaron que, según el sitio de desarrolladores de Google, “en ocasiones, es posible que falten datos estructurados o que no se ajusten a la zona horaria correcta”, lo que se condice con la respuesta del director del portal web de C5N, Guillermo Gammacurta.

Fotografía de la publicación de La Derecha Diario con el retuit de la diputada Granata. Foto: Twitter

“Una cosa es la hora en que el publisher (editor) publica la nota, y otra es la hora que Google muestra en el serp (resultado que aparece en el buscador)”, detalló AFP Factual.

Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Su publicación en Twitter contaba hasta ayer con cerca de 31.000 Me gusta y más de 14.400 retuits. Una imagen acompaña el reporte del supuesto fraude.

Bajo la foto, una pestaña extra fue desplegada por la propia red social. Twitter, que en los últimos años ha estado trabajando en sus políticas relacionadas a las noticias falsas, advierte a sus usuarios con un botón especial que dice “Mantente informado. Este comunicado multimedia se presenta fuera de contexto”.

Al hacer clic en la pestaña, dos secciones propias de la plataforma explican que la información ya fue chequeada y calificada como falsa por diversos medios de Fact Check, citando a Chequeado, Newtral, Maldita y AFP Factual. También ofrecen una pequeña lista de los datos que explican por qué la noticia es falsa, así como un hilo con las páginas que desmintieron la información.

Otro “supuesto medio”, afirma Público, es FM LIDER Mar del Plata, que esparció la fake new de que el arma utilizada por Sabag Montiel sería una pistola de agua. En un repaso rápido de su perfil, publicaciones contra la “ideología de género” y noticias sobre la “bandera falsa” que el gobierno de Estados Unidos ejecutó en los atentados del 11 de septiembre de 2001 son algunas de las más vistosas.

“Primicia!! medios brasileros y expertos armeros explican que la pistola ‘del ataque’ es de juguete y es una PISTOLA DE AGUA. Ver el video detenidamente, se ve incluso cuando le tira agua a CFK” (sic), es lo que plantea el tuit, que cuenta con 29.000 Me gusta, así como 20.000 retuits.

Políticos replicantes

Según Público, “miles de cuentas automatizadas más simpatizantes y militantes del entorno del diputado Javier Milei en Argentina y sus socios en otros países difundiendo estos bulos (fake news) dieron como resultado 200.000 tuits con los hashtag #NoLesCreemosNada y #PistolaDeAgua”, detallan.

En Argentina, las palabras de la diputada provincial Amalia Granata le valieron un pedido de remoción en el Congreso de Santa Fe, el que finalmente fue desechado el 8 de septiembre. La legisladora “provida” fue una de las primeras personas de la política trasandina en tachar de “circo” lo ocurrido, y fue uno de los políticos que replicó la noticia falsa sobre el canal C5N. Aún es posible encontrarlo en su cuenta personal de Twitter.

La relación, explicó el medio español, se daría entre cuentas como La Derecha Diario, Alerta Mundial o El Diestro y “miembros de la red de think tanks Atlas Network u organizaciones ultracatólicas como Hazte Oír”.

Por otro lado, ejércitos de bots (cuentas automatizadas no-humanas) del entorno de políticos y personalidades dentro de la red social aportarían en la diseminación de las noticias que intentan “revelar” un montaje. La justicia aún no determina lo ocurrido la noche del 1 de septiembre, pero las noticias falsas destacadas por Público no son parte de la posible investigación penal, y muchas de ellas fueron desmontadas rápidamente.

En la otra vereda

En una columna de La Nación, Joaquín Morales Solá, periodista especializado en política trasandina, se preguntó sobre la veracidad del atentado. Sin embargo, y a diferencia de los casos de fake news, los cuestionamientos de Morales Solá iban más enfocados hacia la investigación misma que a fotografías de dudosa calidad o desconfiguraciones del huso horario.

“Aun cuando se vio en fotos y en televisión un revolver apuntando a la cabeza de Cristina Kirchner, y a pocos centímetros de ella, el acto es, para esa mayoría social, un simple montaje. El propio oficialismo hizo mucho para cultivar esa desconfianza porque usó políticamente el hecho desde el mismo instante en que sucedió. Feriado, manifestaciones, sesiones especiales en el Congreso y hasta una misa en el más importante santuario nacional por un magnicidio que nunca ocurrió”, criticó el periodista.

También cuestionó una acción similar a las fake news recién descritas, pero a la inversa. Esto ocurrió cuando el abogado de la vicepresidenta en numerosas causas, Gregorio Dalbón, escribió en Twitter que los autores del ataque podían ser “tropa propia”, para luego borrar el mensaje. “¿Quiénes son la ‘propia tropa’? ¿Acaso se refería a agentes de los servicios de inteligencia? No hay respuestas, por ahora”, argumentó Morales Solá.

En la misma línea, el columnista destacó que “sin cuestionar nada”, el diputado oficialista Rodolfo Tailhade aseguró que “detrás del intento de asesinato de Cristina se está llenando de agentes de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) macrista”. La afirmación tampoco tiene sustento hasta el momento.

Lamentando el “uso político” de la situación, Morales Solá cerró afirmando que “un delito es un delito y debe ser condenado con la severidad de la ley, haya sido obra del desvarío de marginales o de una monumental conspiración no probada hasta ahora. El grosero uso político del hecho está ocultando, quizás, problemas más profundos de un país fracturado, desengañado y harto”.