El primer ministro británico, Boris Johnson, remodeló su gobierno ayer con el fin de formar un “equipo unido” que enfrente los retos pendientes después de año y medio de pandemia y, en plena caída de popularidad. Es así como, entre otros cambios, remplazó al ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, cuyo cargo ocupará la hasta ahora ministra de Comercio Internacional, Liz Truss, de 46 años, encargada desde el Brexit de negociar los nuevos acuerdos de libre comercio prometidos por Johnson.
Raab, un liberal de 47 años, fue muy cuestionado por su pasividad ante la crisis en Afganistán, al permanecer de vacaciones en Creta mientras Kabul caía en manos de los talibanes el 15 de agosto. Luego pareció culpar al Ejército de algunos de los errores cometidos durante las evacuaciones.
Sin embargo, el político no deja el Ejecutivo, sino que fue nombrado ministro de Justicia y viceprimer ministro.
Es la segunda vez en la historia que la Cancillería británica se encuentra al mando de una mujer. La anterior fue la laborista Margaret Beckett, que ocupó el cargo entre 2006 y 2007, durante el gobierno de Tony Blair.
Desde el departamento de Comercio Internacional, Truss se ha ganado en los últimos dos años el reconocimiento dentro del gobierno conservador gracias a su gestión de uno de los elementos clave de la arriesgada apuesta geopolítica de Johnson: tratar de compensar el golpe económico que supone la salida del mercado europeo.
Truss ha logrado extender 60 de los tratados comerciales de los que se beneficiaba Reino Unido como miembro de la Unión Europea y ha rubricado nuevos acuerdos con 96 países.
El 12 y el 13 de abril de 2018, Truss vino a Chile como secretaria en jefe del Tesoro, cargo que ocupó entre junio de 2017 y julio de 2019. La visita estuvo enfocada en la innovación, modernización del Estado y finanzas públicas.
Según The Guardian, Truss es la ministra de gabinete más popular entre los votantes conservadores y con el nombramiento de ayer “recibió un ascenso significativo y se convirtió en la primera secretaria de Relaciones Exteriores del Partido Conservador”.
Descrita por sus partidarios como “una de las únicas verdaderas capitalistas que quedan en el gabinete”, se dijo que Truss había manifestado sus preocupaciones sobre el aumento del seguro nacional revelado por el primer ministro la semana pasada, y esta semana habló a favor de la “empresa” en lugar del “estatismo”.