“Querían romper todo y hacer daño”. Así definió Jacqueline Carvajal, subgerenta de galletas Tip-Top, las motivaciones que habrían tenido quienes la tarde del miércoles 1, a eso de las 18.50 horas, protagonizaron los saqueos que afectaron a los dos locales que tiene la histórica firma en la Alameda Bernardo O’Higgins, en pleno centro de la capital. Se llevaron parte de la mercadería -principalmente bebidas-, pero el objetivo central fue el dinero y destrozar el lugar, describió la funcionaria en conversación con La Tercera. “La plata, la plata, ¿dónde está?”, recordó la profesional que gritaban los encapuchados que ingresaron amedrentando a las vendedoras con un cuchillo y un martillo. ¿Las galletas? No fueron de interés de nadie y quedaron tiradas en el suelo.

La jornada había estado marcada por protestas en diversos puntos del centro de Santiago a propósito de la primera cuenta pública del Presidente Gabriel Boric. Cierre de estaciones de Metro, cortes de tránsito y enfrentamientos entre manifestantes y carabineros marcaron las horas previas al saqueo. No pasaron más de 10 minutos desde que la turba ingresó al recinto más cercano al Paseo Ahumada hasta que fueron hasta el otro local, cercano a calle Estado, y repitieron el mismo modo de operar: destruir y robar. La violenta acción quedó registrada en las cámaras de seguridad instaladas en el principal eje capitalino, pero también quedó grabada en los clientes que debieron resguardarse en el sector de los hornos, y en la de las dependientes de mostrador, según comentó la subgerenta de Tip-Top. De hecho, una de las trabajadoras presentó su renuncia tras verse sicológicamente afectada por lo ocurrido.

“El personal es el que más sufre con estas situaciones, no pueden trabajar tranquilos. Todo lo tiraron al piso, las balanzas, los computadores de caja, las vitrinas sobre el mesón, todo lo botaron, hasta las galletas”, relató.

Eddi Sepúlveda, quien trabaja en el local de Alameda 989 hace más de seis años, relató que durante todo ese tiempo no había vivido un episodio de esta gravedad. “Entraron muchas personas de golpe, fue muy violento. Saltaron y se dirigieron directo a la caja. También asaltaron el otro local de Tip-Top, pero este fue el que sufrió más daños”, contó la cajera a este medio.

“Nosotras salimos arrancando, hasta el piso de abajo. Entre el nervio y adrenalina intenté subir con un palo, pero había una persona que me mostró un cuchillo grande. Entonces, esperamos que se fueran para subir, pero fue todo muy rápido”, manifestó.

Rosa Sabala -quien tiene un puesto de lentes justo a la salida de la sucursal donde trabaja Sepúlveda- presenció todo lo ocurrido y, pese a no estar al interior del lugar, dijo haber sentido mucho temor, ya que vio las armas con las que actuaron los antisociales. “Estábamos guardando nuestros puestos cuando sentimos los gritos. Yo tenía miedo de que sacaran mis cosas y se las llevaran. No nos hicieron nada a nosotros, fue sólo con los locales grandes”, aseveró.

De acuerdo con datos reportados por Carabineros, quienes ingresaron a ambos locales eran parte de un grupo de 60 personas que se habían reunido en la explanada de Plaza de Armas, portando lienzos con diversas causas sociales, y que luego iniciaron un desplazamiento por Paseo Ahumada en dirección a la Alameda. Otros de los manifestantes, como dieron cuenta desde la institución policial, ingresaron a una farmacia Dr. Simi, a una Salcobrand y al Café Paraíso.

En todos los locales provocaron daños y sustrajeron diferentes especies, y al notar la presencia de personal de Control de Orden Público, huyeron por la Av. Libertador Bernardo O’Higgins, donde a la altura de Diagonal Paraguay se dispersaron totalmente. Hasta el momento, no hay personas detenidas por el ataque a uno de los locales más reconocidos, sobre todo por el olor que expelen las galletas, del centro capitalino.

El retorno a los hornos

Aunque el temor de las trabajadoras no desapareció con el correr de las horas, este jueves 2 volvieron a sus lugares de trabajo. Habitualmente abren sus puertas a las 7.30 horas, pero tras lo ocurrido lo hicieron a eso de las 13.30 horas. Ordenaron y pusieron todo en su lugar y con una sonrisa, recuerdan, recibieron de nuevo a sus clientes habituales que, preocupados, acudieron a verlas.

“Abrimos los dos locales, pero a nuestro personal afectado lo dejamos que fueran a casa, dimos apoyo con nuestro prevencionista de riesgos para que asistan a la Asociación Chilena de Seguridad, para quien lo necesite por temas psicológicos, y realizamos arreglos durante la mañana y abrimos”, dijo Carvajal, al tiempo que agregó: “Recibimos mucho apoyo de nuestra clientela y eso nos da fuerzas para seguir con nuestras galletitas, que dan alegría y buenos momentos a nuestros clientes”.