Los calendarios para vacunar a suficientes personas para frenar eficazmente el Covid-19 se están retrasando en muchos países, lo que genera el temor de que una gran parte del mundo seguirá luchando contra la pandemia y sus efectos económicos hasta bien entrado el 2022 o más.
Mientras que EE.UU. y algunos otros países, casi todos pequeños, están avanzando hacia la vacunación de la mayoría de sus poblaciones para finales del verano, los expertos en salud y los economistas concluyen que gran parte del planeta -incluidas fracciones de Europa, Asia y América Latina- se enfrenta a un trabajo más extenso.
Desde Alemania hasta México existen serios problemas para obtener suficientes vacunas. Otros países con pocos casos están menos presionados para iniciar campañas de vacunación y no están ansiosos por reabrir sus fronteras pronto.
Con las tasas actuales de vacunación, solo alrededor del 10% del mundo estaría inoculado para fin de año y el 21% para fines de 2022, según UBS. Solo 10 países están en camino de vacunar a más de un tercio de su población este año.
Los datos de UBS incluyen a países de ingresos medios muy afectados, como Sudáfrica, dónde se espera que las tasas de vacunación sean lentas, aunque se especula que algunos países dentro del estudio aumenten el ritmo de inoculación pronto.
Pero regiones más ricas, como Europa, también se enfrentan a demoras. En los últimos días, los funcionarios europeos observaron cómo su objetivo de vacunar al 70% de la población para el verano parecía inalcanzable después de que se agotaran las dosis en algunos lugares, con solo el 2% de los residentes de la Unión Europea cubiertos hasta ahora.
“Mientras la pandemia aterrorice a parte del mundo, la normalidad no se restablecerá en ningún lado”, dice Erik Nielsen, economista jefe de UniCredit Bank.
La distribución desigual de la vacuna también significa que el Covid-19 podría seguir circulando durante años, especialmente en países como Brasil y Sudáfrica, donde las nuevas infecciones están superando ampliamente a las inoculaciones. Ambos se han convertido en caldo de cultivo para nuevas cepas más infecciosas. Con el tiempo, los expertos esperan que el virus pueda mutar, en particular, modificando la forma de sus proyecciones proteicas externas, un resultado que temen que, en última instancia, haga que nuestras vacunas actuales sean menos eficaces.
Muchos científicos y políticos predijeron que los programas de inmunización llevarían mucho tiempo. Aún así, el desarrollo inusualmente rápido de las vacunas generó esperanzas de que 2021 marcaría un regreso a la normalidad para la mayor parte del mundo. Los economistas comenzaron a actualizar sus pronósticos.
Todavía se espera que el crecimiento global sea fuerte este año, y los residentes de muchos países, incluido Estados Unidos, sin duda verán que los restaurantes se llenan y otras señales de progreso. La recuperación ya es tan fuerte en algunos lugares que el suministro de semiconductores se está agotando.
EE.UU. y Reino Unido también experimentaron algunas demoras tempranas en el lanzamiento de sus campañas de vacunación, solo para ver un repunte de la distribución a medida que se resolvieron los inconvenientes.
Aún así, las perspectivas son considerablemente más inciertas en otros lugares.
Las fronteras se están cerrando en gran parte de Europa. La primera ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern, dijo la semana pasada que el país continuaría prohibiendo visitantes internacionales durante la mayor parte de 2021.
El alto funcionario de salud australiano hizo recientemente una predicción similar, en parte porque no está claro si las vacunas contra el Covid-19 previenen la transmisión del virus o simplemente evitan que las personas se enfermen gravemente.
Incluso el país que vacuna más rápido del mundo, Israel, permanece encerrado, con los vuelos internacionales prohibidos indefinidamente.
“Esta suposición de que cuando llegara el 1 de enero podríamos simplemente quemar el calendario anterior y todo estaría bien está demostrando ser una visión tremendamente optimista”, dice Robert Carnell, economista de ING Group en Singapur.
El Banco Mundial ha pronosticado que las remesas al mundo en desarrollo -un sustento vital- caerán un 7,5% este año, luego de una caída del 7% en 2020. Las salas de conciertos y las escuelas podrían permanecer cerradas más de lo esperado.
Los hoteles en lugares como el Sudeste Asiático y el Pacífico no esperan que el negocio se recupere por completo hasta mediados del próximo año. Muchos estudiantes internacionales podrían estar ausentes de los campus universitarios hasta mediados de 2022.
“Acabo de hablar por teléfono esta mañana con unos encantadores clientes estadounidenses”, comenta Mark Fraenkel, propietario de Blue Dive Port Douglas, un negocio de buceo cerca de la Gran Barrera de Coral de Australia. “Les dije: ‘No haremos reservas para 2021. Tendremos que cancelar’”.
Las compañías de encargo, incluido DHL, esperan que el flete aéreo se vuelva más estricto para la primera parte de este año porque hay menos aviones volando para transportar carga. Las discusiones en las Naciones Unidas para normalizar el tráfico aéreo mediante la creación de un “pasaporte de vacuna” o incluso un conjunto común de reglas están enredadas en la burocracia de la ONU.
El tráfico de vuelos intercontinentales no volverá a los niveles de 2019 hasta 2023 como muy pronto, pronostica la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
“Estamos hablando de años, no meses, y en parte está relacionado con la vacunación de dos velocidades”, dice el vicepresidente senior de IATA, Nick Careen. “Necesitamos que los gobiernos acuerden un proceso; no podemos seguir operando así“.
Un problema central es que está resultando difícil aumentar rápidamente la producción de vacunas. Las entregas retrasadas pueden tener efectos dominó en otros compradores.
En Europa, donde se fabrican varias de las principales vacunas, el mes pasado surgieron problemas de producción y las fábricas dijeron que no podían mantener el ritmo. Frustrada, la UE introdujo nuevas medidas el viernes que le permitiría bloquear las exportaciones a países más ricos, como Canadá, Japón o EE.UU.
La producción lenta en una planta belga ha significado que los funcionarios canadienses hayan recibido recientemente un 70% menos de dosis de vacunas de Pfizer. Lo mismo pasa en Japón, que sigue luchando por obtener las dosis necesarias para inocular a su población para fines de junio, una crisis que puede significar que disminuya la gente que apoya la realización de los Juegos Olímpicos de Verano de Tokio, en julio.
“No puedo decirles en qué mes”, dijo Taro Kono, el ministro a cargo del lanzamiento de la vacuna en Japón, cuando se le preguntó cuándo podía vacunarse el público en general.
“El problema principal es el volumen de producción”, dice Guo Wei, subsecretario general de la asociación de logística de atención médica de la Federación de Logística y Compras de China, respaldada por el gobierno, en una entrevista. Dice que, según las estimaciones de producción de los fabricantes de vacunas de China, el país no podría alcanzar la inmunidad colectiva este año.
Trivium estima que un total de 850 millones de dosis es el límite superior posible para China este año, mientras que la administración de al menos 1.680 millones de dosis se consideraría una inoculación completa.
The Economist Intelligence Unit no descarta que algunas de las principales ciudades chinas alcancen la inmunidad colectiva este año, pero estima que el país en su conjunto probablemente no podrá lograrla hasta finales de 2022.
Cualquier retraso en la producción en China podría afectar a otros países. Marruecos planeaba vacunar al 80% de su población en los próximos meses, en parte usando vacunas chinas, pero las autoridades dicen que no han recibido todos los suministros que necesitan y han culpado a los fabricantes que no pueden seguir el ritmo.
Los analistas dudan que otros países puedan alcanzar sus objetivos declarados. En Indonesia, los funcionarios quieren vacunar al 65% de una población de 270 millones en 15 meses, lo que probablemente tomaría de tres a cuatro años, según analistas de IMA Asia. Filipinas tiene como objetivo inocular a 70 millones de personas este año.
“Dudamos que se pueda alcanzar la mitad de la meta de 2021”, especula IMA Asia en un informe reciente.
Los dos países más grandes de América Latina, Brasil y México, hasta ahora han inmunizado solo al 0,8% y al 0,5% de su población, respectivamente. Argentina planeaba recibir cinco millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V en enero, pero solo se han entregado 800.000 debido a retrasos en la producción en Rusia.
Los 206 millones de habitantes de Nigeria sólo tienen programado un reparto, de 100.000 dosis, previsto para el próximo mes.
Mientras tanto, más personas están postergando sus planes.
Mohammed Waqas, un joven de 25 años en Londres, inicialmente tenía como objetivo comenzar un programa de maestría en enseñanza en una universidad australiana en febrero. Waqas decidió aplazar la inscripción hasta al menos julio porque la frontera de Australia está cerrada a la mayoría de los visitantes internacionales. Si la frontera no está abierta para julio, podría aplazarla hasta 2022.
“Estoy un año atrasado de lo que me gustaría estar”, concluye Waqas.