“Rociaron todo, la casa, el galpón y el auto de mi mamá, que estaba sola dentro de la casa”. Carolina García (59) era la única que estaba al interior de su casa ubicada en el fundo Miraflores, en el kilómetro 2 de la ruta que une Lautaro con Vilcún, Región de La Araucanía.
Eran aproximadamente las siete de la mañana de hoy (lunes). Micaela Becker (33), hija de Carolina García, la noche anterior, había decidido alojarse fuera de su casa. “Estos días han sido muy peligrosos acá en la región, sobre todo en la zona de Lautaro porque se han tomado tantos predios. Obviamente, estábamos mucho más alerta que antes”, relata Becker. Según datos de la municipalidad de Lautaro, estas últimas dos semanas se han registrado 16 tomas de terreno y 2 incendios a predios ubicados en la comuna.
Su madre, Carolina García, se encontraba sola en el inmueble, en otra casa a 50 metros estaba una pareja amiga y también Héctor- quien trabaja hace muchos años para la familia- con sus dos hijos pequeños.
Micaela Becker recibió un llamado telefónico desesperado de su madre -que la alertó de lo que había ocurrido en su casa. Carolina García había logrado rescatar su celular de las llamas que consumieron por completo su casa patronal, el galpón aledaño y su automóvil.
“Entraron a la casa, la dieron vuelta completa mientras seis sujetos se metieron a la pieza de mi mamá y la encañonaron. Querían quemar a mi mamá viva dentro de la casa, si no hubiese sido por el empleado, Héctor, a mi mamá la queman viva”, señala Becker.
Agrega que su familia llegó a la zona hace aproximadamente un siglo. “Este campo lleva cerca de 100 años a nombre de la familia, se fue heredando por generaciones. Esta casa la construyó mi bisabuela (Lina García) con mi bisabuelo. Nosotros nunca tuvimos un conflicto, siempre tuvimos muy buena relación con nuestros vecinos. Nunca hemos tenido un conflicto, nunca”, recalca.
“Ellos gritaban que tenían que actuar rápido porque se les estaba pasando la hora. Preguntaban si mi mamá era de APRA, si tenía armas, si tenía plata. Andaban buscando armas y plata en efectivo”, relata.
Durante el fin de semana su madre había estado con visitas en la casa. Becker sospecha que los individuos esperaron a que hubiera menos personas en el terreno para actuar. “Te saben la vida completa, saben qué hiciste y qué no hiciste. No se iban a tirar a la casa con siete personas adentro”, afirma.
Para Becker estos actos tienen una motivación. “Ellos van dispuestos a sembrar el terror y a quemar lo que tú tienes, es muy chocante el tema, yo creo que lo que vivió mi mamá es terrible, es terrible. Aquí hay que hacer un llamado a las autoridades de oposición que votan en contra del proyecto de usurpación. (...) Ni Sebastián Piñera ni el ministro Delgado se han acercado a la Araucanía. Estamos desamparados, Carabineros no tiene facultades. Al delegado presidencial (Cristián Barra) yo aquí no lo he visto, no se ha aparecido”, reclama.
“La Araucanía sufre la violencia en manos de desalmados, distintas familias sufriendo la pérdida de una casa, galpones o maquinaria. Esto es totalmente inaceptable, vamos a aplicar mano dura en contra de estos delincuentes. Estas personas merecen estar en la cárcel”, dijo el intendente de la Araucanía, Víctor Manoli, a este hecho.
Este verano había sido mucho más tranquilo que los anteriores para la familia, sin embargo, Becker comenta que “solamente mi campo estuvo más tranquilo, porque el fundo que está un poco más allá se lo tomaron antes de ayer, al agricultor Carlos Gutiérrez. Anoche le quemaron sus máquinas, antes de ayer le tomaron el campo y se lo quemaron. Estamos todos tratando de resguardarnos a nosotros mismos”, cuenta.
Al menos cuatro ataques que tienen relación con incendios o amenazas en las viviendas de personas particulares se registraron estas últimas horas en la Región de La Araucanía. Uno de ellos fue el del Fundo Miraflores.
“Aquí vive mi mamá, esta casa la arreglamos nosotros, era de mi bisabuela y se le empezó a dar vida hace un par de años atrás. Aquí teníamos nuestra historia, se casaron mis abuelos. El predio lo tenemos hace 95 años y nunca nos habían quemado”, dice entre rabia y congoja Becker.