“Recibimos información sobre una posible invasión de tropas bielorrusas en Ucrania. Me dirigí al personal militar bielorruso, enfatizando que aquellos que den y sigan tales órdenes serán llevados ante el tribunal. Aquellos que se nieguen, estarán exentos de responsabilidad”, advirtió esta semana la principal líder de la oposición bielorrusa, Sviatlana Tsikhanouskaya, en una señal de lo que, en opinión de los expertos en seguridad, se trataría de un inminente ataque.

Las declaraciones de la líder opositora, que vive en el exilio, va en la misma línea que la información publicada por el mismo Ministerio de Defensa ucraniano en su página de Facebook. “Se han registrado señales de preparativos de las Fuerzas Armadas de la República de Bielorrusia para una invasión directa del territorio de Ucrania. Las fuerzas de defensa de nuestro Estado están listas para contraatacar. La participación directa de las tropas bielorrusas en la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania, contra la voluntad de las bases militares y la abrumadora mayoría del pueblo bielorruso, será un error fatal de (el Presidente bielorruso) Alexander Lukashenko”, indicó en un comunicado.

Según el portal Ukrinform, citanto datos del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, los vehículos militares rusos y bielorrusos se mueven activamente dentro del territorio de Bielorrusia y se acumulan a lo largo de la frontera con Ucrania.

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), por su parte, ha dado cuenta de la acumulación de armas ofensivas y evalúa la probabilidad de una invasión por parte de Bielorrusia como bastante alta. Se estima que se trataría de entre 10 mil a 15 mil soldados.

En la misma línea, el mayor general del Servicio de Seguridad de Ucrania, Viktor Yagun, señaló que la posibilidad de una invasión de Bielorrusia “sigue siendo bastante alta”, según consignó la Agencia de Información Independiente Ucraniana (UNIAN).

“Se sabe que ya han preparado el primer escalón: cinco grupos tácticos de batallón, se trata de unos 5.000 militares que pueden cruzar la frontera en cualquier momento. También tienen una reserva , esto es alrededor de 5.000 personas más. Y aproximadamente el mismo número se ha preparado para la llamada tercera ola de transferencia de reservistas. En general, esto es de 10 mil a 15 mil militares que pueden lanzar a Ucrania”, detalló.

Según Yagun, ahora el papel principal del Ejército bielorruso es la reserva de retaguardia, proporcionando logística para los invasores rusos a través de su país.

“Se puede decir que los bielorrusos, les guste o no, ya están participando en la guerra con Ucrania. Otro problema para (el Presidente bielorruso, Alexander) Lukashenko es que en realidad no dirige su Ejército. El jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Bielorrusia y el jefe del Estado Mayor están bajo el control operativo de Rusia”, declaró el general de la SBU.

Yagun también nombró los posibles objetivos tácticos clave del Ejército bielorruso en Volyn. “Sus direcciones son Vladimirets en la región de Rivne, así como Kovel y Lutsk. Estas son las dos arterias principales para el suministro de armas desde Occidente”, agregó.

El 20 de marzo, el Ministerio de Defensa de Ucrania declaró que había indicios de la preparación de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia para una invasión directa del territorio de Ucrania. Al mismo tiempo, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania declaró que existe una gran amenaza de una ofensiva de la República de Bielorrusia en la dirección de Volyn.

Expertos señalaron en Telegram que es posible que la principal misión de las fuerzas bielorrusas sea tomar el control de la frontera occidental de Ucrania para aislarlo de los suministros de armas de los países de la OTAN. En primer lugar de Polonia. Y, posiblemente, provocar un conflicto directo con Varsovia, que se utilizará como pretexto para infligir un ataque ruso a este país. Una situación de la que ya se comenzó a hablar en programas de la televisión estatal rusa.

Asimismo, imágenes satelitales de Maxar muestran la acumulación de tropas bielorrusas en la frontera con Ucrania.

A los bielorrusos se les ofrecen salarios de entre US$ 1.000 a US$ 1.500 mensuales por su participación en la guerra en Ucrania, así como capacitación subsidiada en universidades militares rusas (por ejemplo, la Escuela de Comando Aerotransportado de Ryazan), según informes de inteligencia, citadas por el diario ruso Pravda.

“Los servicios especiales rusos están estudiando la condición moral y psicológica de los militares bielorrusos. Se encuentran realizando ‘entrevistas individuales’ con las bases. De esta manera, los emisarios del Presidente ruso, Vladimir Putin, están tratando de persuadir a los bielorrusos para participar en la guerra con Ucrania, no necesariamente en representación del Ejército bielorruso”, citó el periódico.

El jefe de inteligencia ucraniano también informó que los bielorrusos que se niegan a participar en la llamada “operación especial” están siendo controlados “en busca de vínculos con la oposición”. Los comandantes desleales a la Federación Rusa están siendo reemplazados.

El martes en la noche, un tren de equipo militar partió hacia Kalinkavichy en Bielorrusia, según reportó la comunidad de trabajadores ferroviarios en Bielorrusia. Se reportaron cinco unidades del BM-21 Grad MLRS (sistema múltiple de lanzamiento de cohetes), más de 15 Urals (toldos) y vehículos de orugas de combate sin insignias.

“El tren de montaje ahora está parado en la estación Kalinkavichy, se desacoplará un grupo de vagones y el tren con equipo y municiones seguirá adelante. La estación final es Khoiniki”, indicó UNIAN.

Franak Viačorka, asesor principal de Tsikhanouskaya, señaló que las guerrillas en Bielorrusia están tratando de evitar que las tropas bielorrusas ingresen a Ucrania. “Bielorrusia es una tierra de partisanos. Nuestros héroes detienen los trenes rusos, dañan el equipo ruso, reparten folletos para evitar que las tropas de Bielorrusia entren en Ucrania. Ucrania prevalecerá, Bielorrusia también será liberada”, publicó en Twitter .

Por otro lado, existen reportes que sostienen que dentro del territorio de Bielorrusia los representantes de las fuerzas de oposición, que condenan la asistencia del actual gobierno de Lukashenko a la Federación Rusa en la guerra contra Ucrania, han interrumpido parcialmente los servicios ferroviarios entre Bielorrusia y Ucrania.

Cambios internos en Bielorrusia

La preocupación sobre la situación en la vecina Bielorrusia ha estado presente desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero pasado. Desde que Moscú ayudó a Minsk tras las protestas a raíz de las elecciones de agosto de 2020, en las que Lukashenko señala que obtuvo el 80% de los votos y la oposición acusa un fraude, el mandatario bielorruso se encuentra en deuda con su par ruso.

Así, mientras las fuerzas rusas marchaban desde diferentes direcciones sobre las principales ciudades de Ucrania, Bielorrusia celebró el 27 de febrero un referéndum para modificar su Constitución.

La nueva Constitución elimina el estatus no nuclear del país y abre las puertas al despliegue de arsenales atómicos rusos en el país, el cual abandonó sus armas nucleares tras la caída de la Unión Soviética y el logro de su independencia en 1991.

En tiempos de la Unión Soviética, cuando Bielorrusia era una de sus repúblicas, el país llegó a albergar numerosas armas nucleares soviéticas de distinto tipo y en el contexto de la Guerra Fría.

De acuerdo con la organización Nuclear Threat Initiative, cuando Bielorrusia se independizó en 1991 en medio del colapso de la URSS, en el país había 81 misiles balísticos intercontinentales SS-25 (conocidos en Rusia como Topol) armados con ojivas nucleares y ubicados en tres bases, además de un número desconocido de armas nucleares tácticas, de menor poder destructivo.

Ya independiente, Minsk ingresó en el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT) en 1993, aceptando abandonar todas sus armas nucleares. Para ello las transfirió a Rusia, completando el proceso en 1996 (Rusia también es miembro del NPT, pero forma parte de los cinco países donde la posesión de armas nucleares es considerada legal).

Otras exrepúblicas socialistas realizaron un camino similar: en el caso de Ucrania, el arsenal que transfirió a Rusia era incluso muy superior, llegando a unas 1.900 ojivas nucleares.

Desde entonces, Bielorrusia no tiene armas nucleares en su territorio, pero eso podría cambiar en un corto tiempo y Europa podría recibir aún más ojivas nucleares.