Cuando Dasha y los otros niños salieron de su sótano y caminaron por su pueblo recién ocupado, fue por comida. Se estaban escondiendo de los soldados rusos, que habían disparado al aire, a los autos y a la gente.

Pero cuando los niños volvieron, fueron recibidos por dos invitados no deseados: soldados rusos. Los hombres dejaron que los niños entraran a la cocina para comer, dijo Dasha a la cadena CNN. Era mediados de marzo y la joven, de 16 años, estaba embarazada de seis meses.

Uno de los soldados, que según Dasha estaba borracho, comenzó a preguntar cuántas habitaciones había en la casa y las edades de los niños (de 12 y 14 años). Lo que siguió es un incidente que los fiscales ucranianos califican como un crimen de guerra: una violación. Dasha dijo que tras ello, su agresor intentó atacarla varias veces hasta que dos francotiradores rusos intervinieron para ayudarla y la llevaron a ella y a su familia a otra casa.

Si bien la violencia desenfrenada alrededor de Kiev ha encarnado el salvajismo sin sentido del ataque de Rusia contra los civiles, las historias oscuras e inéditas de su brutalidad en pueblos pequeños y distantes, como el de Dasha, en la región de Kherson, en el sur de Ucrania, están surgiendo lentamente, destaca CNN.

Y casos como el de Dasha se repiten en varios puntos de Ucrania. Por ello, se están realizando esfuerzos para llevar la anticoncepción de emergencia a los hospitales ucranianos lo más rápido posible, ya que los informes de violaciones después de la invasión rusa siguen aumentando, según informó el diario The Guardian.

La Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) envió alrededor de 2.880 paquetes del medicamento, también conocido como la “píldora del día después”, a Ucrania, mientras que una red de voluntarios en toda Europa ha estado recolectando donaciones del medicamento del extranjero y entregándolo a hospitales.

“El marco de tiempo para tratar a las víctimas de violencia sexual es realmente esencial”, dijo Julie Taft, de IPPF. “Si se ve a una mujer dentro de los cinco días posteriores a un evento, entonces se le debe administrar automáticamente ese medicamento”.

Si bien la anticoncepción de emergencia estaba ampliamente disponible en Ucrania, la guerra destruyó las cadenas de suministro locales, provocó el desplazamiento de pacientes y proveedores de atención médica y aumentó la tasa de agresiones sexuales, indicó el periódico británico.

“Hay una demanda de anticoncepción de emergencia, pero muy raramente de hospitales en el oeste. La mayoría son hospitales al este, en Kharkiv, Mariupol, esas regiones”, dijo Joel Mitchell, de Paracrew, una organización de ayuda humanitaria que entrega alimentos y equipo médico a Ucrania. “Tan pronto como nos pusimos en contacto con los hospitales en esas regiones, teníamos órdenes permanentes de ese medicamento”.

La comisionada de derechos humanos de Ucrania, Lyudmila Denisova, informó a principios de abril que había nueve casos oficiales de mujeres embarazadas después de haber sido violadas por soldados rusos. Los informes de víctimas de violación plantean preocupaciones sobre las áreas del este, que continúan bajo la ocupación rusa, consigna The Guardian.

Sin embargo, Jamie Nadal, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), dijo que en una situación de crisis los casos de violencia denunciados, incluida la violación, probablemente sean “solo la punta del iceberg”.

De hecho, el Daily Mail informó que una línea directa, establecida con Unicef, para víctimas de violaciones y agresiones sexuales por parte de las tropas rusas, recibió 400 llamadas entre el 1 y el 14 de abril, cuando los invasores comenzaron a retirarse de la región de Kiev, luego de un intento fallido de capturar la capital.

Denisova dijo que la línea está tan abrumada, que los cinco psicólogos que la operan “no pueden hacer frente a la carga”. “Le pedí a Unicef que casi duplique la cantidad de psicólogos, para que la atención sea de buena calidad y que no haya desgaste, incluidos los psicólogos que reciben ese tipo de llamados día y noche. Y estos casos son muy terribles”, señaló.

Rusia ha negado las acusaciones de que está utilizando la violación como un “arma de guerra”. Pero el Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, afirmó a principios de mes que “se han registrado cientos de casos de violación, incluidos los de niñas y niños muy pequeños. Incluso de un bebé”.

Según el Daily Mail, las víctimas incluyen adultos y niños, tanto hombres como mujeres, y algunos fueron atacados mientras sus familiares aterrorizados se veían obligados a mirar. En Bucha, en los suburbios de Kiev, 25 víctimas de entre 14 y 25 años fueron violadas “sistemáticamente” mientras estaban cautivas en un sótano. Nueve ahora están embarazadas.

Uno de esos casos fue presentado por Radio Svoboda. Se trata de una niña de 14 años, de Bucha, que fue violada por cinco ocupantes rusos y ahora está embarazada. La psicóloga Oleksandra Kvitko, que trabaja en la línea directa de asistencia psicológica de la defensoría del pueblo, dijo que la familia de la niña está planeando dejar que tenga a su hijo, porque los médicos advierten que si ella aborta ahora, la víctima probablemente no podrá tener más descendencia. Ahora la psicóloga está ayudando a la menor a aceptar a este niño.

En total, Kvitko está trabajando actualmente con cinco niñas de entre 14 y 18 años que quedaron embarazadas debido a una violación por parte de soldados rusos. “Probablemente el 30% de las personas violadas son niñas adolescentes”, dice la psicóloga. Algunas de ellas están embarazadas.

Es imposible saber con certeza cuántas de ellas fueron violadas por los ocupantes rusos y quedaron embarazadas, pero existen casos así, dijo a Radio Svoboda Oleksandra Matviychuk, presidenta del Centro de Libertades Civiles de Ucrania. “La violencia sexual en la guerra es el crimen más oculto”. Y por cada niña o mujer que está dispuesta a contarlo, al menos de forma confidencial, a los activistas de derechos humanos o a los organismos encargados de hacer cumplir la ley, hay una gran cantidad de otras personas que permanecerán en silencio durante años”, apuntó.

Después de ser liberadas de la ocupación, algunas víctimas no pueden interrumpir embarazos no deseados. En Polonia, donde muchas mujeres van como refugiadas, la legislación sobre el aborto es muy estricta y, en la práctica, el aborto en Polonia suele ser simplemente imposible. “Las mujeres ucranianas que fueron violadas por rusos y dejadas en Polonia no pueden abortar allí. Según la ley polaca, el aborto está permitido en caso de violación, pero aún no hay un caso penal”, escribió Matviychuk en Twitter.