El pasado 1 de julio, la Subsecretaría de Redes Asistenciales envió al Congreso Nacional un informe que contiene el estado de cumplimento del Plan Nacional de Inversiones de Salud en materia hospitalaria. Según el documento, hay 58 establecimientos en obras, entre ellos seis hospitales en construcción, 15 en reposición, 33 en normalización y cuatro en reparación.

Sin embargo, muchas de las recepciones de las obras no están cerca, pues se proyecta que el 46% de estas se entreguen a partir de 2023, eso sin incluir las etapas finales de observación. De hecho, nueve construcciones serán recepcionadas en 2025 y cuatro en 2026.

Aunque la construcción de recintos hospitalarios toma tiempo, sí hay retraso en los procesos. De acuerdo a la información que entregó el subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, 13 hospitales del país han retrasado su fecha de entrega producto de la pandemia.

Asimismo, el informe que lleva la firma de Araos explica que existe un aumento en los plazos promedio de construcción de las obras, así como también un incremento en los costos totales de ejecución: “Esto es consecuencia de obras afectadas por el Covid-19, términos anticipados de contrato por quiebra, insolvencias económicas o atrasos de las empresas, licitaciones desiertas o con ofertas que superan los presupuestos estimados. Aquello ha traído como resultado la activación de procesos de revaluación en los proyectos, que incide en su plazo de ejecución”.

El exministro Jaime Mañalich coincide en que la crisis sanitaria es la principal causante de los retrasos: “La pandemia significó un atraso promedio de un año, por la dificultad operacional de la construcción. La cuarentena afectó toda la logística, hubo problemas para coordinar los camiones, la cantidad de trabajadores y todo lo que se necesita en la construcción. Ahora apareció un riesgo nuevo y es que estos hospitales fueron licitados a determinados valores y por razones obvias han subido enormemente”.

Las medidas

Frente al retraso y al aumento en los costos de construcción, el subsecretario de Redes consigna que se están tomando diversas medidas para afrontar la situación, tanto de forma general como para casos más específicos.

“Dentro de las medidas que se están realizando destaca el ordenamiento administrativo para acelerar los procesos de revaluación de las obras, la elaboración de nuevas bases de licitación, tanto para los contratos de construcción como para los diseños de ejecución. Adicionalmente, se está llevando a cabo la revisión de las asesorías de la inspección técnica de obras y de su contratación, así como la revisión del Convenio de Mandato con el Ministerio de Obras Públicas”, afirma en el documento.

Asimismo, se creará una nueva Comisión Técnica Económica -integrada por autoridades ministeriales y de la región- para evaluar el caso de la construcción del Hospital Zona Norte, pues a la fecha no se han subsanado las observaciones emitidas por el Ministerio de Desarrollo Social asociadas a la infraestructura.

Respecto de la situación, Manuel José Irarrázaval, presidente del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián, plantea que el retraso no tiene consecuencias en las listas de espera u otras atenciones, pero sí podría ser una ayuda al sistema de salud nacional: “El hecho de atender pacientes y operarlos en un hospital antiguo es una demostración de que hay mucha eficiencia interna en los hospitales. Entonces, tener un establecimiento nuevo con mejores tecnologías y con más espacio es una oportunidad para hacer mejores trabajos. Además, si hubiese una zona donde la disponibilidad de pabellones quirúrgicos es muy marginal, la construcción ayudaría”.