Una serie de situaciones son las que tendrá que poner sobre la mesa el excandidato presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami, antes de volver a asumir una cuarta aventura a La Moneda.
Luego de que su colectividad le solicitara formalmente que asuma el desafío, este lunes en el marco del consejo general del partido -instancia en la que el PRO definió que llevará un candidato presidencial-, el exabanderado se autoimpuso un plazo para dar su definición: después de las elecciones del 11 de abril.
“Agradezco a los dirigentes de mi partido esta invitación, lo veremos después de lograr un gran triunfo en la constituyente, mi prioridad es esa. Invito hoy a los candidatos presidenciales, Rincón, Narváez, Muñoz, Maldonado a que hagamos campaña todas y todos primero por los constituyentes el 11 de abril”, sostuvo el martes en Canal 13. Y agregó: “No estoy cerca de ser candidato, nadie puede restarse, sería mentira decir que alguien se va a restar ex ante de algo que vamos a discutir en mayo”.
En ese sentido, el exdiputado está hoy reflexionando sobre su situación y aún no le ha cerrado la puerta a una nueva aventura presidencial. Sin embargo, en su colectividad reconocen que son varios los factores que pesarán a la hora de comunicar su decisión, tanto políticos, como laborales y personales.
Su compleja situación judicial
Una de las principales trabas que deberá enfrentar el excandidato presidencial tiene que ver con el complejo escenario judicial que atraviesa desde que fue imputado por el caso OAS.
Ese punto, dicen al interior de Unidad Constituyente -el pacto que formó junto a la DC, PPD, PR, PS y Ciudadanos- podría detener por completo sus aspiraciones presidenciales. De hecho, algunos en ese bloque transmiten que ninguna persona que esté siendo investigada debiera presentarse como candidato a la presidencia de la República. Asimismo, sostienen que la arista judicial podría transformarse en un flanco para la coordinación en general.
Además, luego del plebiscito del 25 de octubre, Enríquez-Ominami fue inhabilitado de ejercer su derecho a voto por el Servel, junto a otros dirigentes ligados a casos de corrupción como su exjefe de gabinete Cristián Warner y el ex UDI Pablo Longueira, no pudiendo votar, por ejemplo, para las elecciones primarias del 29 de noviembre pasado. Sin embargo, según explican desde el PRO, ese hecho no lo impediría de poder inscribirse como candidato. “Puedo ser candidato a Presidente, pero no puedo votar por mí mismo”, ha transmitido el exabanderado.
No obstante, tras conocerse de la decisión del Servel, el también cineasta llevó su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), investigación que aún está en revisión.
El “candidato repetido”
De impulsar una nueva carrera presidencial este año, ME-O sumaría ya cuatro intentos para llegar a La Moneda. Ese factor, dicen en Unidad Constituyente, le quitaría la posibilidad de hablar de “renovación de la política” y de presentarse como una nueva alternativa.
“Fue un personaje pintoresco, pero ya no”, sostiene un dirigente de ese pacto. Aunque otros recuerdan que Salvador Allende postuló también cuatro veces a la Presidencia antes de llegar a La Moneda.
Sin embargo, desde el PRO sostienen que este factor podría ser una fortaleza para el eventual candidato. En ese sentido, aseguran que la experiencia de haber competido en otras elecciones presidenciales podría ser una ventaja frente a sus eventuales adversarios. “A mi juicio Marco es el liderazgo más preparado, que más ha contribuido a la unidad de la oposición y que más diálogos ha tenido con los distintos liderazgos políticos de la oposición, no solo en Chile sino que en Latino América”, sostiene el presidente de esa colectividad, Camilo Lagos.
Y agrega: “a nuestro juicio es el más preparado políticamente, electoralmente y con la experiencia de liderazgo que es haber tenido tres campañas presidenciales”.
Sin embargo, en la colectividad reconocen que ese factor podría pesar fuertemente en la decisión de Enríquez-Ominami, debido al “desgaste personal y familiar” que significa una campaña.
Votaciones a la baja
Si bien ME-O aún aparece en algunas encuestas de opinión, su votación ha ido a la baja luego de cada una de las elecciones presidenciales en las que participó.
De hecho, en su primer intento de alcanzar el sillón presidencial en 2009, Marco Enríquez-Ominami alcanzó 20,13% de los votos en primera vuelta, quedando solo nueve puntos por debajo del candidato de la Concertación, Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Luego de esto, el 2013 -comicios en los que se impuso Michelle Bachelet- el exabanderado del PRO logró el 10,98% de los votos, manteniendo el tercer lugar en primera vuelta.
Sin embargo, su descenso más grande vendría el 2017, comicios en los que obtuvo el 5,71% de los votos y su lugar como “la tercera fuerza” electoral fue arrebatado por la excandidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez. Asimismo, en esa oportunidad ME-O no logró superar al hoy presidente del Partido Republicano, José Antonio Kast y a la exabanderada de la DC, Carolina Goic.
En ese sentido, en el sector sostienen que, de seguir ese patrón, en un cuarto intento el excandidato tendría pocas posibilidades de imponerse o de sumar una mayor fuerza electoral. Asimismo, no lograría superar la primera prueba para convertirse en el candidato de un sector de la oposición: las primarias presidenciales de Unidad Constituyente.
Sin embargo, desde esa colectividad desdramatizan esa situación y aseguran que los resultados dependen en mayor medida del contexto en que se dio cada elección. En ese sentido, sostienen que cada uno de esos comicios es “diferente” y que, por lo tanto, la baja en los resultados no sería un factor a considerar.
Al alero de Unidad Constituyente
Pese a esto, el hecho de que hoy el excandidato y su colectividad pertenecen a Unidad Constituyente podría jugarle a favor a Enríquez-Ominami. Por primera vez desde que comenzó su aventura presidencial, el exabanderado competiría dentro de un pacto “institucional” y no por fuera de la “política tradicional”.
En ese sentido, en el sector ven que, incluso de no lograr imponerse en las primarias del sector, el hecho de estar dentro de esos comicios podría potenciar su figura. Y, en el caso de ganar, tendría detrás suyo el respaldo de otras cinco colectividades para enfrentar la primera vuelta presidencial.
Asimismo, desde el PRO remarcan que el hecho de haber conformado la Unidad Constituyente terminó con el “aislamiento” del partido, situación que podría incrementar su fuerza electoral en los distintos comicios de este año.
Figura más potente del PRO
“Vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para convencer a Marco de que él sea el candidato”. Esa fue la frase que lanzó el timonel del PRO, Camilo Lagos, luego de la clave reunión de esa colectividad.
En ese sentido, con la definición de que el partido presentará un candidato presidencial, en el bloque reconocen que la figura de Marco Enríquez-Ominami sigue siendo el liderazgo más potente de ese partido y que, por lo tanto, el paso natural para la colectividad sería llevarlo como abanderado.
Pese a esto, el partido hoy cuenta con una baja fuerza parlamentaria y municipal. De hecho, en 2017 solo lograron que resultara electa la diputada Marisela Santibáñez, quien renunció y hoy milita en el PC. Mientras que en el Senado tienen a Alejandro Navarro, quien en las últimas elecciones presidenciales compitió por la plataforma País y alcanzó solo el 0,36% de los votos.
Relaciones Internacionales
Además de haber sido militante socialista, haber fundado el Partido Progresista, haber sido tres veces candidato presidencial, Enríquez-Ominami añadió a su palmarés elementos de carácter internacional. Uno de ellos es ser uno de los fundadores del denominado Grupo de Puebla donde participan por ejemplo, exjefes de Estado como Dilma Rousseff, Rafael Correa, Ernesto Samper, Leonel Fernández, Fernando Lugo y José Luis Rodríguez Zapatero.
Además, para nadie es desconocida su estrecha relación con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. De hecho, en la última visita del mandatario trasandino se reunió como una actividad extraoficial con ME-O en la casa de este último.