Lo que inició como una amenaza por parte del Movimiento 5 Estrellas (M5E), el partido autodenominado como antisistema, se convirtió en una crisis de gobierno en Italia, que desembocó en la renuncia del primer ministro, Mario Draghi. Luego de perder el apoyo del M5E, un importante aliado en la coalición en el poder, Draghi presentó este jueves su renuncia ante el Presidente Sergio Mattarella, dimisión que fue rechazada y que deja en la incertidumbre el futuro político del país europeo.

Todo se originó tras la negativa del partido en apoyar un voto de confianza parlamentario con el cual el gobierno buscaba implementar medidas para aplacar el alto costo de vida, consecuencia de la crisis del Covid-19 y la guerra en Ucrania, pero que contenía una norma que permitirá la creación de un inmenso incinerador de basura en la ciudad de Roma. Este punto era intransable para el Movimiento 5 Estrellas, lo que, según explicó la prensa italiana, fue la causa por la que decidieron no votar la moción de confianza al no asistir al Senado.

De forma previsora, el primer ministro Draghi ya había dicho a los medios locales que no iba a liderar un gobierno sin el M5E, el partido que salió más fortalecido tras las elecciones de 2018, apoyo que ha ido decayendo en el tiempo tras deserciones de algunos de sus miembros y la caída del apoyo público en las encuestas.

“Presentaré mi renuncia al Presidente de la República esta noche”, dijo el jueves el primer ministro y expresidente del Banco Central Europeo (BCE), según un comunicado. “La coalición de unidad nacional que apoyó a este gobierno ya no existe”, agregó. Su mandato, iniciado en febrero de 2021 y sustentado en una coalición muy amplia, que incluyó sectores de la izquierda y la derecha italiana, llegaba así a su final.

El quiebre de la coalición

El inicio de la crisis vino de la mano del multimillonario paquete de ayudas propuesto por el gobierno, el que consistía en la entrega de 26 mil millones de euros destinados a consumidores y la industria golpeada por las alzas en los precios de la energía.

Utilizando una estrategia habitual dentro del Parlamento italiano, fue el propio Draghi quien planteó la moción de confianza con el objetivo de acelerar el trámite legislativo. Sin embargo, el paquete incluía la norma del incinerador para Roma, lo que chocó frontalmente con las aspiraciones del gobierno.

La mecha la encendió el presidente del M5E y predecesor de Draghi en el cargo de primer ministro, Giuseppe Conte, quien anunció el miércoles que los legisladores de su partido no participarían de las votaciones. Ante la amenaza de la colectividad, Draghi aseguró que no actuaría bajo “ultimátums”, afirmando que dejaría el cargo de no contar con el apoyo del M5E.

El Movimiento 5 Estrellas, otrora poseedor del 33% de los votos en las últimas elecciones nacionales y miembro de tres gobiernos italianos, hoy sufre del desangramiento de sus huestes, donde cerca de la mitad de sus legisladores renunciaron al partido y se unieron a rivales políticos.

“Debemos analizar las motivaciones de Conte desde dos puntos de vista: el político y el de la política”, dijo a Reuters el profesor de política de la Universidad de Pisa, Eugenio Pizzimenti. En cuanto a lo político, cree el académico, está la necesidad de una “ruptura” para que el M5E pudiera forjarse una clara identidad de izquierda, “abandonando sus orígenes como movimiento de protesta posideológico que rechazaba las etiquetas de izquierda y derecha”.

Sobre la política, continuó Pizzimenti, “el partido se sintió aislado, ya que Draghi y sus socios de coalición ignoraron en gran medida sus posiciones en materia de política económica y exterior y desmantelaron, suavizaron o criticaron públicamente muchas de sus políticas emblemáticas”.

“Los líderes del Movimiento 5 Estrellas han estado planeando esto durante meses para poner fin al gobierno de Draghi”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio, exlíder del M5N, que renunció al partido el mes pasado, llevándose cerca de 60 legisladores, consignó la agencia.

Pese a que la votación de la moción fue favorable para la coalición de gobierno con 172 votos a favor y 39 en contra, la ausencia del Movimiento 5 Estrellas en la Cámara Alta se leyó como un quiebre irreconciliable que los pone fuera del conglomerado dirigente.

Y la promesa de Draghi se cumplió.

Durante la noche de este jueves, el primer ministro presentó su renuncia ante el Presidente de Italia, Sergio Mattarella. Sin embargo, este rechazó la carta de Draghi, lo que deja al país en un extraño limbo. Su rol como árbitro supremo de la política italiana es una de las claves para entender los próximos días del país europeo.

Futuro político del país

Cuando el primer ministro presentó su dimisión ante Mattarella en el Palacio del Quirinal, ubicado en Roma, el Presidente tenía varias opciones para enfrentar la situación. Podía intentar persuadir a Draghi para que conformara otro gobierno en una jugada posible, creen los expertos, considerando que, pese a que el M5N se restara en la moción de confianza, igual obtuvo 172 votos.

También podía buscar un líder interino que guiara a Italia hasta junio de 2023, fecha en la que se realizarían las elecciones generales, según el calendario regular. Y en última instancia, cabía la posibilidad de llamar a elecciones anticipadas, situación que no se da en el país desde la Segunda Guerra Mundial y que desordenaría el panorama legislativo, pues calzaría con el período en que el Parlamento elabora y aprueba el presupuesto de la nación.

La respuesta de Mattarella se acercó más a la primera opción. “No aceptó la renuncia e invitó al primer ministro a presentarse ante el Parlamento para hacer una declaración”, fue la información que entregó el palacio presidencial. Según la prensa local, Draghi podría hablar frente al Parlamento durante el miércoles de la próxima semana para buscar volver a articular una coalición que viabilice la votación de reformas económicas.

En el escenario contrario, en el que el aún primer ministro no logre el apoyo necesario, el Presidente podría desconectar al Parlamento y llamar a elecciones generales en septiembre de este año, afirman medios italianos.

La duda sobre el futuro político de Italia quedó abierta tras un quiebre político que acabó con la amplia coalición conformada para superar las numerosas crisis mundiales que afectaron a la tercera economía más importante de la eurozona y que abrazó a partidos de derecha e izquierda, solo excluyendo a la extrema derecha.