Primarias presidenciales: la preocupación oficialista por una baja participación y los cálculos de la oposición

En La Moneda y en Chile Vamos están inquietos por los factores que podrían desincentivar la votación en los comicios del próximo 18 de julio. En el sector temen que parte de su electorado acuda a votar a las primarias opositoras para evitar un triunfo de Daniel Jadue (PC). La apuesta es que sufraguen entre 800 mil y un millón de personas. El oficialismo cree que sería un mal augurio para las presidenciales que Apruebo Dignidad movilice a más gente a las urnas. En el PC no se confían.


¿Cuánto será el porcentaje de participación en las primarias presidenciables del 18 de julio, donde se medirán los cuatro candidatos oficialistas y los abanderados de Apruebo Dignidad, Daniel Jadue (PC) y Gabriel Boric (FA)?

Esa es una de las incógnitas que hoy es motivo de preocupación al interior de La Moneda y en Chile Vamos, y que ha desatado intensos análisis en el oficialismo y también en la oposición.

En el sector oficialista la inquietud es clara: si ese día los candidatos de la izquierda mueven más electores que los cuatro contrincantes de la centroderecha -Joaquín Lavín (UDI), Mario Desbordes (RN), Ignacio Briones (Evópoli) y Sebastián Sichel (ind)-, se generaría un mal precedente de cara a la primera vuelta presidencial, incluso podría convertirse en la antesala de una derrota.

El tema se ha tratado en distintas instancias. El miércoles, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, estuvo en el Congreso en Valparaíso por temas de su agenda propia, y aprovechó de abordar el asunto con parlamentarios oficialistas. Así, de acuerdo a fuentes del sector, varios senadores le transmitieron su inquietud por la poca participación que podría haber el domingo 18 y le hicieron ver que existen varios factores que podrían incidir en tener una baja participación.

En primer lugar, los malos resultados obtenidos en los comicios de mayo podrían, dicen en el oficialismo, repercutir en una falta de entusiasmo del electorado por participar en la primaria. En segundo lugar, preocupa que la elección para definir los nombres que llegarán a la papeleta de noviembre se realizará en un fin de semana largo, donde mucha gente podría abstenerse de votar por viajes. Otro factor que inquieta es la variante delta que podría disminuir la participación por el temor al contagio del Covid. A todo lo anterior se suma que la fecha coincide con las vacaciones de invierno de los escolares.

Un temor adicional en el oficialismo es que los electores del sector opten por votar en las primarias opositoras en vez de participar en las propias, tal como lo advierten algunos sondeos de opinión. Y es que en el bloque hay una tesis instalada de que varias personas de centroderecha estarían dispuestas a votar por Boric para evitar un triunfo de Jadue.

En Palacio y en los partidos de Chile Vamos consideran que el voto “estratégico” contra la carta del PC sería “un gran error”, porque abultaría la primaria de la izquierda y habría un menor porcentaje de apoyo al candidato electo del sector y, por ende, podría influir en los ánimos para la primera vuelta presidencial.

En el oficialismo recalcan que eso ocurrió en 2013, cuando parte de la centroderecha acudió a votar por el exministro de Hacienda Andrés Velasco en las primarias de la entonces Nueva Mayoría, con el fin de evitar que ganara la expresidenta Michelle Bachelet, que era la mejor evaluada en la centroizquierda. Se cree que eso abultó la participación de esos comicios, que en la oportunidad llegó a 2.142.070 votos.

Las expectativas

En el bloque hay dos elecciones previas que son la vara de medición para las primarias que vienen. Los comicios de 2013 entre Pablo Longueira (UDI) y Andrés Allamand (RN), en donde concurrieron poco más de 800 mil personas a votar, y las elecciones de 2017, cuando se midió el actual Presidente Sebastián Piñera con Manuel José Ossandón (RN) y Felipe Kast (Evópoli). En esa oportunidad, la derecha obtuvo más de 1,4 millones de votos.

Los partidos de Chile Vamos y los comandos de los respectivos candidatos hacen sus proyecciones, pero todos coinciden en un diagnóstico: el escenario es incierto y difícil predecir. Los más optimistas, en todo caso, apuestan a estar en una cifra intermedia entre las elecciones de 2013 y 2017.

Por lo mismo es que los candidatos y sus equipos han reforzado sus despliegues territoriales, las actividades en redes sociales y algunos como Sichel, por ejemplo, están llamando a sufragar por WhatsApp. Asimismo, en las conversaciones entre ministros y parlamentarios del sector también están viendo estrategias para reforzar la participación.

“Esperamos una participación similar a la que hubo en la primaria de Longueira-Allamand el 2013, ojalá un poco más. Dada la pandemia, es evidente que supone dificultades adicionales, pero si nuestra gente logra conectar con lo que nos jugamos, esperamos que a nuestra primaria pueda concurrir una cantidad parecida a la que vaya en la primaria de izquierda”, dijo ayer el presidente de la UDI, Javier Macaya.

En el comando de Lavín, en tanto, hay opiniones dividas respecto de la participación. Los más pesimistas transmiten que con suerte se llegará a los 800 mil votos, mientras que los más optimistas creen que alcanzarán el millón. “Primero necesitamos ganar la primaria y que vote harta gente en esa primaria, porque necesitamos hacerle el peso a la primaria del lado de Jadue y Boric”, dijo el abanderado UDI durante una actividad que fue compartida por sus redes sociales, agregando que la votación de ambas primarias “tiene que ser relativamente pareja”.

El timonel de RN, Francisco Chahuán, ayer en Radio Pauta transmitió su inquietud por una baja participación y aseguró: “Me preocupa cuánta gente va a ir a votar en la primaria de Chile Vamos. Ese es un tema de real preocupación frente a la primaria de la izquierda, donde tenemos a Jadue y Boric. Por lo tanto, el llamado, la convocatoria es a participar del proceso para demostrar que Chile Vamos sigue siendo una alternativa clara”, mientras que su par del PRI, Rodrigo Caramori, sostuvo que “creemos que es una obligación sumar cerca de los 600 mil sufragios”.

El coordinador general del comando de Briones, Felipe Kast, no compartió la inquietud de que la contienda de Apruebo Dignidad pueda concitar un mayor porcentaje del electorado. “Son dos primarias muy competitivas, así que creo que ambas van a convocar a mucha gente (...); sería muy positivo tener una participación similar a la de 2017”, dijo.

El propio Briones llamó a asistir a votar planteando que la próxima elección presidencial “no se trata de los próximos cuatro años del nuevo gobierno, sino que es definir la partida de una hoja de ruta que va a definir los próximos 30 años”.

En el comando de Sichel sacan el cálculo de que una cifra realista de votantes para la primaria podría ser de 800 mil personas, mientras que un número positivo sería de un millón. Sin embargo, el jefe de campaña, Pedro Browne, indicó que cree habrá “una buena participación, a pesar de que la fecha no es la mejor”.

En La Moneda, en tanto, son cautos en transmitir proyecciones, porque dicen que el escenario es incierto. El tema se ha conversado de manera incipiente en el comité político con Piñera y entre algunos asesores del Segundo Piso. Ahí, algunas de las apuestas es que entre ambas primarias -de la izquierda y derecha- se alcancen cerca de dos millones de votos, en donde los comicios de la oposición tengan una leve ventaja.

En Palacio agregan que en las próximas semanas harán un llamado a votar y a participar de manera segura en los comicios, pero que, por el momento, no está contemplado hacer publicidad para primarias.

Los cálculos en Apruebo Dignidad

Como “difícil” califican al interior del Partido Comunista y del comando de su candidato presidencial, Daniel Jadue, que las primarias de su sector tengan una mayor participación que las de Chile Vamos.

El optimismo es moderado en el entorno del candidato PC por los cálculos que han hecho a partir de los resultados de las elecciones del 15 y 16 de mayo. Según el análisis de esas cifras, si bien la izquierda obtuvo un buen resultado, no está asegurado que logre mover una mayor cantidad de electores que la centroderecha. “Quedó muy instalado el resultado de la convención, pero cuando uno mira lo territorial, la derecha no está muerta”, dice un dirigente comunista.

Según las mismas fuentes, en el PC calculan que “como máximo” el sector llegará al millón de votos, aunque ven probable que queden por debajo de ese umbral.

El cálculo de los comunistas viene de las votaciones de ambos bloques en las últimas elecciones de concejales. En esa oportunidad, el Frente Amplio obtuvo 523.660 votos (sin contar al Partido Liberal), mientras que el PC alcanzó 562.316. Ambos suman un poco más de un millón de votos. Siguiendo sus proyecciones, algunos en el PC y en el comando creen que estarán entre los 700 mil y los 800 mil votos en total, mientras que la participación en general -de ambas primarias juntas- estaría en un intervalo entre el 18% y el 23% del padrón electoral, es decir, un poco más que la segunda vuelta de gobernadores, en las que votaron cerca de dos millones y medio de personas.

Pese a esto, en el PC están conscientes de que la participación en esta pasada no solo es clave para validar una candidatura, sino que también es una “base” para la primera vuelta del 21 de noviembre. De hecho, los encargados territoriales del comando ya activaron a los cerca de 900 comandos ciudadanos que se han conformado en los últimos meses.

En el Frente Amplio, en tanto, tienen mayores expectativas. Al interior del equipo de su abanderado, Gabriel Boric, creen que la participación podría llegar al cerca del 30% y que sus comicios superen en número a los de Chile Vamos.

“Esperamos que al menos vaya un 30% del padrón electoral a votar en las primarias en general, porque de esta primaria sale el Presidente de Chile”, sostuvo la vocera del comando, Lorena Fríes (Unir).

En ese sentido, algunos en el comando creen que menos de un millón de votos dentro de su primaria sería un “fracaso” y ponen como base la votación que alcanzó Karina Oliva en la segunda vuelta como candidata a gobernadora de la Región Metropolitana, con 703.891 votos. Casi el doble de lo que obtuvieron en las primarias de 2017 -en las que compitió Beatriz Sánchez con Alberto Mayol-, oportunidad en la que sumaron 327.716 votos.

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