Alcanzó a estar apenas 19 días en el cargo. Ante la presión del Congreso y las Fuerzas Armadas por unas polémicas declaraciones sobre el terrorismo, el canciller peruano Héctor Béjar presentó este martes su dimisión, añadiendo más incertidumbre política a la gestión del Presidente Pedro Castillo, que en sus primeras semanas ha afectado al mercado llevando a mínimos históricos la cotización de la moneda peruana, el sol, frente al dólar.
“El señor Héctor Béjar Rivera presentó hoy (martes) ante el Presidente de la República, Pedro Castillo, su carta de renuncia irrevocable al cargo de ministro de Estado en la cartera de Relaciones Exteriores”, anunció la secretaría de prensa de la Presidencia en un escueto comunicado.
La renuncia de Béjar se produjo un día después de haber mantenido una reunión con Castillo, en medio de las fuertes críticas que había estado recibiendo desde que el domingo el programa de televisión Panorama sacara a la luz unas declaraciones suyas de febrero de 2020, en las que hablaba sobre el papel que la Marina habría desempeñado en la lucha contra el grupo maoísta Sendero Luminoso.
“El terrorismo en Perú lo inició la Marina, y eso se puede demostrar históricamente”, sostuvo Béjar en esa ocasión, explicando que la institución militar había sido entrenada para tal propósito por la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). “Estoy convencido, aunque no puedo demostrarlo, que Sendero Luminoso ha sido, en gran parte, producto de los servicios de la CIA y la Inteligencia norteamericana, no puedo demostrarlo, pero estoy convencido de eso”, dijo.
Los dichos de Béjar provocaron la indignación de la Marina, el Congreso y medios de comunicación en un país que vivió dos décadas de guerra interna a fines del siglo pasado, con 69.000 muertos y desaparecidos, según una Comisión de la Verdad. La Cancillería había informado la noche del lunes que las palabras de Béjar fueron “sacadas de contexto” para confundir a la opinión pública, desacreditarlo y obtener su censura, detalló Reuters.
En diálogo con RPP Noticias, el ministro de Defensa, Walter Ayala, se refirió a la renuncia de Béjar. “Yo principalmente el día de ayer (lunes) respaldé a las Fuerzas Armadas, a la Marina de Guerra del Perú. Le doy mi respaldo al almirante (Alberto) Alcalá y a todos los institutos armados. Le pedí (a Héctor Béjar) que tenía que aclarar. Supuestamente hoy día lo iba a hacer”, indicó. “Le dije que Béjar pida disculpas o que renuncie. Fui muy claro en mi posición desde un comienzo. (…) Yo, como ciudadano, le pediría que haga eso. Las Fuerzas Armadas merecen un respeto”, agregó.
Por su parte, la excandidata presidencial Keiko Fujimori se pronunció la noche del lunes en torno a las declaraciones del ahora canciller, instando a Castillo a mostrar su respaldo a las Fuerzas Armadas. A través de su Twitter, la líder de Fuerza Popular señaló que tanto las expresiones de Béjar, como la intervención de la Policía Nacional a la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), “son en la práctica un disparo al corazón de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales”. “No basta con condenarlas. Nuestros soldados y policías que dieron la vida por nosotros hoy nos necesitan”, escribió.
Asimismo, dijo que los partidos políticos representados en el Congreso no deben quedarse de brazos cruzados, por lo que hizo un llamado a ejercer su “función de contrapeso sin dudas ni ningún tipo de cálculo político”. Finalmente, solicitó al jefe de Estado que “rompa su silencio y demuestre en los hechos si realmente respalda a nuestras Fuerzas Armadas”. “Esperamos su decisión para que defina inmediatamente, con sus actos, si deslinda con el terrorismo”, remarcó.
Los dos principales diarios de Perú también se mostraron críticos contra los dichos de Béjar en sus editoriales de este martes. “El canciller debe renunciar”, escribió La República, que calificó como “inaceptables” las declaraciones del canciller sobre Sendero Luminoso y la Marina de Guerra. “Es cierto que las declaraciones de Héctor Béjar corresponden a noviembre del 2020, cuando no soñaba con volver a la política activa ni mucho menos con ser canciller. Son disquisiciones teóricas que deben provocar la separación del cargo. ¿Por qué hacerlo? Por razones políticas -en el momento actual abre un nuevo flanco a un gabinete que está literalmente en la cuerda floja- y por una razón más simple: porque no es verdad lo que dice”, apuntó el periódico.
En tanto, El Comercio, en un editorial que tituló como “Inaceptable maltrato”, señaló que “Perú no merece a un canciller que afirme que la época más sangrienta de su historia fue ‘iniciada’ por una de sus instituciones tutelares”. “Desde su postura complaciente con los regímenes que han destrozado Cuba y Venezuela hasta sus delirantes afirmaciones sobre Sendero Luminoso, el canciller se ha labrado el triste mérito de ser, después de (el primer ministro) Guido Bellido, el integrante más cuestionable de un de por sí empañado Consejo de Ministros”.
Desde que fue designado como ministro de Relaciones Exteriores, Béjar había sido criticado por partidos de centro y derecha en el fragmentado Congreso que pidieron su renuncia y la de otros ministros de izquierda de Castillo. La oposición, destaca Europa Press, había cuestionado su idoneidad para ocupar el cargo debido a su pasado guerrillero. Béjar, catedrático universitario, escritor y sociólogo de 85 años, fue fundador en la década de los 60 del efímero Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante la dictadura del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975).
Asimismo, consigna Reuters, Béjar había minimizado como canciller el trabajo del llamado Grupo de Lima, creado hace cuatro años para presionar al gobierno de izquierda de Venezuela, y dijo que apoyaba los diálogos de la oposición con el gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
Según El Comercio, Béjar se convierte así en el tercer canciller que menos tiempo ha durado en el cargo durante los últimos 40 años. Desde 1980 hasta el 2021, han pasado por Torre Tagle 36 gestiones ministeriales. Solo es superado por Franca Deza Ferreccio (2020), bajo la administración de Manuel Merino, que dejó el puesto debido a la caída del gobierno y renuncia del mandatario. Duró cinco días en el cargo, lo mismo que Fernando Olivera Vega (2005), en la gestión de Alejandro Toledo, a raíz de la crisis total del gabinete tras la renuncia del presidente del Consejo de Ministros. El periódico destaca que Béjar es el único de la lista en salir por presión parlamentaria formal y específicamente en contra de su permanencia.
El canciller en el gobierno de Toledo, Manuel Rodríguez Cuadros, descartó que Castillo le haya ofrecido ser el nuevo ministro de Relaciones Exteriores. “Lo único que quiero señalar es que no he venido por una cuestión importante y evidentemente un ofrecimiento para asumir como canciller sería extraordinariamente importante y no es así”, dijo el diplomático a su salida del Palacio de Gobierno este martes.
La renuncia de Béjar añade más incertidumbre política a la gestión de Castillo, que en sus primeras semanas ha afectado al mercado, llevando a mínimos históricos la cotización de la moneda local frente al dólar, destaca Reuters. Además, su salida se produce cuando el jefe del gabinete de ministros, Guido Bellido, un dirigente del partido marxista que postuló a Castillo, se alista para acudir y pedir el 26 de agosto en el Congreso un voto de confianza.
El mismo Bellido encara una investigación preliminar en la fiscalía por el presunto delito de “apología al terrorismo” por unas antiguas declaraciones a favor de una dirigente de Sendero Luminoso, grupo que buscó con las armas derrocar al gobierno.
“La renuncia del canciller es una derrota para el Presidente Castillo, porque no ha tenido el tino de designar un gabinete de figuras que no sean cuestionadas en la política peruana para estos puestos tan importantes. Béjar es un exguerrillero que conoce el lenguaje de la guerrilla, pero no conoce el lenguaje de la diplomacia internacional”, comenta a La Tercera Luis Benavente, analista político peruano y director ejecutivo de la consultora Vox Populi.
“Castillo ha querido mantener a ministros cuestionados y no escuchar la voz de la oposición, que es muy fuerte y muy amplia en el Perú, lo cual ha llevado a que sea el presidente con menos aprobación ciudadana al inicio del ejercicio presidencial en los últimos 30 años, con un 38% de apoyo cuando todos sus colegas después de asumir el mando tenían un promedio de 60%. La renuncia de Béjar es un triunfo para la oposición”, agrega el experto.