En el Chile de hace 20 o más años, las sequías traían consigo una emergencia eléctrica que, en varios años, terminó en apagones, pues el sistema era altamente dependiente de las grandes centrales de embalse construidas en décadas anteriores y las demás tecnologías no eran capaces de suplir caída en la producción hidroeléctrica.
Pero ninguna de esas sequías se compara con lo que se vive en los últimos diez años. Esto ha llevado que el sistema vaya bajando drasticamente su dependencia del agua como fuente de energía, que en los últimos meses ha anotado el aporte más bajo de su historia.
Así lo muestran datos de la consultora Systep, en base a información proporcionada por el Coordinador Eléctrico, organismo encargado de monitorear la operación del sistema. En abril -mes que antiguamente era conocido por sus lluvias- el aporte hidroeléctrico a la matriz eléctrica sumando centrales de pasada y de embalse, fue de 13%, la cifra más baja observada en décadas y que se explica tanto por la sequía como por señales de precios, pues el costo declarado de la producción hidroeléctrica sube ante la caída de reservas en los embalses, favoreciendo a otras tecnologías como el gas o las renovables variables, es decir, eólica y solar, según explica Ana Lia Rojas, consultora de EnnerConex.
De hecho, en abril la producción de electricidad con gas -que en Chile se obtiene gracias a los envíos desde Argentina y los que arriban a los terminales de regasifación de Mejillones y Quintero- fue la más alta en 12 meses, alcanzando un 25%. La energía solar, en tanto, proporcionó el 11% del total y la eólica, el 7%, dando cuenta también del avance de estas tecnologías en el país.
A esto se suma otro elemento, que fue la mantención en que entraron centrales como Colbún, Pangue y Pehuenche, que se cuentan entre las de mayor tamaño, lo que también fue un factor.
Eso sí, en abril en general la producción de energía en todo el sistema aumentó un 5,4% respecto de abril de 2020, señal también de la recuperación que viene mostrando la actividad económica en el país, considerando lo fuertemente ligada que está la producción eléctrica de la marcha de las demás actividades.
“En el mes de abril la generación total del Sistema Eléctrico Nacionakl fue de 6.516 GWh/mes, un 6,6% menor a marzo de 2021 (6.975 GWh/mes) y un 5,4% mayor a abril de 2020 (6.180 GWh/mes). La participación de la generación hidráulica, gas y carbón disminuyó un 3,1%, 2,9% y 0,4% respectivamente en relación con abril de 2020. En contraste, la participación de la generación mediante energía eólica, solar y diésel aumentó en un 37,7%, 33,8% y 582,6% respectivamente en relación con abril 2020″, destaca Systeo en su informe.
Además de la entrada en mantenimiento mayor de las centrales hidráulicas de embalse: Colbún, Pangue y Pehuenche, que permanecieron sin operar 30 días, 6 días y 4 días, respectivamente, otras unidades como las carboneras Angamos 2, Guacolda 1, Guacolda 3 y Mejillones (19, 3, 4 y 5 días respectivamente), también entraron en ese proceso.
Las hidráulicas de pasada Angostura, La Confluencia y Rucúe (5, 20 y 30 días), fueron otras que entraron en mantenimiento.
La sequía histórica
Más allá del efecto de los mantenimientos, en abril, y al igual que ocurrió en marzo, la energía energía embalsada en el Sistema Eléctrico Nacionalno superó los niveles de abril del año anterior y se mantiene aún en niveles históricamente bajos, representando un 48% del promedio mensual entre los años 1994 y 2020. Según Systep, en lo que va del año hidrológico 2021/2022, el nivel de excedencia observado es igual a 96,8%, es decir, se ubica en el 3,2% de las hidrologías más secas observadas a la fecha.
Para los próximos meses el sector eléctrico estará marcado por la masiva entrada de centrales renovables eólicas y solares. De hecho, en los próximos 12 meses se espera la entrada de la cifra récord de 5.550 MW de nueva capacidad, de los cuales 2.698 MW corresponden a centrales solares y 1.534 a eólicos. A esto se sumará la entrada de Alto Maipo, de AES Andes, que aportará 531 MW al sistema y que se convertirá, seguramente, en la última gran hidroeléctrica a levantarse en Chile.