Pedro Sánchez ya es el candidato a la investidura, y sus apoyos inmediatamente empezaron a temblar. Ayer, desde Sumar, el partido izquierdista con el que el PSOE pretende hacer su “gobierno progresista”, aseguraron que Sánchez no cuenta con sus votos, y su apoyo no será un “cheque en blanco”.

Con esos términos, el partido de Yolanda Díaz presionó para negociar en mayor profundidad una agenda social, arrinconando de paso al PSOE: Sánchez tiene menos de dos meses para conseguir la mayoría en el Congreso que le permita investirse presidente del gobierno español. El fracaso en esta tarea provocaría una consecuencia indeseada por muchos: la repetición de las elecciones generales, o como dijo el mismo Sánchez en 2019, la oportunidad de que los españoles “voten más claro”.

Pero no es solo Sumar el partido que aprieta a PSOE: desde Junts per Catalunya, el partido separatista catalán con “la llave” para decidir la investidura que habrá en noviembre, se decidió a hacer una “votación telemática” entre sus bases para saber si deben o no “bloquear” a Sánchez.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante su reunión en el Parlamento. Foto: Reuters.

Luego de su primera reunión para abordar la investidura, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, líderes del PSOE y Sumar, respectivamente, acordaron “intensificar y acelerar” las negociaciones de sus partidos, para poder sellar un pacto de gobierno. Este posible Ejecutivo, “el gobierno de coalición progresista”, pretende gobernar España durante la próxima legislatura.

Dándose octubre como plazo para cerrar un programa de gobierno, ambos partidos estarían acelerando sus negociaciones, con las votaciones de investidura para finales de noviembre. El responsable de la negociación del equipo de Sumar, Nacho Álvarez, señaló al término de la reunión: “No concebimos otro escenario que no sea alcanzar un acuerdo que reedite un gobierno de coalición. Pero no vale cualquier gobierno. No podemos conformarnos con legislar al ralentí, tiene que ser un gobierno que no se conforme con lo que ha hecho en la legislatura anterior, sino que siga avanzando en materia de derechos sociales y laborales, que es donde tenemos diferencias”.

En medio de la polémica por los partidos independentistas, Sumar ha dejado claro que sus diferencias con PSOE no son del orden “territorial”, sino de materias sociales, donde pretenden un programa “ambicioso” con reducción de jornada laboral incluido. “Confiamos en que a lo largo de las próximas semanas se vayan acercando las posturas y podamos tener un acuerdo que sea satisfactorio y dé lugar al nacimiento de un gobierno útil para las necesidades de la ciudadanía”, indicó Álvarez.

Yolanda Díaz, durante las celebraciones luego de las elecciones generales de julio. Foto: AP.

Estas declaraciones vienen luego de que Sumar mostrase ayer “sus cartas” en la negociación para la investidura del socialista Pedro Sánchez. “Nos podría gustar anunciar que el PSOE ya cuenta con nuestros votos pero aún no es así”, indicó el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, alertando que en las negociaciones entre ambos partidos habría “materias atascadas en el carril social”.

Este discurso se endureció luego de que Yolanda Díaz se reuniese con el rey, en la tradicional “ronda de consultas” con los presidentes de partidos en el Congreso, previa a nominar un candidato a investirse. Refiriéndose al encuentro con el monarca, la líder de Sumar dijo: “Le he trasladado la voluntad de conformar un gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez, pero le hemos comentado que estamos negociando y a día de hoy estamos todavía lejos del acuerdo”. A su parecer, la aportación de Sumar en el gobierno tiene que tratarse “de ganar derechos para ganar el país”.

Las condiciones puestas por Sumar, y que formarán parte de las negociaciones este mes, tienen que ver con una reducción de la jornada laboral, la subida del salario mínimo, un nuevo modelo de financiamiento de las Comunidades Autónomas y un control efectivo del precio de los alquileres. Este último tema es particularmente importante en las grandes ciudades de España, como Barcelona y Madrid. Respecto al acuerdo, Díaz señaló: “En nombre de Sumar, de nuestros 31 diputados, nos gustaría decirles que ojalá sea cuanto antes. A día de hoy estamos lejos. Vamos a trabajar para que este acuerdo salga”.

Carles Puigdemont, eurodiputado por Junts, durante un encuentro con un alcalde italiano. Foto: Le Monde.

Si las negociaciones con Sumar se ven arduas para el PSOE, el frente de los partidos independentistas no deja de complicarse. Carles Puigdemont, el líder “fugado” de Junts per Catalunya, anunció que sometería a votación en el “Consell de la República” su decisión de bloquear o no la investidura de Sánchez.

Este organismo independentista, dirigido por Carles Puigdemont desde su exilio en Bélgica, se presenta como una suerte de “Gobierno paralelo de Cataluña”, con la finalidad de allanar el camino hacia una república catalana. Un sector de sus afiliados impulsó una moción que propone someter a votación la posibilidad de que el Consell interfiera en un acuerdo entre los partidos Junts, ERC y el gobierno de coalición de PSOE y Sumar. Junts y ERC son precisamente los partidos que, con sus 14 diputado, son “la llave” para decidir la investidura de noviembre.

Aunque Pedro Sánchez se ha mostrado abierto a negociar con ambos partidos, sobre todo en los términos de una amnistía a los presos del proces independentista de 2017, esta solución no contenta a todos en el PSOE. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, expresidente de Extremadura, criticó este miércoles a quienes desde el partido socialista “allanan el camino” a Puigdemont, que según él “intenta humillar” a Sánchez a cambio de su apoyo en la investidura: “¿Cómo se puede soportar que alguien viole a 40 millones de españoles? Porque quien viola la Constitución está violándome a mí, está violando mi voto”, aseguró Rodríguez.