El Presidente ruso, Vladimir Putin, y su par chino, Xi Jinping, se reunieron el jueves para estrechar sus relaciones bilaterales, luego de que Moscú sufriera un importante revés en la guerra en Ucrania.

Ambos gobernantes se reunieron en Uzbekistán al margen de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai, una alianza de seguridad de ocho naciones creada para contrarrestar la influencia estadounidense. Sus otros miembros son India, Pakistán y cuatro antiguas repúblicas soviéticas. En el caso de Xi, se trata de su primera salida de China desde que comenzó la pandemia.

Además de la guerra en Ucrania, como telón de fondo de la cumbre se encuentra la escalada de hostilidades entre Armenia y Azerbaiyán en un lugar no muy distante del evento.

En su primer encuentro cara a cara desde el inicio de la guerra, Xi dijo que estaba muy contento de volver a encontrarse con “mi viejo amigo”, después de que Putin señaló que los burdos intentos de Estados Unidos de crear un mundo unipolar fracasarían. “Valoramos mucho la posición equilibrada de nuestros amigos chinos cuando se trata de la crisis de Ucrania”, afirmó el líder del Kremlin.

“Entendemos sus preguntas y su preocupación al respecto. Durante la reunión de hoy, por supuesto, explicaremos nuestra posición”, añadió Putin.

Las primeras declaraciones de Putin sobre la “preocupación” china por la guerra se conocen apenas unos días después de una derrota de sus fuerzas en el noreste de Ucrania. Mientras que Xi, a quien el Partido Comunista debe otorgar el próximo mes un tercer mandato que lo consolide como el líder más poderoso del país desde Mao Zedong, no mencionó a Ucrania en sus declaraciones públicas.

El resumen chino de la reunión tampoco mencionó a Ucrania y solo dijo que Beijing está dispuesto a dar un fuerte apoyo a Rusia en asuntos relacionados con sus intereses fundamentales, informó la emisora estatal CCTV, consignada por Reuters.

China se ha abstenido de condenar la operación rusa contra Ucrania o de calificarla de “invasión”, en línea con el Kremlin, que califica la guerra de “operación militar especial”.

La última vez que Xi y Putin se reunieron en persona, pocas semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero, declararon una asociación “sin límites” y firmaron una promesa de colaborar más contra Occidente. Aun así, dice Reuters, a Beijing le preocupa el impacto en la economía mundial y se ha cuidado de no dar un apoyo material a Moscú que pueda desencadenar sanciones occidentales sobre la propia economía china.

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que China debería rechazar la invasión rusa: “El mundo entero debería alinearse contra lo que está haciendo el señor Putin”, señaló Kirby a la cadena CNN. “Este no es el momento para seguir como si nada con el señor Putin”.

Revés en Ucrania

El líder ruso aún no ha comentado en público el grave revés sufrido por sus fuerzas este mes en la región nororiental de Kharkiv después de que las tropas ucranianas realizaron una rápida contraofensiva blindada, forzando una apresurada y caótica retirada rusa que dejó decenas de tanques y otros vehículos blindados abandonados a la carrera.

Kiev afirma haber recuperado más de 8.000 kilómetros cuadrados. La rapidez del avance levantó la moral del país, animó a los países occidentales que han proporcionado armas, inteligencia y entrenamiento, y aumentó las esperanzas de obtener nuevos avances significativos antes de que llegue el invierno.

No obstante, Serhiy Gaidai, gobernador de la región oriental ucraniana de Luhansk, advirtió que será una dura lucha para arrebatar el control de la zona a Rusia, que la reconoce como un Estado independiente controlado por los separatistas. “Aquí los rusos se atrincheran en Svatove y Troitske”, dijo Gaidai a la televisión ucraniana, en referencia a dos asentamientos de Luhansk.

“Continúan los intensos combates en muchas direcciones, incluso en la región de Luhansk. El ‘escenario instantáneo’ de Kharkiv no se repetirá. Tendremos que luchar mucho por nuestra región. Los rusos se están preparando para la defensa”, señaló.

Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, declaró en un post en internet: “Debemos evitar la euforia. Todavía queda mucho trabajo por hacer para liberar nuestras tierras, y Rusia tiene un gran número de armas”.

Tampoco hubo tregua en los ataques diarios de Rusia con misiles contra Ucrania, un día después de que disparara misiles de crucero contra una presa cercana a Kryvyi Rih, ciudad natal del Presidente Volodymyr Zelensky.

La derrota del Ejército ruso en la provincia ucraniana de Kharkiv parece ser un punto de inflexión en la batalla de Kiev para expulsar a las tropas invasoras del país. “El poder de la bandera rusa ha disminuido considerablemente y el sistema de seguridad en todo el antiguo espacio soviético parece estar roto”, dijo a The Guardian Laurence Broers, miembro asociado de Chatham House.

Esta semana, con la atención centrada en el Mar Negro en Ucrania, los combates en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia mataron a unos 100 soldados después de que Bakú bombardeara varias ciudades en el país vecino, y ambos bandos se acusaban mutuamente de “provocaciones”.

Los analistas dijeron que Azerbaiyán había decidido probar las aguas mientras Rusia luchaba en Ucrania. Moscú ha apoyado tradicionalmente a Ereván en su disputa territorial con Bakú durante las tres décadas desde la caída del comunismo.

“Azerbaiyán se siente bastante confiado en este momento geopolítico, y particularmente en este momento durante la contraofensiva ucraniana”, dijo al diario británico Tom de Waal, investigador principal de Carnegie Europe. “Esto parece absolutamente dirigido tanto a Rusia como a Armenia, poniendo a prueba el compromiso de Rusia de defender a Armenia”.

Rusia indicó que había negociado un alto el fuego el martes. Ambas partes acordaron el despliegue de una fuerza rusa de mantenimiento de la paz como parte de una tregua para poner fin a la guerra en 2020.

Armenia ha pedido apoyo militar a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), un pacto de defensa mutuo dominado por Rusia, pero Moscú se resiste a intervenir directamente.

“Rusia está claramente equivocada, tanto porque está sobrecargada en Ucrania como porque no quiere pelear con Azerbaiyán en este momento”, dijo de Waal.

Por separado, estallaron enfrentamientos en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán el miércoles por la mañana, en los que murió un guardia fronterizo y otros cinco resultaron heridos en Tayikistán, según informes locales.

Si bien ese incidente específico no está directamente relacionado con la guerra en Ucrania, y aunque Rusia ha tenido tradicionalmente buenas relaciones con ambos países, los analistas dicen que la invasión rusa ha cambiado por completo el equilibrio de poder en una región que durante años ha sido un campo de batalla para la influencia rusa, china y occidental, y puso al Kremlin a la defensiva.