El Instituto de Políticas Públicas en Salud (Ipsuss) de la Universidad San Sebastián se propuso identificar en qué medida se está haciendo un uso eficiente (en horas) de los pabellones quirúrgicos, que en 2021 alcanzaron la cifra de 675 unidades. Así, un informe al que tuvo acceso La Tercera revela que cerca de 15% de los pabellones no está habilitado para ser utilizados y el 85% restante se utiliza a mitad de capacidad (52,3%).
De acuerdo a la investigación, entre las causas que explican la inhabilitación de los quirófanos está la falta de personal y en menor medida el equipamiento. El problema ya se había instalado, incluso, antes de la emergencia sanitaria. De hecho, el informe de la Comisión Nacional Asesora de Evaluación y Productividad de enero de 2020 evidenció que el recurso humano más escaso en los pabellones es el de anestesista, pues la oferta de este recurso cubre el 74% de la jornada institucional.
En ese escenario, Carolina Velasco, directora de estudios de Ipsuss, afirma que “lo grave es que los pabellones ya están construidos, la inversión inicial es lo más costoso. Está todo, salvo el equipamiento y el personal, entonces los pabellones están ahí, solo que están en desuso”.
Además, la comisión estimó que, en promedio, la tasa de utilización de los quirófanos electivos en horario institucional es de 53%, lo que implica un uso diario de 4,8 horas (de las nueeve horas institucionales).
Por eso, los investigadores de la Universidad San Sebastián realizaron una simulación del aumento de cirugías que podrían realizarse si se habilitan todos los pabellones y si se utilizaran más horas. Y en el escenario más conservador, es decir, aquel en que se excluye a los pabellones de urgencia y se toma como base solo los quirófanos actualmente habilitados -periodo prepandemia-, si se aumenta a 83% su uso, se hubieran realizado entre 16.433 y 108.644 cirugías mayores más.
Ahora, si se hubiera habilitado el 100% de los pabellones y aumentado el uso a 83%, los valores estarían entre 141.607 y 223.782. Más aún, al habilitar el 100% de los pabellones -ya construidos- con equipo y personal, y aumentar su uso a 90% hubiera permitido, al menos en 2018, cubrir todas las cirugías mayores en espera.
En ese contexto, Raúl Aguilar, investigador de Ipsuss, afirma que “el sistema público tiene una capacidad instalada importante que le permitiría hacer casi el doble de lo que está haciendo hoy. Por lo tanto, cuando se anuncia que para solucionar las listas de espera se van a construir hospitales, se está rascando donde no pica, pues eso no va tener ningún efecto sobre las listas de espera”.
A causa de la crisis sanitaria, la lista de espera de cirugías anotó un récord, con 328 mil registros para un total de 290 mil pacientes. El panorama es complejo: si antes de la pandemia estas personas debían aguardar 329 días en promedio para ser atendidas (10 meses), ahora este plazo ha crecido a 584 días (cerca de 20 meses).
Suspensión de cirugías
Adicional a eso, otro problema que identificaron los académicos del Ipsuss es que se programa hacer un menor uso que las horas totales disponibles y se suspenden cirugías producto principalmente de problemas de gestión de los hospitales, ya sea por falta de material o de organización. Un ejemplo para esto último es que no se prepare adecuadamente al paciente.
De acuerdo a los últimos datos entregados por la Subsecretaría de Redes Asistenciales, en lo que va del año se han suspendido 22 mil cirugías. La principal causa fueron precisamente las relacionadas con el paciente, luego las que dependen del equipo quirúrgico y luego las administrativas (ver tabla).
Causales de suspensión atribuibles a: | Menores de 15 años | 15 años y más |
---|---|---|
Administrativas | 225 | 2.634 |
Emergencias | 20 | 159 |
Equipo quirúrgico | 340 | 4.692 |
Gremiales | 73 | 539 |
Infraestructura | 23 | 232 |
Paciente | 1.240 | 9.915 |
Unidad de apoyo clínico | 109 | 1.949 |
Total general | 2.030 | 20.120 |
En ese contexto, Alberto Dougnac, exsubsecretario de Redes Asistenciales y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae, explica que las causas atribuibles al paciente se relaciona con que “hay personas que no llegan a las cirugías. Hay otro porcentaje de pabellones que se suspenden porque el paciente no llegaba con todos los exámenes o porque no estaba todo el personal. Todos estos puntos son evitables”.
Por esta razón, agrega que “el gran desafío que tienen las autoridades de los hospitales es mejorar la gestión quirúrgica, a todo nivel, desde recordarle al paciente que tiene la operación hasta asegurarse de que tiene todos los estudios”. Un ejemplo de aquello es el Hospital Padre Hurtado, que ha reducido 65% sus listas de espera realizando una mejor gestión.
La académica del Ipssus sostiene que se pueden tomar medidas para evitar estas suspensiones: “Hay que destinar a una persona a llamar a los pacientes los días previos y que le pregunte si tomó todas las medidas para las cirugías. Esto es mucho más barato que suspender una cirugía, que requiere todo un equipo de personal, donde también se pierde tiempo y se incrementan las listas de espera, porque suspender una cirugía es engrosar la lista en una persona más”.