El martes el gobierno expuso las indicaciones que se estaban trabajando para incorporar a la reforma tributaria. En esa instancia se presentó una batería de 27 indicaciones dividida en cinco ejes temáticos: cuatro relacionadas a la inversión, ocho que apuntan a la agenda antielusión y evasión, otras ocho al nuevo sistema de impuesto a la renta, cuatro para el régimen pyme y tres para el Impuesto al patrimonio.
Y este miércoles, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, presentó el impacto en la recaudación tributaria que tienen estas modificaciones. Según las estimaciones preliminares de los efectos en recaudación de las indicaciones propuestas, el gobierno informó que se proyecta que esta iniciativa recaudaría 3,6 % del PIB (Producto Interno Bruto), lo que es 0,5% del PIB, lo que se traduce en unos US$1.700 millones menos a lo que se tenía previsto originalmente, por lo que la meta de 4,1% del PIB queda ya en el pasado.
De esta forma, la recaudación para 2023 se mantiene en 0,6% del PIB; mientras para 2023 sería de 1,4%; y 2,7% para el tercer año de Gobierno. “Ese medio punto que, más o menos se refleja en los años previos, el 2024, 2025, 2026, corresponde a medio punto la pérdida o la menor recaudación producto de este conjunto de indicaciones, incluyendo aquellas que buscan estimular la inversión. Ahora, ¿cómo se puede compensar esto? hay dos factores que nos van a ayudar a compensar esta menor recaudación: uno de ellos es el hecho de que, al tener estos incentivos a la inversión, esa mayor inversión va a permitir un mayor crecimiento sobre todo en los años intermedios, 2023, 2024, y eso nos va a ayudar más o menos en una décima del producto” dijo el ministro.
Y lo segundo que explicó el ministro es que “esperamos que hacia 2026 tengamos una relación deuda/PIB que ya no será del 45% como estaba proyectado inicialmente, sino que del 41%. Esa diferencia de la deuda, traducido en pago en intereses, equivale a US$1.200 millones o 0,35% del Producto. Entonces, gracias a tener una política fiscal bien disciplinada durante este año y tener trazada una trayectoria para la política fiscal de los años siguientes, vamos a tener ese ahorro de gasto, que nos va a permitir compensar esta menor recaudación producto de las indicaciones que hemos presentado”, detalló.
Pese a esta menor recaudación, el secretario de Estado reafirmó el compromiso en torno al mayor gasto en beneficios sociales y desarrollo productivo contemplados cuando se envió la Reforma: 0,3% a pensiones, 0,3% a educación, 0,7% a ampliar las prestaciones familiares de cuidado, y 3,2% a incremento en investigación y desarrollo.
El descontento de Naranjo
Pero estos cambios no dejaron del todo contento ni a los diputados del oficialismo, ni a los independientes. Tampoco a la oposición. Y si bien la idea de realizar este trabajo conjunto en la mesa técnica con los asesores de los diputados era para buscar consensos, en la práctica no se está logrando, y además abrió un flanco en el propio bloque oficialista.
Uno de los que entregó sus reparos fue el propio presidente de la Comisión de Hacienda y principal aliado del Ejecutivo en la tramitación de este proyecto. Se trata del diputado Jaime Naranjo (PS), quien mostró su preocupación por el hecho de que con la menor recaudación pueda quedar sin financiamiento el programa del gobierno. . “La reducción en la recaudación es bastante relevante y afectará las transformaciones que quiere impulsar el gobierno en materia de salud, pensiones, vivienda, educación”, afirmó.
Para Naranjo, con los cambio, “el gobierno trata de sacar adelante la reforma tributaria, pero el costo que se está pagando es altísimo. Podemos terminar con una reformita, porque aún falta el trámite en el Senado y ahí seguramente habrá que hacer otras modificaciones”.
Dado este cambio de escenario, el diputado subrayó que junto con la bancada de diputados del PS se está trabajando en una batería de medidas tributarias para presentárselas a Hacienda. Según cuenta, esta propuesta busca lograr nuevos ingresos para suplir estos menores ingresos. “Uno queda con gusto a poco, los empresarios y la derecha hicieron una presión indebida, ellos nunca quisieron avanzar con esta reforma tributaria”, puntualizó.
Gael Yeomans, diputada de Convergencia Social, entregó otro punto de vista y centró su preocupación en el hecho de si con los cambios se mantiene la idea original de avanzar en una mejor distribución de los ingresos, que es el otro objetivo que tiene esta reforma tributaria. “No dudo que se logre financiar el programa, pero sí me preocupa el otro objetivo que tiene esta reforma tributaria, que es avanzar en la justicia distributiva y en ese sentido, el aporte de esta reforma va en esa dirección. Esa es mi preocupación. Estaré viendo y revisando los datos que nos entregaron hoy”.
No obstante, la legisladora criticó la postura que está teniendo la oposición, puesto que pese al esfuerzo que ha hecho el gobierno para buscar un pacto tributario, se mantiene una visión de rechazar la propuesta. “A pesar de las intenciones del gobierno, la derecha está cerrando la puerta con un portazo. Su postura no ha variado pese a los cambios. Hay que continuar con la reforma, no hay más tiempo que esperar y si la derecha no quiere reforma, lo tendrá que hacer ver el próximo lunes 26 de septiembre en la votación en la comisión”.
Boris Barrera (PC) dijo que los cambios realizados son “una muestra de que el gobierno está abierto a llegar a acuerdos con la oposición. Es un sacrificio que afecta la recaudación, pero no sé si pone en peligro el programa y su financiamiento”.
El representante de la DC en la comisión de Hacienda es el diputado Ricardo Cifuentes, quien tampoco se muestra convencido con los cambios: “No he visto todavía el detalle de los números, pero cada día se vuelve más complejo. Todavía estamos en la discusión en general y el gobierno ya ha hecho una cantidad de cambios significativos y eso hay que estudiarlos con detalle, porque no conocemos todavía las indicaciones para estudiarla en detalle”. Por esa razón afirmó que antes de votar tiene que analizar las indicaciones, por lo que no anticipa si votará a favor.
Carlos Bianchi (Independiente) tampoco se muestra conforme y sus dardos apuntan a la magnitud de las modificaciones y su impacto en la recaudación. “Es imposible no sorprenderse de un cambio en las expectativas que tiene esta reforma tributaria. Estamos frente a otro proyecto y por eso lo tenemos que analizar nuevamente en detalle, voy a reflexionar. Lo que espero es que en el Senado estas expectativas de recaudación no sigan bajando”.
Qué dice la oposición
Desde la oposición los cambios no convencen. Esto pese a que trabajaron en una mesa técnica consideran que las modificaciones propuestas no aseguran todavía que se vaya a votar a favor la idea de legislar. Uno de ellos es Miguel Mellado (RN) quien argumentó que “lo que plantean las indicaciones son parches, no hay cambios de fondo, porque son medidas transitorias”. Además, dice que todavía las estimaciones de recaudación siguen siendo optimista. Por ello, Mellado plantea que hoy todavía su voto es rechazo.
Agustín Romero del partido Republicano, critica las estimaciones de recaudación, porque “siguen siendo muy optimistas. Probablemente se recaude 1/3 de lo que se espera, sobre todo en lo que se refiere al impuesto al patrimonio y en el impuesto a las utilidades retenidas, en la práctica son impuestos al stock de ahorro, totalmente ineficiente y distorsionador”. Añade que “la reforma desconoce nuestro escenario económico actual, de recesión técnica y alta inflación, aún con sus indicaciones meramente formales sigue siendo muy negativa para el desarrollo económico”.