Con el inicio del juicio político en contra de Donald Trump, previsto para este martes, sobre las acusaciones de su responsabilidad en la incitación a una turba que irrumpió en el Capitolio el 6 de enero, el expresidente de Estados Unidos se sentará por segunda ocasión en el banquillo de los acusados.

Pero el impeachment de 2020 y el de este año tienen lugar en circunstancias que tienen pocos elementos en común, como los cargos presentados contra Trump, el tiempo que tardó en ponerse en marcha, la actitud de los miembros del Partido Republicano, el apoyo de los ciudadanos o las consecuencias de cada uno de los juicios políticos, entre otros.

Cargos presentados

En diciembre de 2019, los demócratas imputaron a Trump dos artículos en el impeachment: “abuso de poder” por presionar al Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a investigar a un rival demócrata (Joe Biden y su hijo Hunter), y “obstrucción al Congreso” por tratar de bloquear la investigación que la Cámara de Representantes abrió en septiembre de ese año.

En esta ocasión, en tanto, Trump es acusado de “incitación a la insurrección”, por instar a sus partidarios a “luchar” contra su derrota electoral de noviembre antes de que asaltaran el Capitolio, se enfrentaran a la policía y dejaran cinco muertos.

Velocidad del proceso

Para el impeachment de enero de 2020, pasó bastante tiempo antes de que los demócratas tomaran la decisión y lo pusieran en marcha. Hasta su absolución, el proceso tardó cuatro meses. Ahora, solo siete días después del asalto al Capitolio, la Cámara de Representantes aprobó la apertura de un nuevo juicio político.

Divisiones entre los republicanos

La inmensa mayoría de los republicanos se mostró en contra del juicio político de enero de 2020. De hecho, en el juicio del Senado celebrado hace un año tan solo un senador republicano, Mitt Romney, votó a favor de la destitución de Trump. El senador por Utah se unió de esta forma a los 45 demócratas y los dos independientes que votaron “culpable” por el cargo de abuso de poder y “no culpable” en el de obstrucción a la justicia.

Hasta ahora son cuatro los senadores que se plantean la posibilidad de declarar “culpable” en el juicio al expresidente: Mitt Romney (Utah), Pat Toomey (Pennsylvania), Ben Sasse (Nebraska) y Lisa Murkowski (Alaska), según el sitio Politico. Por su parte, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, se ha expresado en privado a favor de la destitución de Trump.

Para que el mandatario saliente sea declarado culpable, se necesitarían al menos dos tercios de los votos en la Cámara Alta, es decir, 67 senadores. En este sentido, por lo menos 17 legisladores republicanos tendrían que votar a favor. A fines de enero, el Partido Demócrata logró bloquear el intento del senador republicano Rand Paul de declarar inconstitucional la celebración del juicio político al ya expresidente por 55 votos contra 45, gracias al apoyo de cinco congresistas republicanos.

Los abogados de Trump argumentan que el juicio es inconstitucional porque Trump ya no está en el cargo. Sin embargo, Gerard Magliocca, profesor de derecho de la Universidad de Indiana, no lo cree así. “No creo que el juicio sea inconstitucional. La mayoría de los académicos que han examinado esta cuestión creen que se puede realizar un juicio político contra un exfuncionario”, explica a La Tercera. Si bien reconoce que Trump “hizo lo suficiente” para provocar el asalto al Capitolio, estima que “no necesariamente llamaría a eso ‘incitación’”.

Riesgo de inhabilitación

Trump salió totalmente fortalecido de su primer juicio político, que hizo que los republicanos se unieran en su defensa, mientras que, en esta ocasión, si es declarado culpable en el Senado, el expresidente también podría perder la oportunidad de presentarse de nuevo a unas elecciones. “Si Trump es condenado por el Senado, entonces pueden imponer una sentencia de descalificación con solo una mayoría simple de votos. Por supuesto, ante necesitan dos tercios de los votos para una condena”, recuerda Magliocca.

Un demócrata a cargo del juicio

La Constitución de Estados Unidos establece que cuando un mandatario se somete a un juicio político, será encabezado por el presidente de la Corte Suprema. Pero Trump es ahora un expresidente, el primero en ser juzgado por el Senado tras dejar el cargo. Por ello, las sesiones no estarán presididas por John Roberts, el presidente del máximo tribunal, sino por el senador de Vermont Patrick Leahy, el demócrata más veterano (80) y el presidente “pro tempore” de la Cámara Alta.

La opinión pública frente al impeachment

En una encuesta de ABC News/The Washington Post publicada a fines de enero de 2020, durante el primer juicio a Trump, solo un 47% de los estadounidenses se mostró a favor de su destitución.

Ahora, en cambio, un 56% de los estadounidenses se manifiesta partidario que el Senado condene a Trump y le prohíba ocupar un cargo federal por su relación con los disturbios protagonizados por sus simpatizantes el 6 de enero, según un sondeo de ABC News/Ipsos publicado el domingo.