El futuro hídrico en la V Región se avizora complejo. El déficit de lluvias alcanza el 70% y el de nieve, el 60%. Solo llovió tres días este invierno y los ríos y pozos están cada vez más secos.
Por eso, la continuidad del servicio de agua potable que entrega la firma Esval a un millón de personas en el Gran Valparaíso (Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Concón) y el litoral norte (Quintero, Puchuncaví, Papudo, Zapallar y La Ligua) ya no está asegurado.
Esta semana, la sanitaria informó que el racionamiento es una posibilidad, en caso de mantenerse el déficit hídrico y el uso irresponsable del recurso por parte de los usuarios, a la par con la merma del caudal del río Aconcagua.
En época estival, la principal fuente de abastecimiento en el Gran Valparaíso y el litoral norte es el embalse Los Aromos. Este depósito se recarga con las aguas del Aconcagua, que producto de la sequía ha ido disminuyendo su caudal. El mes pasado, por ejemplo, la estación Chacabuquito (Los Andes) presentaba un volumen de agua de 9,7 m3/s. Los últimos 30 años, en cambio, promediaba 18,3.
Por eso, entre el 27 de agosto y el 15 de octubre, la Dirección General de Aguas (DGA) ha publicado ocho resoluciones para redistribuir el caudal del río, instruyendo a los agricultores disminuir su captación de agua y así priorizar el llenado de este depósito.
Pero a la fecha este embalse suma 17,6 millones de m3 de agua, de los 22 que se requiere tener para el 20 de noviembre y así asegurar un abastecimiento a la población hasta junio de 2022, según informó la DGA.
En este escenario, el reservorio de Los Aromos tiene de plazo un mes para completar los 4,4 millones que le restan para evitar el racionamiento a contar de mayo próximo.
De acuerdo a la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), año a año “el abastecimiento depende de que se logre acumular en este embalse una cantidad suficiente que permita suplir la demanda de la población. La meta para este año es lograr acumular 22 millones de metros cúbicos en noviembre, lo que permitiría garantizar el suministro hasta junio de 2022. Luego, los cuatro millones de m3 que falta por almacenar son para garantizar los meses de mayo y junio de 2022″.
La SISS añade que “lo que falta por acumular es una porción menor para dar garantías en los meses de mayo y junio de 2022. De no cumplirse la meta anterior, la sanitaria Esval no contará con todos los recursos suficientes para garantizar el abastecimiento continuo en esos meses″.
Según los informes semanales hidrometeorológicos de la DGA, el 23 de agosto la represa tenía 11,9 millones. El 20 de septiembre, había alcanzado los 15,4. Y el 18 de octubre subió a 17,6.
De modo que entre agosto y septiembre aumentó en 3,5 millones de m3, y entre septiembre y octubre, 2,2.
Esta última cifra es la mitad de lo que se requiere reunir para asegurar el abastecimiento en mayo y junio del 2021. Así todo, la SISS dice que “los acuerdos con los regantes complementados por las instrucciones que ha impartido la Dirección General de Aguas permitirán el cumplimiento de esta meta”.
El delegado presidencial regional, Jorge Martínez, apoya esta idea, “pero lo que no podemos hacer es tener camiones aljibe que anden regando, a las 14.00, los jardines de las ciudades”.
El gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, es de otra postura. “Está difícil. Los alcaldes de la provincia de Quillota exigen sus horas de riego y la decisión es llenar el embalse para garantizar el agua de consumo humano, a expensas de hipotecar la vida en los territorios interiores (...). Esval debió actuar de forma más diligente, buscando nuevas fuentes. Hoy está la política pública puesta en función del interés del privado”.
Asimismo, señala que el consumo humano es prioritario, “pero también al interior de la región, donde tampoco está garantizado el suministro”.
Mientras, el gerente regional de Esval, Alejandro Salas, comenta que “la meta más inmediata es aumentar la acumulación de agua en el embalse Los Aromos para enfrentar la próxima temporada alta y cubrir el suministro para el Gran Valparaíso y Litoral Norte”.
“Hemos avanzado: pasamos de un mínimo de 2,8 millones de m3 en abril a los actuales más de 17 millones de m3 y la recarga continúa”, asegura Salas.
¿Racionamiento?
Sobre la posibilidad de racionamiento, el gerente de la sanitaria señala que “nuestra labor es prepararnos para todos los escenarios, incluso el más extremo, que es un eventual racionamiento, algo que hemos logrado evitar todos estos años. Sin los $ 90.000 millones en gasto e inversión en sequía que hemos planificado y desplegado, estaríamos con racionamientos desde 2017″.
Salas agrega que “en mayo 2022 comenzará una nueva etapa, que estará marcada por las condiciones de lluvia y nieve”.
En cualquier caso, la empresa ya está reforzando los sistemas para mantener la normalidad en el servicio, por ejemplo, comprando derechos de agua, habilitando nuevos pozos, suscribiendo convenios y ejecutando nuevas obras de optimización.
¿Cómo operaría un eventual racionamiento? Si bien la superintendencia cree que “es un escenario poco probable, ya que se tomarán todas las medidas adicionales que haga falta para favorecer el consumo humano y lograr la meta requerida”, se afirma que en un hipotético caso el plan dependería “de la magnitud del déficit de agua que finalmente se produzca”.
No obstante, la SISS señala que “en la práctica puede ser necesario generar restricciones en la presión del servicio y/o cortes programados que afectarán alternadamente a distintos sectores del Gran Valparaíso. De ocurrir, cada uno de estos cortes será avisado con anticipación y la SISS fiscalizará a Esval, tanto en los aspectos de comunicación como en la duración de los cortes y las medidas de suministro alternativo (a través de estanques) que se deban implementar”.
Proyecciones
Según el último boletín de tendencias climáticas de la Dirección Meteorológica de Chile, publicado en septiembre y que entrega una predicción probabilística de la precipitación acumulada y temperaturas para los próximos tres meses, “el último trimestre del año mantendrá la tónica de este año seco“, por lo que “el 2021 se despedirá con déficit de precipitaciones”.
“A pesar de que cada trimestre esperamos algún cambio importante, este nunca llegó. Este último trimestre del año no fue la excepción”, se lee en la publicación.