Cuando el Big Ben, como se conoce a la gran campana del reloj situado en el lado noroeste del Palacio de Westminster, la sede del Parlamento de Reino Unido, en Londres, anunciaba las 18 horas de este martes, ocho eran los candidatos que ya habían presentado su postulación para la sucesión de Boris Johnson, primer ministro que dimitió la semana pasada tras una ola de renuncias en su gabinete.

Con ese primer paso, la carrera para elegir a un nuevo inquilino del número 10 de Downing Street, residencia oficial y oficina de trabajo de la máxima autoridad británica, se inicia de forma oficial. Comienzo que tuvo variaciones respecto a su edición anterior, donde los contendores requerían de ocho avales de diputados del Partido Conservador para ingresar al primer proceso de la elección. Ahora debían contar con al menos 20 apoyos.

Ello, luego de que el Comité 1922, organismo que reúne a los “tories” sin participación en el gobierno y que se encarga de las primarias internas y de la elección del líder del partido -que luego se convertirá en primer ministro- decidiera el lunes que aumentaría considerablemente el requisito, pasando a más del doble de lo exigido en 2019, cuando Johnson se hizo con el poder.

“Queremos un proceso suave, limpio y rápido, que ofrezca suficiente tiempo como para que los afiliados puedan conocer a los dos candidatos finales”, dijo al Parlamento el presidente del comité, Graham Brady. Si bien se especulaba de 11 postulantes, solo ocho lograron ser respaldados por los 20 compañeros de partido requeridos.

Aspirantes mejor perfilados

No fue una sorpresa para nadie cuando Rishi Sunak oficializó su candidatura al puesto de primer ministro. Era de público conocimiento que el ahora exministro del Tesoro del gobierno de Johnson contaba con los apoyos necesarios. Durante el lunes ya tenía 38 confirmados. Quien fue hasta el 5 de julio miembro del gabinete y uno de los promotores del éxodo, ahora aparece en la encuesta Opinium con un 28% de apoyos.

“No es creíble prometer mucho más gasto e impuestos más bajos”, dijo Sunak ante la propuesta de muchos de sus contendores de reducir los impuestos, una de las razones que propiciaron la salida de Johnson. “Honestidad y responsabilidad, no cuentos de hadas”, fue su respuesta a sus adversarios electorales.

La medición realizada al interior del Partido Conservador puso en segundo lugar a Liz Truss. Otorgándole un 20% de intención de voto, la ministra de Relaciones Exteriores sonó fuerte hace unos meses como potencial sucesora de Johnson y, según Opinium, estaría recuperando fuerza en la carrera por el puesto.

Seis puntos atrás, con 14%, se encuentra Penny Mordaunt. La actual secretaria de Estado de Comercio, mediática defensora del Brexit y la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Defensa durante parte de 2019, ha sido una de las mejor posicionadas en encuestas previas, así como por las casas de apuestas.

La lista de los ocho candidatos la termina de integrar Kemi Badenoch, Suella Braverman, Jeremy Hunt, Tom Tugendhat y Nadhim Zahawi. Opinium le otorga a Hunt un 9% de apoyos, a Tugendhat el 7%, mientras que a Zahawi y a Braverman les da un 5%. Sin embargo, el 20% de indecisos reportados por la encuesta mantienen la puerta abierta al resultado final.

Solo dos de los ocho participarán de los hustings, los clásicos eventos de campaña británicos, donde los candidatos se dirigen a sus votantes. Tendrán todo el verano boreal para convencerlos de entregar su apoyo y elegir a un líder para el 5 de septiembre.

El proceso eleccionario

Muy diferente al sistema electoral predominante en Latinoamérica, el modelo británico es uno eminentemente parlamentario, donde el partido político dominante juega un rol crucial en la elección del líder de Reino Unido, pues el jefe del conglomerado es quien luego se transforma en primer ministro. Si bien al menos cada cinco años se realizan elecciones generales donde se vota por un delegado para representar su área local, en caso de dimisión -ya sea voluntaria o forzada- la decisión del reemplazante queda en manos del partido.

Tras conformar la lista que cerró este martes a las 18.00, los legisladores del partido comenzarán las votaciones secretas de una primera ronda en la que los aspirantes necesitarán al menos 30 apoyos entre los “tories”. Inicialmente, hay programadas tres instancias de votación: hoy, mañana y el lunes, donde el candidato con menos votos será eliminado hasta llegar a los dos representantes finales, proceso que puede requerir de más elecciones para lograr su objetivo.

En la segunda ronda, la elección se abre ligeramente al incluir a todos los miembros que paguen la cuota del Partido Conservador (30 libras esterlinas, equivalentes a uno poco más de 35 dólares), que, según el conglomerado, bordea los 200.000 miembros, número que aumentó durante el mandato de Boris Johnson. Sin embargo, esta cifra representa aproximadamente el 0,3% de la población británica.

Dicho modelo propició la crítica del reconocido actor Hugh Grant, quien escribió en su cuenta de Twitter que “tres propietarios de periódicos -todos ellos no domiciliados en Reino Unido por motivos fiscales- se reúnen y eligen a nuestro próximo primer ministro o ‘Poodle’. A continuación, la reina los unge”, lanzó contra el sistema electoral.

Si bien existe una exageración sobre el modelo, lo cierto es que en algunas ocasiones el primer ministro ungido por sus pares de partido debe llamar a elecciones generales para consolidar de forma real su mandato. Johnson, quien triunfó en julio de 2019 tras la dimisión de su predecesora, Theresa May, llamó a elecciones anticipadas debido a la minoría de los “tories” en el Parlamento, donde luego el Partido Conservador logró su mayor victoria en más de 30 años. Hoy, debido a la mayoría conservadora, la opción se ve poco probable.

Bloqueo a la moción de censura

En la otra vereda, el Partido Laborista había anunciado que presentaría una moción de censura durante este martes en contra del gobierno de los “tories”, acción que buscaba evitar que el todavía primer ministro se mantuviera en el cargo hasta septiembre y forzar así a un llamado a elecciones anticipadas, tal como en 2019.

Sin embargo, el gobierno de Johnson anunció que no darán el espacio al líder de la oposición, Keir Starmer, para formular la moción en la Cámara de los Comunes, entrampando así la jugada política de los laboristas.

Es solo otro ejemplo de cómo rompen las reglas para proteger su propio lado. Dicen que el primer ministro se va de todos modos, pero claramente tienen miedo de perder”, dijo una fuente reservada del partido opositor a The Mirror.

Pese a esto, en el hipotético escenario en el que la moción hubiera prosperado, la mayoría absoluta del Partido Conservador habría hecho difícil que la idea laborista se concretara, pues, a diferencia de 2019, donde había una fractura en el Parlamento y los “tories” eran minoría, es improbable que en el escenario actual estos votaran por discontinuar su propio gobierno.

Con tal escenario, se espera que durante este miércoles se inicien las votaciones entre los parlamentarios conservadores para elegir a su nuevo líder. Persona que, por tradición política, será la encargada de dirigir a Reino Unido en esta nueva etapa política.