Salud mandata a hospitales y clínicas a “desarmar” las UCI de Covid-19 y abordar las listas de espera
En línea con la reducción de los contagios, el decreto deja sin efecto la obligación de hospitales y clínicas de tener los cupos de máxima complejidad ampliados y autoriza a que, a criterio de los servicios de salud, redestinen las unidades a pacientes que han visto postergados sus procedimientos y cirugías a causa de la pandemia.
Según el último reporte de Salud, el 24% de las camas de mayor complejidad están siendo ocupadas por pacientes de coronavirus. Es decir, solo una de cada cuatro está destinada a los pacientes más graves de la pandemia. Esto, a la vez que aumentan los cupos UCI que, si bien están montados e implementados, se encuentran disponibles: ayer eran 474 en todo el país.
En ese contexto, con una cifra de contagios que se mantiene a la baja, el Ministerio de Salud resolvió flexibilizar una medida que se ordenó por primera vez al inicio de la pandemia para garantizar la atención de los pacientes de Covid-19. Se trata de la ampliación de los cupos UCI y de ventilación mecánica, mandato que llevó a hospitales y clínicas a implementar unidades de máxima complejidad en quirófanos, urgencias y salas de recuperación, en niveles que variaron según sucesivos decretos y que llegaron a un 130% de la capacidad basal de los prestadores.
Bajo esta instrucción, la red integrada público-privada pasó de una dotación base de 1.313 camas en marzo de 2020, a un peak de 4.544 cupos UCI habilitados en mayo pasado, con 2.621 de estas plazas ubicadas en la Región Metropolitana.
Pero ahora, con 358 nuevos casos confirmados en la última jornada y una positividad de 0,8% a nivel nacional, se ha iniciado formalmente la desescalada en los centros de salud. El decreto, que fue publicado ayer en el Diario Oficial, sostiene que “el mejoramiento de las condiciones epidemiológicas que motivaron la dictación de las resoluciones precedentes que mandataban el aumento de camas críticas hace razonable que estas sean dejadas sin efecto, para, de esta forma, hacer frente a otros problemas de salud que han sido postergados producto de la pandemia”.
La resolución -que deja la constancia de que se podrá volver a instruir una complejización en caso de requerirse- faculta a los directores de cada servicio de salud para que disminuyan las camas con ventilación invasiva “con el objetivo de hacer frente a las nuevas necesidades de salud que existen en sus redes y la disminución de la lista de espera”. Así, los directivos de cada recinto, considerando la realidad epidemiológica local y la demanda de pacientes a la espera de tratamiento, deberán definir cuál es la capacidad que requieren para el Covid-19 y redestinar las restantes a otras especialidades.
La acción del Minsal, si bien responde a la mejora de los indicadores, también apunta directamente a lo que expertos han denominado “pandemia 2.0″ o de los pacientes crónicos descompensados; varios miles de personas que no lograron acceder a una atención oportuna o que ni si quiera se han diagnosticado de sus patologías, producto del bloqueo que generó el coronavirus a los pacientes de otras enfermedades en hospitales y clínicas.
“Este decreto implica que hospitales y clínicas pueden reducir el número de camas críticas y poner en marcha la resolución de la lista de espera ambulatoria y quirúrgica”, dice el excoordinador de la red de salud público-privada, Luis Castillo, quien añade que “está previsto que la próxima semana bajemos otras 70 camas de pacientes de coronavirus”.
Castillo, jefe de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Barros Luco, plantea que la medida permitirá normalizar camas que habían sido complejizadas -camas de cuidados intermedios que se convirtieron en UCI- y desocupar áreas que habían albergado a pacientes de coronavirus debido a la emergencia. Eso sí, plantea que los prestadores, en conjunto, deberían mantener entre 2.750 y 2.800 cupos habilitados, debido a que verán incrementada su actividad quirúrgica, lo que implica tener operativos espacios complejos y ventiladores adicionales a la capacidad basal. “Pero serían cupos para pacientes de gran cirugía de la lista de espera, de patologías de alta complejidad o intervenciones de urgencia, pero ya no para pacientes por Covid-19, que vienen a la baja en forma violenta”, agrega.
Al respecto, el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, planteó que al eliminar las restricciones impuestas a los prestadores, en términos de exigirles cierta disponibilidad de camas críticas, se permite “a todas las instituciones que vuelvan a sus regímenes habituales y así concentrarnos en reactivación y listas de espera”.
Lo anterior cobra especial relevancia en el sistema privado, donde casi 300 mil personas aguardan una cirugía, en promedio, hace 18 meses.
Por ello, Dougnac destaca que se ha diseñado un plan especial que contempla recuperar la actividad quirúrgica -se hacían 40 mil cirugías por mes en los hospitales y la pandemia las redujo a la mitad-, evitando la suspensión de procedimientos y llevar la ocupación de pabellones a un 95%. Todo con miras a elevar la productividad en horario hábil.
“Pero la recuperación no es fácil y va a ser larga. En el país tenemos casi 300 mil cirugías pendientes y se operaban normalente 40 mil mensuales; entonces, tenemos que lograr hacer las 40 mil del mes y sumarle algo de lo que se ha atrasado, así que el desafío es largo”, dice Dougnac.
El plan del Ministerio de Salud también contempla medidas excepcionales: se destinaron recursos para financiar la actividad quirúrgica en horario inhábil o fines de semana, y se traspasó, además, en forma inédita, parte de la lista de espera a clínicas privadas.
Desde Clínicas de Chile, Javier Fuenzalida, vicepresidente ejecutivo del gremio, valoró la medida del Minsal y sostuvo que “llega en un momento oportuno para hacer frente al creciente requerimiento de atención de otras patologías”. Eso sí, advirtió que “si bien en las últimas semanas los casos de Covid-19 que han requerido hospitalización han disminuido significativamente, la atención de otras enfermedades ha mantenido en alerta a nuestros equipos”.
En esa línea, Rodrigo Rosas, jefe de Servicios de Urgencia de Clínica Alemana, plantea que el decreto que permitirá reducir los cupos para coronavirus es coincidente “con lo que hemos observado en relación a las consultas y casos de Covid”, aunque aclaró que “por ahora no tenemos prevista una reducción significativa de camas UCI”, debido a que el recinto está enfrentando una alta demanda a consecuencia de tratamientos que no se realizaron durante la pandemia, sumado a la circulación de otros virus respiratorios, como el sincicial o la parainfluenza. “Pero, además, hay una causa operativa: las áreas Covid son de aislamiento y exclusivas para las personas infectadas con el virus, por lo que no podemos cerrar las camas de a una, sino en bloque”, explicó el médico.
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