Luego de que en 2021 se viviera en nuestro país un boom del consumo, producto de los inéditos niveles de liquidez producto de las ayudas del Estado y los retiros de los fondos previsionales, esta situación ya muestra signos de retroceso.
Muestra de lo anterior es la importante baja que se reportaron en las ventas presenciales minoristas en la Región Metropolitana. Según el Índice que elabora mensualmente el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) estas marcaron en julio un fuerte descenso de 18,4% real anual, su mayor caída desde los peores meses de la pandemia, en 2020.
De acuerdo a la gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva, “las ventas presenciales de la Región Metropolitana caen fuertemente en julio en respuesta a una alta base de comparación, pero también dada la evidente desaceleración del consumo que estamos enfrentando producto de la alta inflación y la caída en los salarios reales y, por ende, en el poder adquisitivo de la población. Todo esto junto a altos niveles de incertidumbre de los consumidores sobre la situación presente y futura, repercute en sus decisiones de compra”.
Todas las categorías del comercio registraron bajas respecto al ejercicio anterior. Vestuario marcó una baja de 27,4% real anual en julio de este año y un alza de 30,3% al comparar con 2019. Por su parte, Calzado cae un 17,8% real anual en el séptimo mes del año y baja 17,1% al comparar con igual mes de 2019. Ambas categorías acumulan entre enero y julio de este año alzas reales de 32,6% y 49,3% respectivamente. Por su parte, Artefactos Eléctricos marcó una caída de 34,1% real anual en julio y una baja de 5,3% respecto a 2019. Las tres subcategorías que lo componen caen también fuertemente y solo Electrodoméstico sube al comparar con julio de 2019. De esta manera, señala el informe, la categoría cierra a julio de este año con una baja de 5,9% real.
Los factores tras el menor consumo
En estrecha relación con lo anterior, el “Informe de Salud Financiera: 6 claves para entender la caída en el consumo nacional” elaborado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas, identificó las principales señales que explican el descenso en el consumo de los chilenos. Esto con datos actualizados de la Comisión de Mercado Financiero (CMF), que llegan hasta mayo de 2022.
La primera clave que identificó el estudio tiene que ver con la caída en el porcentaje de cuentas corrientes de personas naturales con más de 30 UF. De acuerdo al reporte, los retiros de los fondos de pensiones llevaron a un aumento de las cuentas corrientes de personas naturales con más de 30 UF ($1 millón aproximadamente). Sin embargo, aquello ha disminuido paulatinamente y se encuentra cercano a niveles normales. Así, el porcentaje de cuentas que tenían más de 30 UF ahorrados bajó desde 37% a 27% entre mayo de 2021 y mayo de 2022.
Otra de las claves que explicarían el descenso en el consumo, de acuerdo al reporte, es la caída en el monto promedio en cuentas corrientes de personas naturales. Así, el monto promedio en cuentas corrientes personales cayó de $3,4 millones en mayo del 2021 a $2,5 millones en mayo de 2022 (según el último dato disponible), lo que significa un descenso de 27% en el período de un año.
Asimismo, los avances en efectivo también serían un factor que ha incidido en la baja del consumo de los chilenos. De acuerdo al reporte, las operaciones de avance en efectivo, que tienden a ser de alto costo y alta liquidez, cayeron fuertemente en marzo de 2020, es decir cuando inició la pandemia en Chile. Sin embargo, estas ya retomaron un nivel aproximadamente similar al escenario previo a la pandemia.
En tanto, el monto promedio de los avances en efectivo aumentó de manera importante a partir de marzo de 2021 y empezó a bajar en agosto de ese año. Al mismo tiempo, también aumentaron las operaciones de avance en efectivo, pasando de un 3,1% de las tarjetas vigentes en mayo de 2021 a un 5,8% en mayo 2022.
Por su parte, el porcentaje de cheques potestados ha ido al alza, lo que también ha sido muestra de la caída en el consumo en nuestro país. Según el informe, si bien los cheques son una forma de pago que tiene cada vez menor participación en el mercado, la tasa de cheques protestados ha ido en aumento. Así, en abril de 2020 se dio un peak de no pago de 3,2%, fecha cercana al inicio de la pandemia. Asimismo, el informe identificó un crecimiento en el riesgo en el mercado de los cheques, pasando de un 1,4% en mayo 2021 a un 2% de cheques protestados en mayo 2022.
Finalmente, un claro indicador de que los chilenos están consumiendo menos tiene que ver con las moras en las tarjetas de crédito. Por un lado, en cuanto a la proporción de atrasos inferior a 90 días en el pago segmentadas según emisor, el reporte detectó un aumento de la tasa de mora en el pago de las tarjetas de crédito en todos los segmentos. En el sector de los grandes bancos (Santander, Chile, BCI y Estado), la mora a menos de 90 días pasó de un 0,1% en mayo de 2021 a 0,18% en mayo de 2022. En las tarjetas de crédito del resto del sistema financiero a menos de 90 días de atraso pasan de 1,7% en junio de 2021 a 2,3% en mayo 2022.
En tanto, en el sector de los grandes bancos, la mora en el pago de las tarjetas de crédito superior a 90 días aumentó de 1,15% en mayo de 2021 a 1,21% en mayo 2022. Por su parte, la mora en las tarjetas de crédito del resto del sistema financiero a más de 90 días bajó de 4,9% en mayo de 2021 a 2,9% en diciembre de 2021, para volver a subir a 3,2% en mayo de 2022. Hoy la tasa de mora está en aumento, dice el reporte, pero bajo el nivel acostumbrado, tanto en los grandes emisores bancarios como en el resto del sistema financiero.
Conclusiones del informe
Según el reporte, la caída en la proporción de cuentas corrientes en pesos con más de 30 UF, la disminución en los montos promedio ahorrados en cuentas corrientes, el aumento en la mora tanto de tarjetas bancarias como no bancarias y el aumento en la tasa de los cheques protestados, son señales de alerta.
Para Gonzalo Valdés, subdirector del Instituto UNAB de Políticas Públicas, estas observaciones evidencian el freno que está teniendo la economía chilena y que se traduce en una caída en el consumo de las personas, entre otros. “Ya se acabó el exceso de liquidez debido al IFE y los retiros. A mayo de 2022 se observa un nivel de riesgo acotado, pero si se mantuviera el alza de riesgo de los últimos seis meses previos a esa fecha, en octubre 2022 superaríamos el nivel de riesgo promedio pre estallido. Por eso, es clave monitorear los riesgos en el sistema financiero y el acceso a liquidez de las personas para ver qué tan profunda puede ser la crisis”.
Si bien el reporte señala que las familias chilenas, en promedio, no se encuentran todavía en una situación de falta de liquidez, preocupa la tendencia al alza y la consistencia de las cifras en ese sentido.
En este contexto, Valdés además asegura que el rol de la autoridad fiscal y monetaria es crucial. “Es importante que el Gobierno mantenga las riendas de la política fiscal y se evite volver a un parlamentarismo de facto como lo vimos en el pasado. Sería una muy mala señal que el Congreso repitiera los retiros de los fondos de pensiones o impulsara aumentos de deuda o liquidación de activos internacionales utilizando resquicios constitucionales”, concluyó el subdirector de Instituto UNAB de Políticas Públicas.