Ya lo dijo el 22 de diciembre el abogado Gastón Gómez después de ganar por fallo microdivido, a nombre del Presidente, el requerimiento ante el Tribunal Constitucional que liquidó el proyecto de un grupo de diputados que buscaba un segundo retiro anticipado de pensiones: “Ese proyecto de reforma constitucional no va. Podrá haber otros, sí. Veremos qué pasa con cada uno de ellos en su momento”. Dos meses, una semana y un día después de ese dictamen (21 de diciembre) que solo se logró gracias al voto dirimente de la presidenta María Luisa Brahm, el TC se alista para un nuevo episodio de esta saga ahora que ya hay dos proyectos para un tercero tramitándose en el Legislativo.
Con este cronómetro ya corriendo en este marzo tan político y con la megaelección del 11/A encima, la pregunta es si irá a pasar lo mismo que la última ocasión. Algunas cosas parecen calcadas y otras no. La Moneda ya anunció que va a recurrir al TC de nuevo; check. La vez pasada el gobierno prefirió subirse al carro sobre la marcha, presentar su propio proyecto mientras el TC frenaba el de los diputados, y logró las dos cosas, pero esta vez no va a presentar otro, por lo que se ha sabido extraoficialmente; no hay check. Pamela Jiles se repite entre los firmantes de los proyectos del segundo y de uno de los del tercer retiro; check. El Ejecutivo ya está en conversaciones con Gastón Gómez para que los represente de nuevo; si acepta, hay otro check.
Queda lo más sabroso: si Sebastián Piñera se saldrá de nuevo con la suya ganando en el TC, y si será otra vez un desenlace ajustadísimo. El de diciembre vino luego de una intensa y reñida votación que siguió a cuatro horas y media de alegatos y preguntas de los ministros. Hubo un empate cinco a cinco. Por admitir el requerimiento votaron Iván Aróstica, Juan José Romero, Cristián Letelier y Miguel Ángel Fernández. Por no admitirlo estuvieron Gonzalo García, Nelson Pozo, José Ignacio Vásquez, María Pía Silva y Rodrigo Pica. Brahm dirimió a favor de admitirlo y esa fue la mayoría que se impuso.
En el TC contaban esta mañana que no han tenido tiempo de sentarse a cavilar sobre el asunto. Dicen que febrero ha estado atochado con más de 200 causas por culpa de rezagos y otras razones. También es cierto que las divisiones y bandos tampoco ayudarían mucho a conversar. Pero entre algunos ministros de lado y lado -quienes estuvieron por el voto de mayoría y no- ya hay algunas impresiones preliminares.
La primera duda que salta es si el fallo de diciembre es un precedente de peso o no, que de alguna manera condicione un final parecido. Asumiendo que todo es hipotético y que lo que suceda -como dicen algunos juristas allá- está sujeto al “evento incierto de la litis”, magistrados de ambas veredas esbozan que no hay mucho espacio para que esta historia cambie. Explican que pese a lo apretado del score final de entonces, como el tenor de la sentencia de diciembre acogió la tesis del gobierno, tendría que pasar algo muy inusual para que quienes se fueron por la mayoría cambiaran de parecer abruptamente.
Y esto no tiene que ver con que sea el tercer intento -o si fuera el cuatro o quinto-, dice una versión que estuvo por la mayoría, porque es un juicio a la norma, no a la política pública.
Una voz que estuvo por la minoría coincide en que es factible, desde ese punto de vista, que el resultado se repita. Pero en esa ala del TC hacen ver que molesta que el Ejecutivo actúe ante este tercer retiro como si hubiese adquirido un seguro jurídico, de tal forma que más allá de lo que pase en el Congreso, al final igual recurran al tribunal, dando por hecho que ganará allá. Estas versiones creen que si el Presidente hace lo mismo, con los mismos abogados, con la misma argumentación, puede terminar de nuevo con un empate a cinco votos y otra vez con Brahm dirimiendo. Tal como decía Andrés Chadwick en Piñera, Parte I: si haces lo mismo, tendrás los mismos resultados
Eso puede cambiar, se especula, si el gobierno viste mejor sus argumentos en esta arremetida. Por eso es que en el TC algunos hacen ver -siempre como hipótesis- que la duda sería si el marcador será el mismo. En diciembre hubo sorpresas. Juan José Romero, quien había estado por admitir a trámite el requerimiento, a la hora de la sentencia lo rechazó. Y José Ignacio Vásquez, pese a haberse opuesto a su admisión a trámite, votó a favor al fallar.
El cuándo es otra pregunta. En el tribunal piensan que La Moneda no recurrirá de inmediato, pese al revuelo provocado luego que la Cámara de Diputados admitiera tramitar los dos proyectos. Lo razonable, dicen, es que esperen a lo menos que la tramitación avance al punto de tener un primer informe en su paso por comisiones, por una cuestión de “respeto” al legislador. Pero el dato de que esta semana ya en Palacio estén sondeando preparativos para alistarse para ir al TC, y que ya estén conversando el refichaje de Gómez, indica que no habrá que esperar mucho.
Entonces también se comenzará a despejar si la presión por el tercer retiro será tanta como para que se traslade al TC, que en lo más crítico del estallido social hizo remover la placa institucional del frontis del edificio para evitar atraer problemas. Que algunos candidatos presidenciales ya se hayan plegado a favor de los proyectos (volteretas incluidas), algo dice.