La situación de abastecimiento del Sistema Eléctrico Nacional está en mucho mejor pie que en 2021, según el Estudio de Seguridad de Abastecimiento correspondiente al período noviembre 2022-octubre 2023, que publica mensualmente el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN). Así, por ahora, no cabe hablar de crisis.

De los nueve casos modelados en el estudio, solo en uno de ellos se enfrentaría un eventual déficit de energía de 42,1 GWh durante julio de 2023. Ese caso considera eso sí las condiciones más extremas y siempre que se repita una hidrología como la 1968-1969 (el año más seco desde que hay registros) o la del bienio 2021-2022 (segundo y duodécimo años más secos respectivamente). La gran diferencia con el año pasado es que en el informe entregado en noviembre de 2021, cuatro de los nueve escenarios hipotéticos modelados implicaban restricciones.

El Coordinador destaca que la energía embalsada a la fecha sería suficiente para mitigar eventuales situaciones ajustadas de abastecimiento consideradas en el último decreto de racionamiento preventivo, que modificó otro de 2021 y extendió su vigencia hasta marzo de 2023, como falla o detención forzada de unidades generadoras o contingencias simples en el sistema de transmisión. Según el reporte, la energía embalsada gestionable por el Coordinador es aproximadamente 14% superior respecto a misma fecha de 2021 y superior a la reserva hídrica requerida a través del mencionado decreto (66 GWh).

Desde noviembre mantiene una reserva hídrica solo en el embalse Colbún, la que podría liberarse en marzo. Esto porque a medida que las condiciones hidrológicas fueron mejorando, y ante el riesgo de vertimiento, el Coordinador sugirió a la CNE restituir las reservas de los embalse del Lago Laja, Ranco y la Laguna del Maule, lo que ya se concretó.

El último estudio afirma que no se requiere reserva hídrica durante lo que resta de la vigencia del decreto de racionamiento ni durante los próximos seis meses y, por lo tanto, recomienda su devolución a partir de marzo. La reserva hídrica acumulada a la fecha de elaboración de este informe era de 60,43 GWh.

Este año se registró una notoria mejora hidrológica respecto de 2021, que fue el segundo año más seco de la estadística hidrológica, y por tanto hay más energía afluente.

El único escenario complejo a la fecha es muy extremo, ya que incluye fallas en los dos circuitos de la línea Pan de Azúcar-Polpaico de 500 kV en la primera semana de julio de 2023, más algunos inconvenientes considerados en otros casos simulados, como la indisponibilidad de centrales ubicadas en centro de carga para exigir capacidad de transporte entre las zona norte-centro y zona centro-sur; uso de diésel en caso de emergencia para el complejo Nehuenco (Nehuenco 1 a través de oleoducto) y disponibilidad de San Isidro 1, con suministro a través de oleoducto; y restricciones de disponibilidad de centrales diésel, no suministradas vía oleoducto, durante 12 meses a partir del 1 de noviembre de 2022, en el cual todas las unidades contarían con disponibilidad de diésel en torno a 3.500-4.000 m3 al día. Suma a ello la indisponibilidad de central Santa María y Nueva Renca por seis meses desde el 1 de julio de 2023 hasta el 31 de diciembre de 2023.

Todos los casos evaluados ya consideran los cuatro buques menos de GNL que Engie recibirá el próximo año, de los siete informados inicialmente. Las ventas de gas anunciadas por Enel no afectan al sistema eléctrico por cuanto no están orientados a generación sino a clientes industriales.

Otro factor que jugaría a favor es que los escenarios modelados tampoco contemplan gas argentino para 2023, pero es probable que el flujo mejore respecto de este año, en que ha oscilado entre 6 millones a 7 millones de m3 día, con interrupciones.

Para mitigar eventuales déficits o estrechez de suministro de energía, el Coordinador hace varias recomendaciones. De partida, mantener el monitoreo de las gestiones de las generadoras a diésel (llamadas de respaldo) para garantizar su despacho cuando las requiera, ya que, afirma, es necesario que mantengan sus estanques de almacenamiento de combustible diésel en torno a sus valores máximos, pues es lo que en escenarios extremos permite asegurar el abastecimiento. En agosto de 2021 quedaron a la vista las dificultades logísticas de diésel y eso llevó a que al mes siguiente se dictara el decreto de racionamiento preventivo. Ante situaciones ajustadas el Sistema Eléctrico chileno opera en régimen con una utilización de entre 3.500 a 4.000 m3 de diésel al día, pero pueden llegar a requerirse hasta 7.000 u 8.000 m3/día, lo que depende de que los operadores tengan sus estanques llenos.

También dice que hay que seguir de cerca la disponibilidad de gas natural licuado que determina el Anual Delivery Program 2023 (ADP), que son los buques con GNL contratados para el próximo año, a actualizar en diciembre; la evolución del suministro del gas natural importado desde Argentina para 2023; el stock de carbón almacenado en canchas; y el ingreso de nuevos proyectos de generación y del sistema de transmisión, conforme al plan de obras de proyectos en construcción.

En otras palabras, su llamado es a no bajar la guardia y seguir monitoreando mensualmente el escenario, ya que de abril en adelante nuevamente serán clave las lluvias.