En lo que fue considerado una suerte de prueba de cara a las elecciones presidenciales de abril de 2022, la extrema derecha francesa de Marine Le Pen fracasó en su intento de conquistar su primer gobierno local, mientras que el partido de Emmanuel Macron sufrió un nuevo revés en la segunda vuelta de comicios regionales y Los Republicanos se encaminan a ser la alternativa frente al mandatario.
El partido de Macron, República en Marcha (LREM), no logró imponerse en ninguna de las 13 regiones de Francia metropolitana. Según el diario Le Monde, los candidatos macronistas a menudo terminaron en tercer o cuarto lugar y los sondeos indicaban que obtendría apenas 7% de los votos, viéndose relegada a ser la quinta fuerza política a nivel nacional, detrás de la derecha, la izquierda, los ecologistas y la ultraderecha. “Un desaire para el movimiento presidencial que aún no logra consolidarse localmente”, indicó el periódico. De hecho, el jefe de la colectividad, Stanislas Guerini, reconoció que el desempeño fue una “decepción para la mayoría presidencial”.
Por otro lado, el Frente Republicano –alianza de partidos contra la extrema derecha– derrotó de manera contundente a Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA). El actual presidente regional y candidato de la derecha clásica, Renaud Muselier, apoyado por la izquierda, sacó un 56,8% frente al 43,2% de Thierry Mariani, el candidato del RN en la región de Marsella, según las primeras estimaciones.
Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA) era la única región en la que la extrema derecha fue el partido más votado en la primera vuelta del domingo pasado, con 36,4% de los votos, y en la que tenía posibilidades de ganar. Tras conocer esos resultados, los partidos Socialista y Verde se retiraron de la carrera y dieron su respaldo al candidato conservador Muselier. El Presidente Macron respaldó a Muselier e incluso retiró a su propio candidato de la contienda.
“Esta noche, no ganaremos ninguna región”, admitió Marine Le Pen, quien señaló que Francia sufre una “profunda crisis de la democracia local”. “La movilización es la clave de las futuras victorias”, dijo, con la mirada puesta en las presidenciales del próximo año. Ganar el control de una región por primera vez en su historia habría sido un gran impulso para Le Pen, que trata de convencer a los votantes de que el RN es un partido capaz de gobernar.
Según el diario El País, la derrota de Le Pen abre interrogantes sobre su estrategia para conquistar la Presidencia de Francia en 2022, donde los sondeos pronostican que en la segunda vuelta se enfrentará a Macron. Además, reafirman la vigencia del Frente Republicano, que busca obstaculizar el camino hacia el poder del National Rally. Esta táctica del Frente, dice el periódico, fue clave para que Macron ganara la presidencia en 2017, cuando los partidos del establishment se unieron a su candidatura para asegurar la derrota de Le Pen.
Los grandes vencedores de estos comicios son el partido de derecha tradicional, Los Republicanos, que se convierte en la primera fuerza política del país, con 38% de los sufragios, según los sondeos. Cuatro años después de su derrota en las elecciones presidenciales, los conservadores recuperan fuerza y superan a la unión de izquierda y ecologista, que se posiciona en segundo lugar, con 34,5% de los votos.
En este contexto, indicó la agencia France Presse, varias figuras de la derecha aprovecharán el impulso que les dará esta victoria para posicionarse en la carrera de las presidenciales. “Ahora, todo el mundo ha entendido que las elecciones presidenciales son un juego a tres bandas”, estimó el conservador Xavier Bertrand, que obtuvo una cómoda victoria en la región Altos de Francia (norte) y ya anunció su candidatura para 2022.
Para los analistas, la abstención fue la gran protagonista de estas elecciones, con un máximo histórico de alrededor del 66%, el mismo nivel que en la primera vuelta y muy por encima del 55% de las precedentes elecciones regionales de 2015. “Lo que estamos viendo es la culminación de una desconexión entre los votantes y la clase política”, dijo a la agencia France Presse, Jessica Sainty, profesora de política en la Universidad de Aviñón, aunque reconoció que la crisis de Covid-19 también influye en la alta abstención.
El fracaso de la mayoría presidencial alimenta los rumores de una remodelación de gabinete. El 32% de los franceses está a favor de un cambio ministerial “en las próximas semanas”, según un sondeo de la encuestadora Ipsos.
Según el diario The Wall Street Journal, las elecciones del domingo “brindan una ventana anticipada de cómo los votantes están respondiendo a la violencia y sus consecuencias”. Esto, porque en los últimos años el país ha sido golpeado por una serie de ataques terroristas, entre los que se incluye la decapitación de un profesor de enseñanza media por un refugiado checheno en octubre. Ese ataque asombró a la nación y Macron lo describió como un asalto a los valores de la Ilustración de Francia y tomó medidas enérgicas contra las mezquitas en todo el país.