Videos con las calles de Nueva York vueltas ríos, autos atrapados por el agua y cascadas cayendo en los andenes del metro: los remanentes del huracán Ida, que en un principio devastó los estados de Louisiana y Mississippi, siguieron su camino hacia el norte de Estados Unidos
Las fuertes tormentas también dieron el paso a tornados, que golpearon a casas y silos en el estado de Nueva Jersey, en la zona noreste del país. A causa del temporal, tanto el metro neoyorquino como el aeropuerto de Newark quedaron paralizados.
Las lluvias alcanzaron magnitudes históricas en el Central Park, llegando a 114 mm de precipitaciones, rompiendo un récord de 94 años, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos. Situación similar ocurrió en Newark, Nueva Jersey, donde el agua caída superó un récords de 62 años.
“Tengo 50 años y nunca había visto tanta lluvia”, comentó a France Presse Metodija Mihajlov, que vio el sótano de su restaurante en Manhattan inundarse con ocho centímetros de agua. “Era como vivir en la selva, como la lluvia tropical. Increíble. Todo es tan extraño este año”, dijo.
“Estamos soportando un evento meteorológico histórico esta noche con lluvias récord en toda la ciudad, inundaciones brutales y condiciones peligrosas en nuestras calles”, sostuvo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, el miércoles por la noche.
Los fuertes vientos y lluvias hicieron suspender el Abierto de tenis de Estados Unidos. En Flushing Meadows, la tormenta interrumpió el partido de segunda ronda entre el sudafricano Kevin Anderson y el argentino Diego Schwartzman. En una escena surrealista, el agua entró por las cuatro esquinas del techo del recinto, colocado en 2018 justamente para que pudieran disputarse partidos bajo lluvia.
Al menos 42 personas murieron debido a la ahora tormenta Ida que azotó el noreste de Estados Unidos, indicó NBC News. En Nueva Jersey, el gobernador Phil Murphy informó de 23 fallecidos el jueves por la tarde. La mayoría de ellos se habían quedado atrapados en sus vehículos cuando las aguas subieron.
Asimismo, otras 13 personas perdieron la vida en Nueva York, incluidas 11 personas que se ahogaron mientras estaban atrapadas en sus departamentos en el sótano. Pennsylvania registró cuatro decesos, mientras que Maryland y Connecticut informaron de un muerto cada uno.
Los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey declararon el estado de emergencia, mientras que el Servicio Meteorológico Nacional emitió su primera alerta por inundación repentina en la historia de la ciudad de Nueva York, ya golpeada en octubre de 2012 por el huracán Sandy.
Durante este jueves, Ida pasó por los estados de Pennsylvania, Massachussets y Rhode Island, abandonando definitivamente la costa este. Los neoyorquinos se despertaron con un cielo azul despejado el jueves, cuando la ciudad volvió a la vida. Pero la destrucción de la noche anterior se hacía evidente en las ramas de los árboles caídos de las calles, mientras los servicios del metro se reanudaban lentamente.
Alrededor de 98.000 hogares en Pennsylvania, 60.000 en Nueva Jersey y 40.000 en Nueva York estaban sin electricidad, según el sitio web poweroutage.us.
El Presidente Joe Biden dijo que las inundaciones sin precedentes en la región, junto con la destrucción provocada por el huracán Ida en Louisiana y Mississippi y los incendios forestales en el oeste, eran “otro recordatorio de que estas tormentas extremas en la crisis climática están aquí”. El mandatario señaló que se necesita una “inversión histórica” para hacer frente al fenómeno.
Biden visitará Louisiana este viernes para evaluar qué se está haciendo para ayudar al estado, que se convirtió en el primero en enfrentar al huracán Ida cuando tocó tierra el domingo. Más de 900.000 hogares permanecen sin electricidad en el estado.
La “gota fría” en España
Al otro lado del Atlántico, el fenómeno de la DANA (depresión aislada en niveles altos, también conocida como “gota fría”), está provocando precipitaciones insólitas en España. Trece de las 17 Comunidades Autónomas se encontraban en aviso amarillo o naranjo el jueves, por las tormentas y fuertes lluvias.
Uno de los sectores más afectados fue la provincia de Tarragona, en Cataluña. En la ciudad de Alcanar, unos 200 kilómetros al sur de Barcelona, se llegaron a registrar 252 litros por metro cuadrado en tres horas. Las precipitaciones arrastraron muebles, autos, cortando calles y dejando a miles de residentes sin electricidad. El fenómeno obligó a desalojar a 77 personas.
“Parecía que se acababa el mundo”, describió el alcalde de Alcanar, Joan Roig, en la radio Rac 1, declarando que se trató de una catástrofe que devastó al pueblo entero.
Tras una reunión con los alcaldes, el presidente de la Generalitat catalana, Pere Aragonès, valoraba declarar zona catastrófica en los municipios afectados, lo que liberaría recursos adicionales para el restablecimiento de la normalidad en la zona.
En la vecina Comunidad Valenciana, el aguacero dificultó aún más la salida a la calle de los gigantes monumentos de las Fallas, que se celebran estos días por primera vez desde que comenzó la pandemia de Covid.
En tanto, en la isla de Mallorca, dos turistas alemanas de 23 y 25 años que se bañaban en aguas de Cala Mandia, murieron ahogadas durante la madrugada cuando nadaban en medio de un fuerte oleaje.
Otras partes del norte y el centro del país, incluyendo Madrid, sufrieron inundaciones el miércoles.
La Agencia Estatal de Meteorología anunció riesgo de lluvias para este viernes en cuatro autonomías: Cataluña, Aragón, Baleares y Comunidad Valenciana.
Un reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático señaló que la proporción global de ciclones que van de la categoría 3 a la 5, las tormentas más intensas, ha aumentado en las últimas cuatro décadas debido al rápido calentamiento de las temperaturas de los océanos.
Respecto al fenómeno de la DANA en la península Ibérica, en entrevista con la National Geographic, Rubén del Campo, representante de la Agencia Meteorológica Estatal española, indicó: “Algunos estudios sugieren que en los días de precipitación más intensa llueve ahora más que en décadas pasadas. Es decir: las lluvias torrenciales son más torrenciales. Esto se ha observado especialmente en puntos de la vertiente mediterránea peninsular”.