Suecia ya llamó la atención de todos en la primera ola de Covid-19, cuando se convirtió en uno de los pocos países del mundo que no recurrió al confinamiento ni al cierre de restaurantes o escuelas para frenar la embestida de la pandemia. Meses después y metido de lleno en la segunda ola, el país nórdico volvió a sorprender a sus vecinos europeos al no recomendar el uso de la mascarilla.

El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) recomendó desde el principio el uso de la mascarilla, y en una fecha tan temprana como abril de 2020. Pero no fue hasta junio de ese año cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) se sumó a esta recomendación. Suecia, no obstante, siguió su propio camino. La Agencia de Salud Pública sueca recalcó en varias ocasiones que “las mascarillas son ineficientes y usarlas podría favorecer la expansión del coronavirus”.

Una controvertida posición compartida por la ministra de Salud, Lena Hallegren, quien en julio de 2020 indicó que “el gobierno sueco no tenía ni la cultura ni la costumbre de tomar decisiones sobre prendas de protección como las mascarillas, y que por tanto su Ejecutivo no desautorizaría a la Agencia de Salud Pública”, tal como consignó en esa oportunidad el portal The Conversation.

Personas conversan y beben fuera de un bar en Estocolmo, en abril de 2020. Foto: AP

Y es que las autoridades sanitarias suecas creen que lo importante es el distanciamiento social, la higiene y el aislamiento de los enfermos y que la mascarilla puede crear una sensación de falsa seguridad. De hecho, Anders Tegnell, el epidemiólogo del gobierno de Suecia que alcanzó fama y notoriedad en el mundo por no haber confinado al país en marzo de 2020, explicó en su momento que solo se prescribiría su uso en ciertos casos, particularmente para contener los brotes locales.

Así, a principios de julio pasado, Suecia abandonó su último mandato de mascarilla restante, para el transporte público, ello pese a que los jefes de salud en EE.UU. y Reino Unido argumentan que aún deben usarse cubiertas faciales para detener la propagación de la contagiosa variante delta.

Una controvertida apuesta que, pese a las críticas, tiene hoy a Suecia con cerca de cero muertes por Covid-19 por día, según destaca el diario británico Daily Mail. En las últimas dos semanas, el país nórdico ha registrado un promedio de 0,6 decesos por coronavirus diarios, un índice sorprendente si se compara con las 74 muertes en Reino Unido y 329 en EE.UU. por día durante el mismo período, apunta el periódico.

El epidemiólogo Anders Tegnell, de la Agencia de Salud Pública de Suecia, ofrece una conferencia de prensa en Solna, en abril de 2020. Foto: AFP

Si bien la cifra de muertos por Covid-19 de Suecia es más baja que la de algunos países europeos más grandes, también es varias veces más alta que la de sus vecinos nórdicos. Según datos de la ECDC, hasta ahora Dinamarca ha registrado 2.550 decesos, Finlandia 984 y Noruega 799, muy lejos de las 14.657 muertes que suma Suecia. Sin embargo, la tasa de notificación de fallecidos en 14 días por cada millón de habitantes alcanza a 0,39 en el caso de Suecia, mientras que la de Dinamarca a 1,37, la de Finlandia a 0,90 y la de Noruega a 0,56, según el mismo organismo.

Con poco más de 10 millones de habitantes, Suecia totaliza 1.103.693 casos de Covid-19, una cifra muy superior a las de sus países vecinos. Dinamarca, con 5,8 millones de habitantes, registra 321.154 contagios, mientras que Noruega, con una población de 5,4 millones de habitantes, suma 139.463 casos. Por su parte, Finlandia ha informado 109.982 positivos para una población de 5,5 millones de personas.

De cara a esta cifra de contagios, Tegnell dijo al diario Aftonbladet que la variante delta ha sido la cepa dominante en Suecia “durante bastante tiempo”. El epidemiólogo jefe sueco aseguró que la propagación de esta variante del virus fue mayor tanto entre los jóvenes que no adhieren a las pautas de distanciamiento social como en los ciudadanos mayores.

Personas hacen un picnic durante las celebraciones anuales del solsticio de verano en Estocolmo, en junio de 2020. Foto: AP

Pero a pesar de que se registran cero infecciones en muchos municipios, Tegnell de ninguna manera cree que la pandemia haya terminado. “Hay una necesidad de preparación y atención en todas partes. No se debe sacar ninguna conclusión del hecho de que esta semana no se hayan encontrado enfermos en un municipio. Puede llevar a graves consecuencias si bajas la guardia”, dijo.

Suecia también tiene previsto ofrecer una dosis de refuerzo de la vacuna a “una gran parte de la población” en 2022, aunque podría empezar con las poblaciones vulnerables a principios de septiembre, anunció el lunes Tegnell. “Nuestra evaluación es que no es posible erradicar el virus y que, por tanto, la labor de vacunación debe ser a largo plazo y centrarse en la reducción de las enfermedades graves y de la mortalidad”, apuntó el epidemiólogo.

El Departamento de Salud de Suecia dijo que espera que toda la población adulta haya recibido dos dosis en otoño y que habrá un buen suministro de vacunas en los próximos años. La autoridad no dio una cifra exacta de cuántas personas recibirían una tercera dosis en 2022, pero informó que a gran parte de la población se le ofrecería la dosis de refuerzo.

Según el portal Our World in Data, hasta el miércoles el 64% de la población de Suecia había recibido al menos una dosis de la vacuna contra el Covid-19, mientras que un 43% había completado su esquema de vacunación.