Si es que habían logrado dormir, los ucranianos se despertaron hoy con la peor noticia imaginable. Los rumores habían estado circulando con fuerza la noche anterior de que esta vez finalmente sí sucedería la invasión rusa de toda Ucrania. A las 4.00 de la madrugada, el Presidente ruso Vladimir Putin anunció que su plan para “desnazificar” el vecino país estaba en marcha. Los misiles impactaron casi de inmediato en el aeropuerto de Boryspil, en las afueras de Kiev, y las sirenas antiaéreas se hicieron sentir al amanecer en la capital ucraniana.

“Rusia atacó traidoramente nuestro estado por la mañana, como lo hizo la Alemania nazi en los años de la Segunda Guerra Mundial”, tuiteó el Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. Poco después el jefe de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo: “Estas son algunas de las horas más oscuras de Europa desde la Segunda Guerra Mundial”.

Según The Economist, en las primeras horas del día, Kiev mostró signos de una ciudad que se esfuerza por alcanzar la normalidad, con residentes paseando a sus perros y vendedores ambulantes haciendo sus actividades normales. Pero las cosas pronto se volvieron muy diferentes. Vehículos de la policía y del Ejército comenzaron a patrullar las calles. Se podían escuchar aviones sobrevolando la capital. Incluso, se observaron puestos de control -una característica del paisaje en la región del Donbás devastada por la guerra, en el este de Ucrania- al norte de Kiev en Vyshgorod.

Las explosiones se escucharon antes del amanecer y durante toda la mañana en Kiev, una ciudad de tres millones de habitantes. Mientras los disparos resonaban, la carretera fuera de la capital ucraniana se congestionó con el tráfico de los residentes que huían.

Las filas de autos se extendieron por decenas de kilómetros en la carretera que conduce desde el oeste de Kiev hacia Polonia, donde los países occidentales se han preparado para la probabilidad de que se congreguen cientos de miles de refugiados. “Tenemos miedo a los bombardeos”, dijo Oxana, tratando de huir y atrapada en su auto con su hija de tres años en el asiento trasero. “Esto es tan aterrador”, comentó a Reuters.

Sin embargo, las carreteras fuera de Kiev están cerradas, asegura The Economist. El gobierno también cerró el espacio aéreo ucraniano. Incluso a las 7.00, la carretera de Kiev a Lviv, una ciudad occidental en la frontera con Polonia, estaba bloqueada por el tráfico de vehículos. Se informó que los taxistas estaban cobrando hasta cinco veces el precio normal por un traslado.

Mientras algunos trataban de escapar, otros se escondían en las estaciones de metro de la ciudad -consideradas las más profundas del mundo ya que se idearon para usarse como refugio nuclear durante la Guerra Fría- y en los refugios antiaéreos, destacó la BBC. Filas de personas esperaban para retirar dinero en bancos y comprar alimentos y agua en supermercados de Kiev.

Muchas estaciones de servicio ya no disponían de combustible para vender debido a las filas de autos que trataban de abastecerse. Miles de personas abarrotaron estaciones de buses y trenes subterráneos, la mayoría con mucho equipaje en las manos.

Mark, un ejecutivo de ventas de 27 años, se despertó alrededor de las 7.00 con el sonido de las explosiones y las sirenas. Él encontró a una niña llorando en las escalas y la llevó a la estación de metro más cercana para refugiarse. Como uno de los 900.000 reservistas del Ejército de Ucrania, Mark dijo a la BBC que está listo para ser llamado a luchar con Rusia. “No tenemos otra manera”, aseguró. “Debemos defender nuestro país. Y tal vez morir en esta guerra”.

Svetlana, una trabajadora escolar, se dirigió a un refugio antiaéreo. Ella preparó rápidamente una bolsa para llevarla a ese lugar. Contiene un kit de lavado y una computadora portátil, para que pueda seguir trabajando en su maestría en psicología. “No entendemos lo que hacemos ahora: vamos a un lugar donde podemos estar seguros”, comentó a la cadena británica. Pero Svetlana manifestó su preocupación por su familia que vive en Mariupol, la ciudad portuaria del sureste donde, según informes, ya habían desembarcado las tropas rusas.

Tres horas después de que Putin diera su orden, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que había eliminado la infraestructura militar en las bases aéreas de Ucrania y degradado sus defensas aéreas.

Anteriormente, los medios ucranianos informaron que los centros de comando militar en Kiev y Kharkiv habían sido alcanzados por misiles, mientras que las tropas rusas habían aterrizado en Odessa y Mariupol.

Un residente de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania y cercana a la frontera con Rusia, dijo que las ventanas de los bloques de departamentos temblaban debido a las constantes explosiones.

Se podían escuchar explosiones en el puerto sureño de Mariupol, cerca de una línea de frente controlada por separatistas respaldados por Rusia. En una carretera que conducía fuera de la ciudad, una columna blindada ucraniana enfilaba por esa ruta, con soldados en lo alto de las torretas sonriendo y mostrando señales de victoria a los autos que tocaban la bocina en apoyo. Civiles en Mariupol también empacaron bolsas: “Nos vamos a esconder”, dijo una mujer citada por Reuters.

Funcionarios ucranianos dijeron que helicópteros rusos atacaron Gostomel, un aeropuerto militar cerca de Kiev, y Ucrania derribó tres de ellos. Los funcionarios fronterizos ucranianos informaron que los rusos estaban tratando de penetrar en las regiones de Kiev y Zhytomyr en la frontera con Bielorrusia, y que estaban usando cohetes Grad.

Los informes iniciales no confirmados de víctimas incluyeron civiles ucranianos muertos por bombardeos rusos y guardias que defendían la frontera. Las autoridades regionales de la región de Odessa, en el sur de Ucrania, dijeron que 18 personas fallecieron en un ataque con misiles. Al menos seis personas perdieron la vida en Brovary, un pueblo cerca de Kiev, indicaron las autoridades. Ucrania informó de cinco personas muertas cuando un avión fue derribado.

En tanto, el Ejército de Ucrania dijo que destruyó cuatro tanques rusos en una carretera cerca de Kharkiv, mató a 50 soldados cerca de una ciudad en la región de Luhansk y derribó seis aviones de combate rusos en el este. Rusia negó los informes de que sus aviones o vehículos blindados habían sido destruidos. Los separatistas respaldados por Rusia afirmaron haber derribado dos aviones ucranianos.