El segundo juicio político a Donald Trump empezó el martes en el Senado estadounidense, donde por 56 votos contra 44, los legisladores decidieron seguir adelante con el proceso que busca inculpar al expresidente por el cargo de “incitación a la insurrección”. Ello, a raíz del violento asalto al Capitolio, el 6 de enero, protagonizado por seguidores del republicano que buscaban sabotear la ceremonia de certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre.
Se trata de un impeachment muy particular: es la primera vez que se somete a juicio a un expresidente, así como la primera en que un mandatario es enjuiciado en dos oportunidades. E, inusualmente, los senadores, que en el juicio político juegan el rol de jurado, también son testigos, pues estaban en el Capitolio el día del asalto y tuvieron que refugiarse de la turba debajo de sus escritorios y en los subterráneos del edificio del Congreso.
Pero hay un personaje que, además de ser jurado y testigo, es el juez encargado de presidir el juicio: Patrick J. Leahy. Esta responsabilidad le corresponde en su calidad de presidente pro tempore del Senado, título que recibió luego de que los demócratas tomaron el control de la Cámara Alta en enero. Este cargo supone convertirse en tercero en la línea de sucesión a la presidencia (después de la vicepresidenta Kamala Harris y la líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi).
La presidencia pro tempore del Senado corresponde al legislador del partido mayoritario que más tiempo haya servido en la Cámara Alta. Y Leahy es el senador demócrata más antiguo. Con 80 años de edad, está en el Senado desde 1975. Y esta no es la primera vez que ejerce de presidente pro tempore: lo fue también entre 2012 y 2015, cuando los demócratas controlaron también el Senado.
La Constitución de Estados Unidos establece que los juicios políticos deben ser presididos por el presidente de la Corte Suprema, en este caso el abogado John Roberts, quien en 2019 dirigió el primer impeachment de Trump, cuando el mandatario fue acusado de abuso de poder y obstrucción en el Congreso al intentar presionar al gobierno de Ucrania para que investigara a Hunter Biden -hijo del actual Presidente Joe Biden-, por una serie de actividades empresariales en ese país.
Roberts decidió dar un paso al costado en esta oportunidad, al igual que Kamala Harris, la segunda opción lógica, que quiso distanciarse de la polémica. Es así como Leahy terminó asumiendo la tarea de juez, donde tiene la responsabilidad de resolver cualquier duda en el procedimiento y de leer en voz alta las preguntas que los senadores les hagan llegar a los fiscales y a la defensa de Trump.
De ascendencia italiana e irlandesa, Leahy nació en Montpelier, capital de Vermont, y recibió su título de abogado tras estudiar en el Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown, en 1964. Durante ocho años se desempeñó como fiscal estatal, donde ganó reconocimiento y fue seleccionado como uno de los tres fiscales destacados en Estados Unidos en 1974.
Leahy fue electo senador por Vermont en 1974, cuando tenía 34 años. Además, es el último de los llamados “bebés del Watergate” del Senado, aquellos demócratas que obtuvieron su escaño por primera vez en las elecciones de 1974 tras la dimisión del Presidente Richard Nixon, destaca The New York Times. También es el único senador en activo que ya estaba en la Cámara durante la presidencia de Gerald Ford.
El senador es fanático de Batman, al punto que ha aparecido en cinco películas del personaje de ficción. Su más notable cameo fue en The Dark Knight (2008), cuando le dice al Joker: “No nos intimidan los matones”. También apareció en Batman vs. Superman (2016), en el papel del senador Purrington, e hizo cameos en Batman Forever (1995), Batman & Robin (1997), The Dark Knight Rises (2012). Asimismo, prestó su voz para un capítulo de Batman: The Animated Series (1995).
En sus ocho mandatos, Leahy ha trabajado para prohibir la producción, uso y exportación de minas terrestres antipersonales y luchó por frenar la vigilancia doméstica tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Ese año fue uno de los dos senadores a los que les llegó una carta con ántrax que mataron a cinco personas.
“Esto no es algo que solicité”, dijo Leahy en una entrevista con el diario The New York Times al ser consultado por su tarea como juez en el impeachment a Trump. “Quiero asegurarme de hacer el mejor trabajo posible”, aseguró.
Leahy ha estudiado minuciosamente cada procedimiento constitucional que pudiera servirle para el juicio, según afirma el Times. Además, nombró como consejero a Michael J. Gerhardt, experto en juicios políticos y profesor de la Universidad de Carolina del Norte. Sin embargo, confía que sus más de 40 años en el Senado y su larga carrera como juez sean suficientes para dictar una sentencia justa.
“He presidido cientos de horas, no sé cuántos fallos he dictado”, dijo a Leahy a The New York Times. “Nunca he tenido a nadie, republicano o demócrata, que haya dicho que mis fallos no fueron justos. Eso es lo que se supone que debe hacer el presidente”.
Además, Leahy publicó en su Twitter una carta que les envió a sus colegas senadores antes de empezar el proceso, donde juró “conducir este juicio con equidad para todos”.
Sin embargo, en su calidad de senador demócrata, testigo y juez, algunos de sus colegas republicanos han afirmado que Leahy no puede participar en el impeachment al tener un conflicto de interés, debido a que el senador votó por condenar a Trump en su primer juicio político.
Leahy todavía no decide si se va a postular a un noveno mandato en 2022. En enero pasado sufrió de un problema de salud a horas de juramentar como juez en el segundo juicio político de Trump, por el que terminó preventivamente en el hospital.