La economía mostró un mejor comportamiento de lo que se esperaba. Si bien contaba con una base de comparación favorable debido a que en abril del año pasado se comenzó a sentir con fuerza el impacto de la crisis sanitaria que derivó en una economía cayendo 13,8%. Con eso por descontando, el mercado esperaba una expansión en torno a 10% en doce meses y una caída cercana a 5% mes contra mes.
Pero las cifras entregadas por el Banco Central superaron esas previsiones. La actividad avanzó 14,1% anual (su mayor crecimiento desde 1992) y cayó 1,4% en términos desestacionalizados. A pesar de este fuerte aumento interanual, el nivel del Imacec, en términos desestacionalizados, aún está por debajo de su valor más alto, registrado en agosto de 2019, previo a la crisis social.
Según el instituto emisor todos los componentes del Imacec crecieron respecto al mismo periodo del año anterior, destacando las contribuciones de las actividades de servicios (7,9%) y el comercio (2,9%).
Este resultado se explicó, en parte, por una mayor adaptación de los hogares y empresas a la emergencia sanitaria asociada al Covid-19. Por su parte, la caída del Imacec desestacionalizado fue explicada por el desempeño de los servicios reflejando el aumento de las restricciones a la movilidad de las personas respecto del mes anterior.
Entre los argumentos que justifican el alza en las previsiones, los economistas coinciden en que las distintas industrias se han ido adaptando más rápido de los esperados a las restricciones sanitarias y por ende a funcionar de mejor manera de lo que fue al inicio de la pandemia. “Las mayores restricciones experimentadas durante abril, con parte importante del país en cuarentenas, tuvieron un impacto menos negativo al esperado. Lo anterior, estaría vinculado a que las personas y empresas están mostrando una mayor adaptación a estas condiciones, lo que ha permitido que sectores como los servicios muestren un mayor dinamismo”, menciona Marco Correa, economista de BICE.
Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich AGF, agrega que “la economía se está beneficiando del efecto base positivo del año pasado. No obstante, ha tenido una rápida capacidad de adaptación a los desafíos y restricciones impuestas por la pandemia en esta primera parte del año lo que le ha permitido ser más resiliente”.
Desde Scotiabank subrayan que “la economía ha sido capaz de adaptarse de manera rápida a las medidas de cuarentena y aprovechar, a través de comercio y manufactura, las fuertes inyecciones de liquidez que han recibido familias y empresas”.
Mejores perspectivas
Con estas nuevas cifras, la mayoría de los economistas comenzó a ajustar al alza sus proyecciones para el segundo trimestre, pasando de en torno a 12% a una cifra más cercana a 15%. De concretarse, sería la mayor alza desde el tercer trimestre de 1992.
Para el año, en tanto, algunos ya se sitúan sobre el 7%, techo de la última proyección del Banco Central. Para mayo, en tanto, las proyecciones de Imacec fluctúan entre 15% y 17%.
Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica, comenta que su estimación para el segundo trimestre pasó de 13,5% a 15%, mientras que para el año pasaron de 6,2% a 6,7%. “Esperaremos a ver qué pasa en los siguientes meses, en especial si hay algún efecto negativo post-elecciones. De no haberlo, o ser acotado, muy probablemente elevaremos sobre 7% la proyección”.
Mientras que Fabián Sepúlveda, economista de Santander, puntualiza que “considerando que en mayo muchas comunas avanzaron de cuarentena a Fase 2 -lo que se reflejó en una recuperación de la movilidad- esperamos que en términos mensuales la economía tenga algunos avances”. A lo anterior el economista agrega que “las bajas bases de comparación persisten en mayo y junio, por lo que el segundo trimestre cerraría con un crecimiento en torno a 15%”. Esta cifra se corrigió al alza desde un 13%. Para el año Santander está en proceso de revisión.
Consiglio acota que “en general este mejor dato generaría una revisión al alza para nuestra proyección de este año, así como también para el segundo trimestre”.
Samuel Carrasco, economista Senior de Credicorp Capital, asevera que “conocido el dato de Imacec decidimos mantener nuestra estimación de crecimiento del PIB 2021 en 7,2%, la cual se ubica por sobre el consenso de mercado (EEE 6,2% y Bloomberg 6,5%)”. Para el trimestre, en tanto, prevén una expansión de 15%.
Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, indica que “para el segundo trimestre subió proyección a 14% y para el año entre 6,8% y 7,2%”.
Correa sostiene que mayo registraría un crecimiento en torno al 17%, donde habría disminuido el impacto de las restricciones sanitarias, seguiría favorecido por una baja base de comparación y apoyado por los diferentes estímulos y transferencias. Por ello mejoraron su proyección de expansión para el segundo trimestre pasando de 12% a 15,5%. Y para el año elevaron su proyección desde 6,8% a 7,4%.
En la parte alta de las expectativas se sitúan Scotiabank quienes esperan un incremento de 7,5% para el año.
Los menos optimistas
En la otra vereda se sitúan los menos optimista o derechamente pesimista. El primero es el académico de la Universidad Alberto Hurtado, Carlos García. “Si por recuperación se entiende por una economía que se está expandiendo nuevamente, los datos desestacionalizados con respecto al mes anterior no indican señales de recuperación, de hecho, cayó en 1,42%, la segunda ola retrasó la recuperación. El aumento del 14,1% respecto del año anterior es una ilusión estadística por la baja base de comparación”. Para García, la actividad en 2021 crecerá entre 4% y 6%.
Sergio Godoy, economista jefe de STF Capital, espera que la economía siga rebotando del mismo período del año pasado. Sin embargo, argumenta que “a pesar de este fuerte rebote en 12 meses, la actividad está perdiendo fuerza en el margen. Esto ya se observa incipientemente en el dato de abril, pero se ve con más fuerza en las ventas del comercio de ayer que en tendencia viene decayendo desde enero”. Por todo ello, mantiene su proyección de PIB 2021 en 5,6%.