Agua Segura, la iniciativa que entrega agua sanitizada para consumo humano en localidades con grave escasez hídrica

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El proyecto Agua Segura ya está instalado en el Jardín Infantil Frutitos de Huechún, en la comuna de Tiltil, desde 2022.

La Cervecería AB InBev -que agrupa marcas como Corona, Budweiser, Stella Artois y Becker- impulsa la iniciativa Agua Segura en alianza con diferentes socios, como Fundación Amulén, Ingeniería Sin Fronteras, Ingeniería Para Chile y Plasma Waters, compañía que, mediante el uso de tecnología de plasma no térmico, permite desinfectar el recurso hídrico, de modo que niños de jardines infantiles y escuelas rurales apartadas, y sus familias, puedan beberla sin riesgos de contraer enfermedades. En Huechún, una localidad ubicada en la comuna de Tiltil, ya gozan de los beneficios de esta iniciativa socioambiental.


Magaly Oyarzo ha visto crecer a varias generaciones de niños que asisten al Jardín Infantil Frutitos de Huechún que ella dirige desde 2003.

Ese año fue trasladada por la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) desde Colina a Huechún, localidad rural de poco menos de 300 habitantes de la comuna de Tiltil, ubicada a 42 kilómetros del centro de Santiago.

Oriunda de la sureña ciudad de Río Bueno, en la región de Los Ríos, le dieron la tarea de hacerse cargo del pequeño establecimiento; pero para su sorpresa, cuando llegó no había alumnos y las dependencias estaban a maltraer, así que tuvo que pasar casa por casa buscando menores para educar y acondicionar el lugar.

Cuando recién llegó a Huechún -rememora- le llamó la atención este pueblo que parecía un vergel, con una calle principal llena de grandes árboles a ambos lados de la calzada, viñas productoras de uvas de exportación, una agricultura pujante de todo tipo de hortalizas y ganado que una vez a la semana bajaba de los cerros y pasaba frente al jardín infantil, espectáculo que alegraba a sus alumnos, a quienes -además- llevaba a jugar a la cancha de fútbol con un pasto bien frondoso y verde que queda a una cuadra del recinto.

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El impacto de la sequía en Huechún.

Esos primeros años fueron de mucho esfuerzo y satisfacción. Pero un peligro silencioso comenzó a acechar a la comunidad: los pozos que captaban agua desde las napas subterráneas se comenzaron a secar y la vida en Huechún no volvió a ser la misma. “Todo desapareció con la sequía, hoy estamos en medio de un verdadero desierto”, afirma la educadora.

En 2008, Tiltil fue una de las primeras comunas del país que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) decretó como zona de escasez hídrica, una situación que se ha mantenido hasta hoy. A la fecha, en el país hay más de 100 comunas en esta situación, en las que viven poco más de seis millones de personas.

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El equipo del Jardín Infantil Frutitos de Huechún, que encabeza Magaly Oyarzo.

En cuanto al consumo humano, los centros urbanos de esas comunas con decreto de escasez se abastecen mediante las empresas de agua potable, que tienen que hacer todos los esfuerzos para asegurar la continuidad del servicio, a riesgo de que la autoridad caduque la concesión.

Pero hay una realidad más silenciosa y que golpea con fuerza a las comunidades rurales aisladas, como es el caso de Huechún, que usan sistemas de agua potable rural (APR) construidos por el MOP y administrados por la propia comunidad organizada.

El problema es que, si la fuente de captación natural desaparece, estos APR se deben abastecer mediante camiones aljibe que llenan los estanques del sistema, y cuyo líquido es bombeado a las casas bajo un estricto régimen de racionamiento. Es decir, el agua no está presente 24/7 en los hogares como se acostumbra en las ciudades, además de que en los numerosos trasvasijes existe un riesgo real de contaminación.

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El Sistema de Agua Potable Rural de Huechún.

Según el Ministerio de Medio Ambiente, este 2023 corresponde al quinceavo año seco consecutivo que afecta al país. Las secuelas de la falta de agua se hacen ver y cambian la cultura de las comunidades rurales, forzando la migración de las familias ante la desesperanza de ver secarse sus siembras y la muerte de sus animales por falta de forraje y agua para beber. Y no solo afecta a comunas del norte o centro, sino que la escasez hídrica ya está presente en la mayoría de las regiones del sur, como La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes, por nombrar algunas.

Magaly cuenta que “en Huechún hay disponibilidad de agua dos veces al día. Pero esa agua del APR que llega en camiones, la gente es reacia a beberla. Las familias, muchas de ellas vulnerables, no tienen otra opción que hervirla o comprar bidones grandes con agua purificada, con el consiguiente gasto del presupuesto familiar, que ya es acotado”.

En pleno confinamiento por la pandemia del coronavirus y mientras hacía desde su casa videos educativos para enviarlos por WhatsApp a sus alumnos, recibió un llamado inesperado: un joven dijo llamarla de la empresa Plasma Waters para explicarle un proyecto llamado Agua Segura que podía permitir que sus alumnos y la comunidad pudieran beber agua de la llave con total seguridad mediante el uso de una tecnología que no entendió al principio. Tras varias reuniones online, Magaly comprendió que estaba ante una oportunidad de mejorar la calidad de vida en Huechún y decidió convertirse en el nexo con las familias de sus alumnos y luego con el resto de la comunidad.

Nace Agua Segura

La historia de la iniciativa Agua Segura, impulsada por la Cervecería AB InBev, la mayor cervecera del mundo, que en Chile agrupa marcas como Corona, Budweiser, Stella Artois y Becker, había comenzado un año antes de esa llamada que sorprendió a Magaly.

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Alfredo Zolezzi, fundador de Plasma Waters.

Fue un encuentro casual antes de la pandemia, en México, entre el fundador de Plasma Waters, Alfredo Zolezzi, y uno de los representantes de AB InBev en el país azteca, a quien Zolezzi le explicó la nueva tecnología disruptiva que había inventado para purificar el agua para consumo humano.

Plasma Waters surge de un centro de innovación que se creó en 2010 en la comuna de Concón, en la Región de Valparaíso. Fue así que dos años después, Zolezzi y su equipo inventaron una tecnología que transforma el agua (o cualquier líquido) en plasma no térmico. Esto, mediante un cambio del agua de su fase líquida al estado de plasma dentro de una cámara de reacción de alta energía, para luego convertirse en un líquido ciento por ciento libre de virus y bacterias. El plasma es un estado de la materia distinto de los habituales sólido, líquido y gaseoso, que se caracteriza por ser gases ionizados (con carga eléctrica) que se da, por ejemplo, en el proceso de combustión de las estrellas. En la tierra, el plasma se obtiene con alta energía en instalaciones científicas o se puede observar en forma de rayos en una tormenta eléctrica.

Así, el enlace entre la empresa de innovación chilena y Cervecería AB InBev quedó sellado para comenzar a explorar una colaboración en nuestro país con fuerte impacto social y ambiental.

José Antonio Alonso, director de Asuntos Corporativos e Impacto Positivo de Cervecería AB InBev, explica la motivación que mueve a la compañía a apoyar este tipo de soluciones: “La falta de acceso a agua es uno de los grandes problemas sociales y medioambientales en el mundo. Pensando en eso, y en línea con nuestro propósito de impactar positivamente en las comunidades, es que quisimos ser parte de la solución y desarrollamos el programa Agua Segura”.

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José Antonio Alonso, director de Asuntos Corporativos e Impacto Positivo de Cervecería AB InBev. Foto: Andrés Pérez.

En tanto, Joaquín Troncoso, gerente general de Plasma Waters Chile, comenta que “Cervecería AB InBev Chile se la jugó desde el primer minuto y nos dijeron que querían hacerse parte de la solución de este problema que tienen las comunidades apartadas, proporcionando agua pura de la mano de nuestra tecnología”.

El ingeniero de la U. Adolfo Ibáñez y Master en Ingeniería en la U. de California, Berkeley, agrega que “cuando comenzamos a analizar con Cervecería AB InBev los lugares que íbamos a ofrecer instalar el proyecto Agua Segura se dio un debate respecto de maximizar o no el alcance de los beneficiarios. Pero nos dimos cuenta que las necesidades más urgentes para llevar Agua Segura se daban en establecimientos pequeños ubicados en comunidades rurales apartadas con poca población, como Huechún. Llegamos a la conclusión de que no podíamos descartar lugares por la cantidad de habitantes, y eso es lo destacable de Cervecería AB InBev, que puso siempre por delante el bienestar de las personas como tales”.

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Agua Segura habilita una segunda llave con agua que proviene del sistema de sanitización de Plasma Waters.

Por ese entonces, también se sumó a Agua Segura la Fundación Amulén, una organización sin fines de lucro que se ha especializado en gestionar soluciones para el abastecimiento de agua potable en zonas apartadas que carecen del vital elemento.

Antonia Rivera, directora ejecutiva de Amulén, señala que “el enfoque de la fundación se basa en que el acceso al agua de calidad es un elemento esencial para la vida y también para la superación de la pobreza. Cuando nos invitaron a participar en el proyecto Agua Segura nos dimos cuenta que con Cervecería AB InBev nos unía este propósito común en torno al recurso hídrico. Nuestro rol es planificar intervenciones en la comunidad para que se internalicen los beneficios de usar Agua Segura”.

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Antonia Rivera, directora ejecutiva de Fundación Amulén.

La ingeniera civil industrial con mención en ingeniería ambiental de la Pontificia Universidad Católica agrega que “primero nos tocó investigar en qué escuelas y jardines infantiles estaban las mayores necesidades de contar con agua segura para el consumo humano. Establecimos que muchas de las carencias en torno al agua estaban en comunidades apartadas de la zona central del país, la mayoría abastecidas mediante camiones aljibe que descargan en los contenedores de los sistemas de agua potable rural”.

Agua Segura para Huechún

Luego del desconfinamiento pandémico, las reuniones de los profesionales de Agua Segura con Magaly Oyarzo y su equipo pasaron a ser presenciales, sumándose charlas con la comunidad. La directora del jardín infantil dice que las familias debían convencerse de que sus niños bebieran agua que provenía de una tecnología de punta que la purificaba, pero que no era de uso masivo. Paso a paso -comenta-, el proyecto fue ganando fuerza y la confianza comunitaria para su instalación en su jardín infantil y en la escuela básica aledaña, la G 348, que dirige Katty Naranjo.

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José Antonio Alonso, director de Asuntos Corporativos e Impacto Positivo de Cervecería AB InBev, en la inauguración de Agua Segura en Huechún.

La gente comprendió que, con el correr de los años, los sistemas de agua potable rural se van deteriorando y se generan contaminaciones cruzadas que pueden impactar negativamente en la salud de quienes la beben cuando no existe adecuado mantenimiento y recambio de componentes.

Así, en 2022, los profesionales de Agua Segura instalaron una pequeña planta de tratamiento al interior del jardín infantil, que se abastece con el agua que los camiones aljibe inyectan al APR. El agua se sanitiza mediante la tecnología de Plasma Waters, pasando a un estanque -desarrollado por el proyecto-, para luego ser bombeada hasta las cocinas, baños o bebederos y lavado de manos en los patios. En estos puntos de consumo, se instaló una segunda llave con Agua Segura.

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Parte del equipo del programa Agua Segura en Huechún: José Antonio Alonso (AB inBev); Joaquín Troncoso y Alfredo Zolezzi (Plasma Waters),; Katty Naranjo (escuela G 348; María Isidora Ibáñez y Vicente Jander (AB inBev); y Pablo Dannenberg y Romina Cataldo (Plasma Waters).

Lo que hacemos es una desinfección en la última milla del agua, en el mismo punto de uso, de modo de asegurar la inocuidad del recurso hídrico. Esta agua no tiene cambios en el sabor, en su transparencia u olor, y eso lo explicamos y la comunidad ha comprobado los beneficios de Agua Segura. Además, hacemos monitoreo en línea mediante telemetría y mantenciones mensuales preventivas en terreno”, afirma Joaquín Troncoso.

Inaugurado formalmente a fines de marzo pasado, Agua Segura ha impactado positivamente a la comunidad de Huechún. Magaly Oyarzo lo describe así: “Todas las instalaciones del jardín ahora tienen dos llaves, una con el agua que viene del APR y la otra para Agua Segura, que es donde los niños beben, se lavan los dientes y las manos. Están felices y sus familias y la comunidad también pueden venir a buscar Agua Segura en horarios que establecimos para ello. Los niños aprenden desde muy pequeños que hay que cuidar el agua, que el agua permite la vida para las plantas, animales y para los seres humanos. Ellos tienen una gran conciencia ambiental y se nota inmediatamente en sus acciones y conversaciones”.

Y este cambio que ha experimentado Huechún también se ha dado, a la fecha, en otros 11 establecimientos educacionales apartados en las comunas de Puchuncaví, Algarrobo, Olmué, Tiltil, Melipilla, entre otras.

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Los tres pasos del sistema Agua Segura explicado en un panel para la comunidad de Huechún.

José Antonio Alonso, con razón, es un entusiasta del proyecto Agua Segura que impulsa Cervecería AB InBev: “Esta iniciativa incorpora un fuerte componente de innovación social, en la que, junto a distintos aliados, como Fundación Amulén, Ingeniería Sin Fronteras, Ingeniería Para Chile y Plasma Waters, hemos sido capaces de entregar soluciones concretas a localidades que sufren de escasez hídrica en Chile. Tras el inicio de este programa en 2020, proyectamos generar un impacto muy positivo en las comunidades, beneficiando a más de 30 mil personas en 2030. Y en paralelo, hemos impulsado medidas al interior de la organización que nos han permitido reducir en un 30 por ciento el consumo de agua en nuestros procesos, con el objetivo de llegar a 40 por ciento en 2025″.

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