En estos días en que se conmemoran los inicios de la Nueva China, podemos volver la vista atrás buscando nuevos antecedentes que nos permitan conocer más al gigante asiático, a partir del recorrido iniciado por el gran pintor chileno, José Venturelli. Su talento pictórico, su solidez intelectual y su compromiso político le permitieron profundizar en las diferentes problemáticas de la humanidad, entendiendo que el arte era una herramienta clave para despertar una conciencia social y en donde la mezcla de los colores, los trazos y las técnicas le permitieron converger en una síntesis de expresiones artísticas en espacios geográficos equidistantes, ocupando China un lugar privilegiado. Próximo a celebrarse el centenario de su nacimiento y transcurridas varias décadas de su muerte, su huella permanece en cada una de las exposiciones que se realizan y China, nuevamente lo acoge con un sello indeleble.

A partir de este texto se busca por un lado profundizar en esos primeros vínculos construidos entre Chile y China, tomando como eje articulador la figura de José Venturelli y por otro lado dar a conocer a las nuevas generaciones un recorrido armónico sobre diferentes facetas de su vida, donde los lazos de amistad construidos junto a su propia familia fueron los pilares para su producción artística. A esto debemos agregar que su proyección pictórica se ha fortalecido en el tiempo, producto de las numerosas exposiciones organizadas en diferentes contextos, facilitado significativamente el conocimiento de su obra. China es un claro ejemplo de esto, producto de las visitas de estado impulsadas por diferentes Presidentes de Chile desde la década del 90 al gigante asiático. Así, los lazos se entrecruzan entre lo diplomático, lo político y lo cultural y son estas exposiciones un espacio privilegiado para dar a conocer a Chile en el exterior, como la que se realizará en el mes de octubre en Beijing de este año 2023.

José Venturelli junto a sus estudiantes chinos.

Algunos antecedentes para acercarnos a la figura del artista chileno

Los inicios de la Nueva China, se caracterizaron por buscar artistas, intelectuales y políticos que apoyaran la construcción de un modelo que se instalaba a partir de la Proclamación de la República Popular China en 1949. Esto implicó que las nuevas autoridades extendieron la invitación a diferentes figuras que eran un referente en sus países y que se identificaban con la construcción de una sociedad más justa, en donde los problemas de pobreza, retraso educacional y marginación política no tenían una respuesta a sus exigentes demandas. Esto era congruente con un escenario mundial tan alejado del Asia del Este y en donde el protagonismo de dos potencias hegemónicas Estados Unidos y la Unión Soviética era evidente. Así, poco espacio quedaba a nuevos proyectos políticos, y fueron los actores periféricos los que encontraron en el país asiático una respuesta a sus inquietudes. Uno de ellos fue el artista y pintor chileno, José Venturelli.

Chile, un país lejano, con altos niveles de pobreza y de marginación tenía en los años 50 el mismo retraso que vivía la República Popular China, por lo tanto el artista chileno no dudo en ir a conocer esta experiencia única, acogiendo una invitación que le fue extendida en el Congreso Mundial por la Paz en Viena (1951). Esto le permitió viajar a China, residir por más de 30 años ahí y conocer la cultura china, compartiendo con los intelectuales y sobre todo con las más altas autoridades chinas, Mao Zedong y Chou Enlai. En este contexto, el artista chileno José Venturelli se abrió un espacio y de alguna manera entendió el proceso en curso para posteriormente darlo a conocer en sus distintas facetas. No sólo fue un pintor o un artista, sino también un amplio conocedor de las redes vinculantes que la Nueva China buscaba en la guerra fría global, en diferentes continentes y en forma específica en América Latina y el Caribe.

El perfil de José Venturelli, es posible construirlo a partir de los contactos forjados en numerosas exposiciones, a nivel mundial como también en los lazos de amistad construidos en la Nueva China con figuras de renombre mundial y que provenían de diferentes continentes. Las barreras idiomáticas no fueron una limitante y al contrario le permitieron explorar en cruces interculturales impensables en una época en donde no existían las redes sociales como las conocemos hoy, internet, o una plataforma donde visibilizar su multifacética obra. Sus registros de cartas, telegramas, telex y correspondencia personal, permiten construir un epistolario para profundizar aún más sobre sus intereses, su pensamiento filosófico y su ideología en donde su búsqueda de un compromiso con la humanidad lo deja en evidencia.

Volcán (1984) Acrílico sobre papel 42x42 cm.

La Nueva China, recién proclamada, le pareció un espacio único donde estaba todo por hacerse y en donde el proyecto político liderado por Mao Zedong se configuraba respondiendo a las necesidades inmediatas de la población china. La nueva estructura para el Estado chino se sustentaba en las transformaciones de los sectores agrarios, pero sobre todo entendiendo que la cultura era un agente de cambio y de nuevas proyecciones para las próximas décadas. Los altos índices de analfabetismo y de marginación de la mujer, junto al retraso económico fueron determinantes para pensar que en ese lugar las diferentes manifestaciones artísticas esperaban un camino propio.

La invitación desde la delegación china, se produjo en el Congreso Mundial por la Paz en Viena como ya se señaló y su respuesta afirmativa lo llevó a instalarse en Pekín en marzo de 1952, haciendo un recorrido desde Moscú, cruzando Siberia para finalmente junto a su mujer Delia Baraona instalarse a residir en el país. Ese año, el Premier Chou Enlai, lo impulsó a ser parte de la organización de la Conferencia de la Paz de las Regiones de Asia y Pacífico, evento de trascendencia mundial. Así, pudo abrirse a conocer representantes de diferentes países y continentes, pero sobre todo crear sus redes de conexión a escala mundial en un contexto en donde la lejanía y las barreras existentes muchas veces eran infranqueables..

Junto a lo anterior, sus vínculos con Chile se mantuvieron, siendo capaz de forma pionera de entrelazar las relaciones entre ambos estados. Así, José Venturelli en octubre de 1952, fundó junto a Pablo Neruda y Salvador Allende, el Instituto Chileno-Chino de Cultura-ICCC el cual gestionó la visita de delegaciones a China, conocidos como los viajeros de los años 50, propio de una diplomacia cultural. También este Instituto, hizo posible un número significativo de delegaciones culturales y exposiciones dando a conocer en Chile en forma temprana la cultura china. Expresión de estos fuertes lazos, fue la donación que recibió ICCC en 1960, en contexto celebraciones 150 años de la Independencia de Chile (Memoria Chilena, s.f.)

Derecha a izquierda, Salvador Allende, el Premio Nacional de Ciencias de Chile (1969) Alejandro Lipschutz junto a su esposa; detrás José Venturelli

Siguiendo con los antecedentes ya planteados, podemos preguntarnos ¿Como se explica que un artista chileno desconocido a nivel mundial haya logrado abrirse un espacio en una cultura tan diferente como es China? ¿Cuáles fueron sus amigos más cercanos que lo familiarizaron con la cultura china en medio de una guerra fría global? y por último ¿Qué rol jugó y sigue jugando como intelectual y artista al impulsarse numerosas exposiciones que muestran su talento artístico y su personalidad multifacética?

Jose Venturelli, representa una multifacética trayectoria a nivel mundial, expresada en sus manifestaciones pictóricas, sus exposiciones y su profundo compromiso con Chile y Latinoamérica. Estos aspectos se sustentan en sus redes de amistad pudiendo desde China, dar a conocer una nueva realidad del país asiático en un marco de guerra fría global y al mismo tiempo perfilar su figura acrecentándola en el tiempo.

Recorriendo un camino de amistades y redes internacionales

Dado un complejo contexto mundial, José Venturelli logró insertarse a partir de sus redes y contactos personales, como también generar espacios culturales en diversos países en donde sus obras artísticas pudieron ser expuestas mostrando la diversidad cultural de Chile, pero sobre todo revelando un lenguaje figurativo. Esto le permitió darse a conocer en numerosas exposiciones, reflejando al mundo campesino, a los arrieros, a los mapuches, a las mujeres como también las propias temáticas de los lugares donde residió.

La personalidad multifacética de José Venturelli, debe ser explorada a partir de sus amigos, quienes fueron sus compañeros de ruta al compartir proyectos comunes luchando por la Paz Mundial, la No Proliferación de las Armas Nucleares o la búsqueda de un modelo de sociedad más justa. En ese contexto, el modelo maoísta surgió como un espacio único en donde las mejoras en las condiciones de vida de la población, permitirían la construcción de una Nueva China. Fue en ese escenario y en el marco de la organización de la Conferencia de la Paz de las Regiones de Asia y Pacífico impulsado por el Premier Chou Enlai, donde conoció a Rewi Alley de Nueva Zelanda, a Saionji Kinkazu de Japón, y Ahmed Kheir de Sudán. A ellos debemos sumar a Anna Louise Strong, reconocida periodista norteamericana.

De izquierda a derecha: Rewi Alley y Venturelli.

Al respecto su hija Paz Venturelli, en entrevista personal que tuvimos, relataba que vivían en un edificio que había sido dividido en tres. En un piso vivía Rewi Alley, un neozelandés que, durante la Guerra, recogió a los niños huérfanos que encontraba y fundó escuelas de auto sustentamiento donde trabajaban la tierra, hacían sus plumones…y era una persona muy respetable (Venturelli,2016, Enero 7).

Los vínculos de Rewi Alley (1897-1987) con el artista chileno se dieron a partir de junio de 1952, al preparar la Organización del Conferencia de la Paz de las Regiones de Asia y Pacífico, en donde concurrieron delegados de 37 países y le correspondió asumir como líder de la delegación neozelandesa. Años después participó en el Congreso Mundial por la Paz en 1955, desde donde se hizo un llamado a la Paz Mundial y lo mismo ocurrió en Estocolmo en 1959. Su lucha contra las Bombas Nucleares y de Hidrógeno se reflejó en su participación en las Conferencias Mundiales de 1961 y 1965, y al igual que José Venturelli quién visitó Hiroshima en 1963, transformaron esto en una causa común. Su larga vida transcurrió en China, compartiendo ellos como vecinos y a su muerte en 1987, los gobiernos de China y Nueva Zelanda, lo homenajearon señalándolo dentro de los representantes extranjeros destacados que ayudaron a la construcción de la Nueva China.

Siguiendo con el relato de sus vecinos en Pekín, como se le conocía en aquella época, su hija Paz en entrevista ya señalada, recordaba que su vecina del bajo, era la periodista Anna Louise Strong (1885-1970) que se hizo muy famosa porque tenía en el New York Time una columna que se llamaba “Carta desde Pekin”, donde iba contando como periodista lo que ella vivía y veía. La cercanía con Anna Louise, fue determinante para la familia Venturelli, ya que les tocó compartir múltiples experiencias dentro de la vida cotidiana. Ella realizó su primer viaje a Beijing, Shanghai y Guangzhou en 1925 conociendo a Soong Ching-ling, la mujer de Sun Yatsen, fundador de la República de China. En su segundo viaje en 1927, fue testigo de los conflictos existentes, rupturas partidistas y escribió China’s Millions (1928), dando a conocer en Estados Unidos la situación de China. A esto se agregaría su entrevista a Mao y sus relatos en 1962, en “Cartas desde China” dando conocer sus vivencias. A su muerte, recibió un reconocimiento como parte del círculo cercano de amigos extranjeros hacia China.

El campesino Periodo 1950-1960 Litografía 69x58 cm

Saionji Kinkazu(1906-1993), es un político japonés que se destacó por promover los vínculos entre China y Japón y quién junto con José Venturelli, impulsaron causas comunes luchando por la paz y por la no proliferación de las Armas Nucleares. Al conmemorarse el 2006, los 100 años de su nacimiento, se realizó un seminario y la Agencia Xinhua, lo destacó como uno de los grandes constructores en la normalización de las relaciones entre Japón y China y muy cercano al Premier Zhou Enlai, otorgándosele un reconocimiento por la Asociación de Amigos del Pueblo Chino con países extranjeros. Todo esto nos ayuda a entender el contexto de amistades con las cuales el artista chileno se entrelazó, siendo países que aún hoy pueden aparecer muy distantes de Chile. De alguna manera, esto nos permite visibilizar esos espacios privilegiados desde donde se construyeron las redes de apoyo, más allá de la lejanía geográfica como también ocurrió con el líder sudanés.

Ahmed Kheir (1905-1994), fue un político y diplomático africano, que ocupó el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores de Sudán entre 1958 y 1964.Sus tempranos contactos con China y su participación en el Conferencia de la Paz de las Regiones de Asia y del Pacífico le permitieron conocer a José Venturelli, quién como ya se dijo residía en China desde marzo de 1952. Su compromiso con la independencia de su país, le permitió compartir intereses comunes, y ser parte de una red de políticos, artistas e intelectuales que se hermanaban con la Nueva China. Su lucha frente al colonialismo le permitió, también identificarse con las demandas de Latinoamérica y en ese espacio pudieron interactuar.

Los lazos de amistad ya descritos y las redes de contacto con el país asiático, quedan en evidencia y así podemos afirmar que el pintor chileno, José Venturelli, fue parte de este círculo que se construyó en la década del 50 y 60, y en donde cada uno de ellos mantuvo cercanía con los máximos líderes, Mao Zedong y Chou Enlai. ´Todo esto transcurría en medio de una guerra fría global, en donde desde el Sur-Sur emergían otras lecturas más allá de la hegemonía impuesta por dos actores claves. A esto debemos sumar los vínculos con Cuba, y el proceso revolucionario que se iniciaba en la isla, y en donde la firma de relaciones diplomáticas en 1960, impulsó los contactos con el gigante asiático y en donde el rol de Venturelli como intelectual, y artista quedó reflejado en sus murales, un referente al día de hoy. Lo mismo podemos decir con los estrechos contactos generados con los impulsores de la Revolución Cubana.Su huella, quedó de manifiesto en lo ya descrito con un conocimiento acabado sobre lo que era Chile, América Latina y el Caribe frente al sistema mundial.

Mujer de Cautin (1973) Acrílico 175x64 cm

Sus exposiciones en China, traspasando generaciones de artistas y acompañando visitas de estado

Su larga estadía en China, no le impidió transitar por Chile y otros países de Latinoamérica en forma paralela, donde logró imponer el muralismo con una técnica propia, como también difundir una serie de grabados y litografías. El manejo de la tinta china y el uso del papel de arroz, fueron parte de sus expresiones pictóricas, quedando esto demostrado en la diversidad de técnicas que logró manejar al ser parte del taller colectivo de la Escuela de Bellas Artes de Beijing desde 1954. Lo mismo ocurrió con la introducción del desnudo, siendo pionero, como una expresión más del dibujo, demostrando su talento al consagrarse como un artista que marcó las nuevas generaciones de artistas chinos.

Su largo periplo por Latinoamérica y Chile, lo llevó en julio de 1973, de regreso a Beijing montando una Gran Exposición en el Palacio de las Minorías Nacionales. Sin embargo, el golpe de estado en Chile, lo trasladó a un exilio prolongado en Ginebra, Suiza, marcado por el dolor, el atropello a los Derechos Humanos, la angustia por la patria lejana y los amigos que ya no estaban. Sin embargo, sus lazos con China se mantendrían en el tiempo para fallecer un 17 de septiembre de 1988, en la misma capital imperial que tantas veces lo acogió.

Beijing ayer y Beijing hoy, y es ahí donde nuevamente emerge su legado para mostrarse como el artista, el maestro, que logró empaparse de la cultura china y que ya en pleno siglo XXI, sus exposiciones son un referente traspasando su arte a otras generaciones que nunca lo conocieron. No en vano los mayores hitos en las relaciones diplomáticas entre China y Chile, enmarcadas en las visitas de estado de los Presidentes de Chile a partir de los años 90, resaltan la figura de José Venturelli, siendo un embajador innato y un amigo privilegiado de China.

Yang Tze Periodo 1954-1958, China Tinta china s/papel 32x64 cm.

Es en esta línea la necesidad de resaltar dichas exposiciones en donde la política exterior de Chile hacia China, ha puesto al centro la figura de José Venturelli, marcando un punto de inflexión al acogerse desde China, al destacado pintor chileno. Cabe destacarse, que la primera muestra de su obra al regreso de la democracia, se enmarca con la visita de estado del Presidente Eduardo Frei, entre el 23 y el 26 de noviembre de 1995, siendo recibidos por el Presidente Jiang Zemin, y el Primer Ministro Li Ping, estrechando lazos de amistad y de cooperación en materia de Transporte Marítimo y de Pesca.

En ese escenario, una de las primeras actividades fue la inauguración de una retrospectiva del pintor chileno José Venturelli en la Galería de los Trabajadores de Beijing, como parte de la programación realizada desde la Dirección de Asuntos Culturales e Información, DIRACI, de la Cancillería chilena, cuyo Director Fernando Reyes Matta, fue posteriormente embajador de Chile en China (2006-2010). La exposición reunió 37 pinturas entre las que se destacaron, La tierra que hay, Piedras Blancas, Los Trashumantes, Al galope de la tierra entre otras. Esta muestra contó con un catalogó en chino y permaneció abierta por dos semanas. De especial relevancia fue la gestión y difusión, realizada por su hija Paz Venturelli, Directora de la Fundación que lleva su nombre, quién se encargó de impulsar una actividad cultural de esta envergadura y al mismo tiempo recordando su infancia y juventud en China.

Años después y en esta misma lógica de acompañar una visita de estado y estrechar lazos de amistad fue la exposición que se montó previa a la firma del Tratado de Libre Comercio con China el 2005. Esto implicó la organización de una gran muestra pictórica en Beijing, de José Venturelli y fue inaugurada por el Canciller de Chile, Ignacio Walker y el ministro de Relaciones Exteriores, Li Jinzhang, el 24 de octubre de ese año. El catálogo que acompañó la muestra fue difundido en chino y estuvo ilustrado por la pintura en acrílico Mujer de Cautín, obra pictórica emblemática, que representa al pueblo de Chile. La muestra representativa seleccionó 41 obras que se exhibieron en el Museo Nacional de Bellas Artes. Mención especial tuvo la incorporación de su último cuadro El regreso (1988). A esta ceremonia inicial asistieron el vicepresidente de la Asociación de la Amistad con los países, Chen Yong Chang, como también su hija Paz y su nieto Camilo. De alguna manera, la presencia de la familia daba cuenta una vez más de los estrechos lazos construidos en décadas anteriores.

Esto implicó un gesto de aprecio mutuo entre ambos estados, dado que un mes después con motivo de la cumbre del Foro de Cooperación del Asia Pacífico-APEC, en Busán, Corea y en el marco de la gira del Presidente Ricardo Lagos al Asia del Este, se concretaba el encuentro con el Presidente chino Hu Jintao, procediéndose a la firma del TLC el 17 de noviembre 2005, tras un año de intensas negociaciones. Diplomacia, Acuerdos Comerciales y Cooperación Cultural se entrecruzaron para marcar un hito clave entre Chile y China.

Transcurrieron los años y el legado del pintor chileno se traspasa a otras generaciones de artistas no sólo latinoamericanos sino también chinos, habiendo sido algunos de ellos sus alumnos. Es el caso del artista chino, Guang Jun, académico de la Facultad de Grabado de China, Central Academy of Fine Arts- CAFA. Bajo el contexto del Año del Intercambio Cultural CELAC-Latinoamérica 2016, se promovió la presentación de destacados artistas de de Artes Visuales Internacionales tanto en China como en la región. José Venturelli no podía faltar y su obra se expuso entre los meses de junio a octubre de ese año en las ciudades de Shanghai, Beijing y Nanjing en forma secuencial y con un gran interés de las nuevas expresiones de artistas chinos. Esta muestra itinerante llevo el nombre Masters of Latin America : José Venturelli . Estos antecedentes hablan por sí solos, al referirse al artista chileno como el Maestro, siendo un consagrado dentro de los cánones y la pintura china, y no en vano reflejando esos lazos de amistad que logro construir con el gran pintor Qi-Baishi. Indiscutiblemente, las claves de la cercanía Chile-China se inician desde lo cultural permitiendo consolidar relaciones que ya traspasan a más de una generación donde la amistad y la cooperación internacional son un reflejo permanente del estado de dicha relación.

El año 2020, fecha que se conmemoraron los 50 años de relaciones diplomáticas y de amistad, ambos países se prepararon con más de un año de anticipación y el Centro Cultural Gabriela Mistral-GAM, en Santiago de Chile, sería el escenario de una gran exposición convergiendo dos grandes artistas. La muestra se denominó 50 años Chile-China. Un nuevo comienzo en la Ruta de la seda: el aporte intercultural de Feng Shaoxie y José Venturelli.

El esfuerzo realizado, los planes para viajar las obras desde China y la curatoría focalizada en la iniciativa de la Franja y La Ruta, se vieron interrumpidas por la pandemia y dadas las condiciones de un largo confinamiento, los planes debieron cambiar. La tecnología y la modalidad de los conversatorios y los webinar permitieron de igual modo mostrar el gran esfuerzo y que hoy podemos ver en un catálogo digital de gran belleza en donde encontramos la esencia de dos grandes artistas que convergen al rescatarse la ruta de la seda marítima y en donde el puerto de Valparaíso es un eje articulador. Esta muestra fue posible montarla, sólo con las obras de Venturelli, pero dados los largos períodos de cuarentena, fueron pocos los que pudieron apreciar en el Centro Cultural GAM, su verdadera dimensión y los invito a revisitarla en forma digital.

Hoy nuevamente nos encontramos en una próxima visita de estado, en octubre de este año, en donde una vez más estrecharan las manos los presidentes de Chile y China y nuevamente será Beijing, quién desde la inmensa riqueza de su cultura facilitará las instalaciones del Museo Nacional de Arte de China para entregar nuevos registros y visiones sobre ese pintor chileno, amigo de China, quién supo poner siempre al centro de las relaciones diplomáticas, la cultura como la única herramienta para construir valores que trasciendan en el tiempo y consolidar una humanidad más justa.

¡Chile y China, dos espacios equidistantes pero que hoy convergen en la cultura¡