Chile se hace parte de la conmemoración de los 74 años del establecimiento de la República Popular China. Ocasiones como esta nos brindan la oportunidad de reflexionar sobre la naturaleza de nuestras relaciones, el camino que hemos recorrido y las perspectivas de cooperación que se nos abren. A lo largo de las décadas, los vínculos entre China y Chile han ido evolucionando hasta alcanzar la Asociación Estratégica Integral que tenemos hoy.

Los cimientos de nuestra relación se establecieron en 1970, cuando Chile se convirtió en el primer país de América del Sur en establecer relaciones diplomáticas con China. Desde entonces, hemos cultivado nuestros vínculos de manera respetuosa con miras a colaborar en iniciativas que sean mutuamente beneficiosas para nuestros pueblos.

Chile plantea sus lazos con China como parte de su política exterior de Estado. Esto nos ha permitido dar continuidad a iniciativas conjuntas, lo que ha resultado en un afianzamiento importante para nuestras relaciones bilaterales. Fuimos el primer país latinoamericano en apoyar la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio en 1999 y en reconocer a China como economía de mercado en 2004 lo que demuestra una posición consistente de nuestro país de reconocer a China como un actor clave dentro del sistema internacional.

Uno de los ámbitos más relevantes de nuestra relación es el económico-comercial. El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre China y Chile, vigente desde 2006 y actualizado en 2019, ha impulsado el comercio bilateral el cual ha ido en constante aumento. Actualmente, China es nuestro principal socio comercial a nivel mundial, y Chile ocupa un lugar destacado entre los socios comerciales de China en América Latina.

Sin perjuicio de las cifras comerciales, los productos y servicios chinos se han convertido en parte integral de la vida diaria de nuestra ciudadanía. Buses eléctricos, tecnología 5G y gadgets tecnológicos chinos son elementos que se han hecho habituales para miles de chilenas y chilenos, mientras que las cerezas y vinos de nuestro país han pasado a ser productos que aportan a la celebración de la vida china. A lo anterior se le suma la característica de que Chile le ofrece a China – y a todos los países – un entorno de negocios justo, abierto y sin discriminación, lo que nos abre oportunidades de cooperación bilateral activa en áreas de nuestro interés como lo son la generación de energías limpias, el ámbito de las comunicaciones o el desarrollo de ciudades inteligentes.

Y si bien nuestras relaciones económicas son centrales en nuestra vinculación con China, lo cierto es que nuestros lazos se expanden a muchas otras áreas que deben ser también reconocidas. Uno de estos es el importante papel que desarrolla la diplomacia parlamentaria y el intercambio de visitas en diversos ámbitos. Experiencias como aquellas han favorecido que nuestros dirigentes se conozcan mejor, lo que siempre ayuda a crear un ambiente positivo entre nuestros pueblos. Parlamentarias y parlamentarios de todo el espectro político han visitado China y, a su vez, hemos tenido la oportunidad de recibir autoridades chinas en nuestro país. La cultura y la educación han desempeñado también un papel crucial en el robustecimiento de nuestros lazos. Chile está interesado en profundizar el intercambio cultural en el marco de nuestra Asociación Estratégica Integral. La enseñanza del chino mandarín se ha convertido en una herramienta fundamental para fomentar el entendimiento mutuo entre nuestros pueblos. En este ámbito, desde 2007, los Institutos Confucio han contribuido de manera significativa a la enseñanza del idioma chino mandarín y la difusión de la cultura china en Chile. A esto se le añade el creciente intercambio entre nuestras universidades que nos ofrece oportunidades para proyectos educativos conjuntos y avances en investigación.

Como ha manifestado el Presidente Boric en más de una ocasión, el aumento y diversificación de nuestros intercambios en materia educativa y cultural son elementos claves para poder construir lazos duraderos con otros países. Además, es a través de estas instancias que nuestros pueblos pueden alcanzar mayores niveles de cercanía y comprensión mutua. Por lo mismo, es de nuestro interés contar con una mayor presencia chilena en China en iniciativas del ámbito académico, científico o cultural, entre otras áreas.

En una época en que la sostenibilidad y la protección ambiental son fundamentales, Chile está trabajando para adoptar una “Política Exterior Turquesa” para destacar nuestro compromiso con un futuro sostenible del planeta. Este enfoque se alinea con la preocupación compartida por la protección del medio ambiente entre China y Chile. Este gran grado de afinidad en esta materia nos posibilita desarrollar e impulsar iniciativas que busquen la mejoría de nuestras ciudadanías a través formas de desarrollo que sean más sostenibles.

En relación con lo anterior, cabe señalar también que ambos países comparten la lucha contra el cambio climático, el trabajo para avanzar en la transición hacia matrices energéticas verdes y hacia un futuro digital. Así, China y Chile se erigen como muy buenos y sintonizados socios para abordar los desafíos ambientales globales, con la mira de asegurar un mayor bienestar para nuestros pueblos y para el mundo en general.

En este Día Nacional de China, celebramos esta relación y esperamos con interés un futuro aún más prometedor para nuestra asociación. China y Chile han demostrado que una relación cuando se basa en el respeto mutuo y la cooperación puede prosperar y trascender lo internacional para convertirse en algo cotidiano en la vida de ambos países.